El juez sigue sin autorizar la incineración de Rosario Porto dos semanas después

El cadáver de Rosario Porto , condenada por el asesinato de su hija Asunta, continúa en un depósito de cadáveres de Ávila. Tras un sinfín de especulaciones e informaciones contradictorias, catorce días después de que la presa se ahorcara en su celda de la cárcel de Brieva, sus restos mortales aún no han sido ni incinerados ni trasladados a Santiago.

El juez que investiga la muerte de Porto no ha autorizado la incineración, según confirmaron a ABC fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. No hay fecha y no tomará una decisión hasta que tenga en su poder los resultados de los análisis del Instituto Nacional de Toxicología.

El Juzgado de Instrucción número 2 de Ávila abrió diligencias tras hallar los funcionarios de Brieva el cuerpo sin vida de la interna, una práctica habitual que concluirá con un sobreseimiento si en la autopsia y en los análisis de las muestras que analiza Toxicología no hay indicios de criminalidad.

Además, el centro penitenciario al que Porto había sido trasladada en marzo desde A Lama (Pontevedra) también abrió una investigación interna para aclarar lo ocurrido . La interna estaba sola en una celda del módujo rojo y sin aplicación del protocolo de prevención de suicidios tras experimentar una gran mejoría, según fuentes penitenciarias. Antes se le había aplicado hasta seis veces (en Teixeiro, en A Lama y también en Brieva) y había protagonizado dos intentos de quitarse la vida, uno por ahorcamiento y otro con pastillas. Sufría depresiones desde su juventud y estaba en tratamiento.

El pasado 18 de noviembre se colgó con el cinturón de su bata después del recuento de la mañana mientras el resto de internas desayunaba en el comedor. Antes había recogido y ordenado todas sus pertenencias en bolsas. La interna había sido sancionada hasta en cincuenta ocasiones en las dos anteriores cárceles, como informó ABC.

La escasa familia que le quedaba, primos hermanos, acudieron al juzgado para reclamar los restos mortales de Porto y están a la espera de poder hacerse cargo. Su intención es que sea incinerada, cuando se autorice, en Ávila, y sus cenizas trasladadas al panteón que pertenece a la familia materna en el cementerio santiagués de Boixaca. Allí, quieren que reposen también las cenizas de su hija Asunta por cuyo asesinato Porto cumplía 18 años de prisión. El padre de la niña , Alfonso Basterra, que sigue internado en la cárcel de Teixeiro cumpliendo la misma pena que su exmujer, podría oponerse a esta decisión.

El abogado de Porto, José Luis Aranguren, ha señalado en varias ocasiones que su clienta no tenía relación con familiares, pero fuentes del entorno aseguran que la mujer sí mantenía contacto con alguno de ellos, incluido un primo hermano por parte de madre que vive en Madrid y es quien se está encargando de las gestiones.