«Overbooking» mafioso en la Costa del Sol

Hasta el mes de septiembre se registraron tres muertos por ajustes de cuentas, pero en dos meses ha habido seis asesinatos

Un sicario mató a un ciudadano ceutí en plena calle en agosto de este año EFE

J.J. Madueño

Era un año tranquilo en la Costa del Sol. Después de un 2018 de asesinatos, armas automáticas y bombas, la sangre había dejado de correr. Sólo hechos esporádicos salpicaban la crónica negra confirmados como ajustes de cuentas. Un empresario en enero en la puerta de su casa, un congoleño con varios disparos en un polígono de Málaga y un serbio en abril en Mijas acribillado delante de su familia en su coche. Iban 17 asesinatos en la Costa del Sol y sólo tres se relacionaban claramente con el crimen organizado, pero el final de año ha dibujado un escenario de guerra a base de muertos.

Las mafias han vuelto a convertir el litoral malagueño en un campo de batalla con muertos salpicados en Mijas y Marbella. Un hombre aparecía en Marbella junto a la A-7 asesinado y abría un otoño negro en el que los narcos internacionales han llenado las calles de sangre. Seis muertos y un herido grave en dos meses es el balance, pese a que el Gobierno de Pedro Sánchez asegura que son «hechos aislados». A eso le siguió un cadáver encontrado en un pinar entre Istán y Marbella acribillado con más de una docena de impactos de bala.

Dos personas eran acribilladas en Alvarito Playa en Marbella días después. Una de ellas resultaba muerta y la otra herida grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Costa del Sol. Los sicarios habían cogido carrerilla y, a los pocos días, un británico era asesinado cuando llegaba a su casa del gimnasio. A esto le siguió un francés de 60 años en un aparcamiento de Cabopino (Marbella) y un joven corpulento esloveno esta misma semana en la Playa del Cura en Mijas en una zona de difícil acceso con varios disparos de arma larga.

Los equipos de investigación dicen que todas las pesquisas siguen abiertas. Los últimos sucesos les tienen ocupados, tanto a los equipos de la Guardia Civil por los muertos en Mijas, como a los de la Policía Nacional por los finados de Marbella. Fuentes de estos grupos de investigación especializados explican que hay avances, pero que no se pueden comunicar hasta el momento, porque las causas están bajo secreto del sumario y cualquier filtración puede dar al traste con investigaciones muy laboriosas y avanzadas.

El último ajuste de cuentas resuelto fue por el grupo especializado Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional sobre el congoleño asesinado en Málaga capital. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado afirman que la nueva oleada no responde a ninguna guerra de bandas. «Ningún asesinato tiene conexión entre sí. Lo único común es que están relacionados con la droga, pero son mafias diferentes», explica uno de los agentes, quien dice que algunos de los fallecidos operan desde la Costa del Sol y otro no, pero que, al final, «todos viven en la zona y por eso los matan aquí». Estos agentes resaltan que se asientan por las condiciones propias de tranquilidad y discreción de las urbanizaciones de zonas como Marbella y Mijas, los dos puntos negros en este final de 2019.

Pese a eso, los encargados de investigar este tipo de sucesos lanzan un mensaje de tranquilidad, al que se suman los representantes políticos. «La Costa del Sol es absolutamente segura», afirmó el delegado del Gobierno en Andalucía, Lucrecio Fernández, en plena oleada de muertes por ajuste de cuentas, que contribuye a elevar los datos de asesinatos en la provincia a las cotas más altas desde 2011 -año en el que se comenzaron a contabilizar.

Más secuestros

Las seis muertes se suman a los 17 asesinatos en diferentes circunstancias que iban hasta el tercer trimestre del año y que junto con dos sucesos más trágicos ponen un techo de 25 homicidios hasta el momento. A esto se añaden los incrementos en otros dos tipos de delitos relacionados con el crimen organizado. Los secuestros, la practica más habitual entre mafias, han tenido un repunte del 33 por ciento hasta septiembre. El éxito policial se da en operaciones casi diarias que han provocado un crecimiento de los delitos de tráfico de drogas un 7,6 por ciento a falta de contabilizar un trimestre de 2019.

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