El objetivo de duplicar el gasto en Defensa en 2029 amenaza el apoyo de Podemos al Presupuesto

Su oposición al aumento en inversión militar supone un obstáculo a las últimas cuentas de la legislatura

Sánchez quiere un acuerdo que «trascienda» la ideología y pide a su socio que se replantee su negativa

Imagen de archivo de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz observando a Echenique en el Congreso JAIME GARCÍA

Mariano Alonso y Esteban Villarejo

El compromiso concretado ayer por Pedro Sánchez , en la clausura de la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid, para que España aumente su gasto en Defensa hasta un 2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2029 , en línea con la exigencia de Estados Unidos, amenaza la aprobación de los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE). Unas cuentas públicas que serán la últimas del Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos . Según los datos de la OTAN, España prevé gastar este año en defensa 14.218 millones, pero para llegar al 2% del PIB deberían ser unos 28.000 millones .

El jefe del Ejecutivo pidió ayer en su rueda de prensa un «acuerdo de país» que trascienda «las cuestiones ideológicas». Un mensaje cruzado tanto para los partidos de la oposición como para los morados e, incluso, sus socios parlamentarios (ERC, Bildu, PNV, Compromís, Más País...).

Pero la realidad es que PP, Vox y Ciudadanos no son proclives a aprobar los próximos Presupuestos Generales del Estado, ni los aliados de Sánchez lo son al aumento de gasto militar. Un incremento que se debería empezar a aplicar el año que viene, hasta llegar gradualmente en 2029 al 2 por ciento del PIB comprometido ante los socios de la Alianza Atlántica. Y eso que ayer, incluso, hasta el propio líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, felicitó a Pedro Sánchez por la «imagen positiva» que ha dado España con la cumbre.

Pulso entre socios

Para convencer a aliados y a oposición, Sánchez deberá emplear razonamientos persuasivos, que sin duda también entrarán en la dialéctica de combate electoral con las formaciones a su izquierda. Y ayer mismo dejó claras pistas de por dónde piensa ir, argumentalmente. Con buenas palabras, le pidió a Unidas Podemos una «reflexión» ante una realidad internacional cambiante desde que el pasado 24 de febrero Vladímir Putin invadió Ucrania . Y les recordó algunos cambios de postura notables que se han producido desde entonces. Por ejemplo, enfatizó que Suecia «ha puesto fin a 200 años de neutralidad» , en referencia a su solicitud de ingreso en la OTAN junto a Finlandia , a la que precisamente ha dado una primera luz verde la cumbre de Madrid, tras levantar el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogán, su veto inicial a la entrada de esos dos países. O por ejemplo, el reciente referéndum celebrado en Dinamarca por el que de manera muy mayoritaria sus ciudadanos han decidido integrarse en la política de Defensa de la Unión Europea (UE), de la que este país miembro de la OTAN permanecía al margen. O por último, pero no menos importante –ejemplificó Sánchez– el giro histórico de Alemania de «abandonar su tradicional postura sobre el aumento del gasto en Defensa».

Estos tres casos corresponden, y tampoco se olvidó de subrayarlo oportunamente, a otros tantos gobiernos socialdemócratas , correligionarios por tanto del PSOE y aunque no homólogos, sí menos distantes que otros ejecutivos comunitarios a una formación como Podemos. «Una crisis provocada por la invasión unilateral e ilegal de Putin hacia Ucrania ha hecho que implique un cambio tectónico en el orden internacional. Y eso tiene que hacernos a todos reflexionar» aseveró Sánchez. «El binomio entre solidaridad y responsabilidad me parece fundamental para un país comprometido con la UE y también con la Alianza Atlántica», añadió.

El convenio de Rota

Y por si a esas alturas de su comparecencia el espacio a la izquierda del PSOE –con siglas como las de IU, históricamente vinculadas al rechazo a la OTAN– no se hubiera dado por aludido, el presidente fue aún más claro cuando expresó su anhelo de que «también haga reflexionar lo que está ocurriendo en Ucrania, desde hace cuatro meses a esta parte, a algunas formaciones políticas que a lo mejor antes de esta invasión tenían una opinión diferente sobre la OTAN, o sobre cómo defender y mejorar la disuasión de Europa frente a estas amenazas, que a lo mejor eran hipotéticas o abstractas, pero que hoy son muy reales», concluyó.

Además del aumento gradual en gasto en defensa hasta el 2% del PIB en 2029, de la cumbre de la OTAN Sánchez sale con el acuerdo con el presidente de EE.UU., Joe Biden, dado a conocer en el encuentro de ambos en La Moncloa el pasado martes, para aumentar en otros dos destructores la flota americana en la base de Rota (Cádiz). Algo de lo que también recela su socio de coalición y por descontado sus socios parlamentarios. Aunque en este caso será más fácil para La Moncloa sacarlo adelante, pues solo requiere una modificación del convenio de cooperación y Defensa, algo para lo que el PP ya ha mostrado su disposición favorable.

Para Sánchez, «una de las lecciones de esta guerra es que la seguridad , indispensable para preservar nuestro modelo de vida democrática, no está garantizada». Y por eso, explicó, «debemos protegerla cada día y dedicarle recursos económicos».

Desde hace meses, la mera celebración de la cumbre de la OTAN en Madrid ha supuesto un motivo de discrepancia en la coalición gobernante . Incluso lo fue, después de la invasión rusa, el envío de armas a la resistencia ucraniana, cuyo anuncio en un pleno parlamentario por parte de Sánchez sorprendió muy negativamente, sentadas en el banco azul, a las máximas dirigentes de Podemos y ministras de Derechos Sociales e Igualdad, Ione Belarra e Irene Montero , que se apresuraron a criticar la decisión que había tomado el Ejecutivo en línea con los países de nuestro entorno. Aunque el otro sector de un socio cada vez más dividido, y que encabeza la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz , junto al ministro de Consumo y líder de IU, Alberto Garzón , evitó echar más leña al fuego. E incluso se desmarcó abiertamente del cuestionamiento de la mera celebración de la cumbre en la capital de España hecho por Podemos.

Además, un alto cargo gubernamental como el número dos de Belarra en su ministerio, y secretario general del Partido Comunista de España (PCE), Enrique Santiago , participó el pasado fin de semana en la manifestación promovida por diversas organizaciones contra la reunión de la Alianza.

Dos requisitos de tres

Sánchez se explayó ayer para explicar que el aumento del presupuesto destinado a Defensa es el único requisito de la OTAN que todavía no cumple España. Los otros dos son tener presencia en todas y cada una de las misiones de la Alianza, cosa que ocurre salvo la excepción de Kosovo, cuya soberanía proclamada en 2008 no reconoce nuestro país. Y la tercera, que también se cumple, es superar el 20% en la compra de nuevas capacidades militares.

En todo caso, queda aún por definir los términos exactos en los que el Gobierno pretende aumentar ese presupuesto en defensa durante los próximos siete años. El gradualismo de la medida ofrece cierto margen de maniobra a Sánchez, por cuanto en el primer año de ese periodo, el próximo 2023, no sería necesario un aumento exponencial del dinero destinado a las Fuerzas Armadas. Pero se trata de un asunto en el que Podemos no dará, fácilmente, su brazo a torcer.

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