Vox monta un espectáculo en el Congreso y Batet expulsa a Olona de la Diputación Permanente
La formación de Abascal pretendía forzar el debate sobre la situación de Cataluña en la sesión
El resto de partidos condena de manera unánime la actuación de Vox
El espectáculo ha vuelto este martes al Congreso de los Diputados y esta vez de la mano del Grupo Vox, cuya secretaria general, Macarena Olona, ha terminado siendo expulsada de la Diputación Permanente por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet.
El rifirrafe ha arrancado primero como una pelea de asientos entre la bancada de Ciudadanos y la del partido verde ya que éste se ha situado en los escaños inicialmente reservados para la formación naranja. Una maniobra que este grupo ya utilizó el pasado mes de mayo cuando se constituyeron Las Cortes aunque en aquel momento los escaños ocupados fueron los del PSOE.
Tras varias peticiones de diputados naranjas para que Vox les devolviera sus asientos, incluso del letrado mayor de la Cámara , Carlos Gutiérrez, y de la propia presidenta, la bancada de Ciudadanos ha desistido y ha tomado otros escaños acusando a Vox de no entender «lo que es el decoro parlamentario».
La tensión ha subido de grados una vez que Batet ha abierto la sesión ya que Olona ha reclamado la palabra para exigir que se incluyera en el orden del día el debate sobre la declaración del estado de excepción en Cataluña, solicitado la semana pasada por su grupo. La presidenta del Congreso le ha advertido varias veces de que no tenía turno de intervención pero Olona ha ignorado sus avisos poniéndose en pie y enseñando fotografías de las agresiones cometidas contra policías en aquella comunidad.
Aplausos a Batet de Cs y Bildu
Batet entonces ha decidido llamarla al orden por primera vez pero tampoco este aviso ha surtido efecto por lo que la ha llamado al orden por segunda vez, también sin éxito, y finalmente una tercera decretando su expulsión de la sesión, según establece el Reglamento de la Cámara. La presidenta del Congreso ha sido aplaudida en ese momento por los diputados de Ciudadanos y Bildu. La última expulsión de un diputado del Congreso era, hasta ahora, la del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, en noviembre de 2018 por la entonces presidenta de la Cámara Baja, Ana Pastor.
Pero Olona ha ido más allá porque una vez expulsada no se movía de su escaño, continuaba hablando sin micrófono y exhibiendo fotografías. Batet ha tenido que emplazarla varias veces a desalojar la Sala Constitucional sin resultado alguno. Una situación sin precedentes en la Cámara Baja. Finalmente, el letrado mayor ha dado orden a los ujieres para que la instaran a desalojar. La ujier Paloma Santamaría, de 71 años, se ha acercado a la política de Vox para pedirle que abandonara la Sala Constitucional. Un tenso momento que ha coincidido con que el compañero de grupo de ésta, el diputado Víctor Sánchez del Real, se ha puesto en pie.
Santamaría, entre ambos, ha intentado aplacar a Sánchez del Real tocándole el brazo y ha instado amablemente a Olona varias veces a salir de la sesión antes de que ésta procediera a retirarse acompañada por toda su bancada. Antes de salir, la política de Vox buscó la connivencia del PP y Ciudadanos a los que pidió que protestaran y acusó de no defender a España , provocando el malestar de ambas bancadas.
Para la introducción de un punto en el orden del día de la Diputación Permanente se requiere el acuerdo previo de la Mesa de este órgano. Vox solicitó la semana pasada un debate urgente para forzar al Gobierno socialista a poner en marcha la declaración del estado de excepción en Cataluña. Un movimiento que permitiría limitar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos catalanes, incluyendo el de reunión, manifestación, libertad de movimientos, secreto de las comuncicaciones o ejercicio de la huelga entre otros.
Sin embargo, el escrito fue registrado después de que la Mesa de la Diputación Permanente fijara el orden del día de la sesión de hoy y éste órgano no había vuelto a reunirse. Sí lo ha hecho al término de la sesión para inadmitir por unanimidad la iniciativa de Vox. PP, PSOE, Cs y Podemos recuerdan que solo contiene la firma de un grupo parlamentario cuando el Reglamento exige que, como mínimo, vaya rubricada por dos grupos distintos o la quinta parte de los miembros de la Diputación Permanente.
Además, subrayan que el debate de la declaración de estado de excepción no está previsto dentro de la Diputación Permanente y que «correspondería al Gobierno la iniciativa» para ponerlo en marcha.
Respaldo de Abascal
Ya en el exterior y ante la prensa, Olona ha justificado la ocupación de los asientos reservados por el personal del Congreso a Ciudadanos criticando que los cuatro grandes grupos hubieran pactado de nuevo enviar a su formación a las últimas filas de la Sala Constitucional. La política de Vox ha subrayado que en esta sala los asientos no pueden adjudicarse como sí sucede en el hemiciclo y que la Mesa de la Diputación solo puede realizar una propuesta de reparto.
Además, ha argumentado su reclamación sobre el debate de Cataluña en la necesidad de que el Congreso, como sede de la soberanía popular, analice una crisis que la clase política y la propia presidenta del Congreso están analizando en los platós de televisión.
El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha apoyado a Olona desde su cuenta de Twitter. «Parece ser que al Congreso no le interesa hablar de la situación en Cataluña. Por eso han expulsado a nuestra diputada entre aplausos de Ciudadanos y Bildu. La señora Batet debe pensar que una semana de caos en su tierra no es relevante para la sede de la soberanía popular», ha señalado.
Tensión con el PP
El número de Vox ha sido condenado unánimemente por todos los partidos, pero especialmente por el PP. Su portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, ha acusado a Vox de intentar convertir la Cámara en un «plató de televisión» y a pesar de subrayar sus esfuerzos por morderse la lengua ha considerado esta actitud como «pueril y lamentable» además de una «exhibición colosal de electoralismo y mala fe».
La política popular ha querido recordar que Olona ha ejercido como abogada del Estado asegurando, por tanto, que «sabe que lo que ha pretendido hacer aquí no se puede hacer». También ha cargado contra la portavoz adjunta de Vox por haber concedido su apoyo a la declaración institucional porpuesta por el PP en apoyo a la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Cataluña y, a continuación, asegurar que el PP no defiende a España ni a los españoles en el interior de la Diputación Permanente.
Por su parte, la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, ha recordado una reflexión de José Ortega y Gasset sobre el papel de los políticos en el Congreso. «Hay, sobre todo, tres cosas que no podemos venir a hacer aquí: ni el payaso, ni el tenor ni el jabalí», señaló el filósofo. «Hoy Vox ha intentado hacer las tres cosas al mismo tiempo», ha censurado la dirigente socialista.
La portavoz de Podemos, Irene Montero, ha tachado el episodio de de «falta de respeto» y «uso patrimonialista» de las instituciones, mientras Ciudadanos no ha querido realizar comentarios en público y se ha atenido a subrayar que sus diputados están en el Congreso «para trabajar». No obstante, en privado ha condenado firmemente la actuación de Olona.
Desde Coalición Canaria, su portavoz Ana Oramas ha juzgado «lamentable» el espectáculo ofrecido por Vox, criticando su utilización del Congreso para «hacer mítines».
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