ABC responde a Manuel Cruz

Hacemos periodismo, no montamos campañas

El filósofo y político del PSC defiende lo indefendible: que se puede copiar, pero poco

El expresidente del Senado Manuel Cruz Ángel de Antonio

Javier Chicote y Daniel Tercero

El filósofo y político Manuel Cruz acusa a ABC de haber puesto en marcha una «campaña» para desprestigiarle, lo que considera un «ataque injusto», por haber publicado con detalle «presuntos plagios» en varias de sus obras, aunque el afectado solo se refiere al manual Filosofía contemporánea (Taurus, 2002). Un «ataque» que, en su opinión, se produce como consecuencia de haber decidido situarse en primera línea política.

En un artículo, titulado «Desprestigia, que algo queda (o esto me pasa por meterme en política)» (publicado en la revista mensual Letras Libres, marzo 2020), Cruz escribe por segunda vez de sus plagios (había esbozado su respuesta el 13 de febrero en El País: «Por una política sin daño») desde que, en septiembre de 2019, destapásemos fácticamente un fraude que era un secreto a voces en el mundo académico universitario que rodea al aludido .

Lo que más llama la atención -al margen de la falta de valor o el exceso de soberbia para citar a los autores, como tampoco hace con ABC («un diario de difusión nacional» y «diario acusador») - es la capacidad de Cruz para defender lo indefendible.

En su artículo, tras señalar que la publicación de sus plagios es una «campaña de desprestigio» contra él, un «ataque injusto» a su persona, una conspiración para arrear a Pedro Sánchez -entonces, presidente del Gobierno de España en funciones-, y considerarse una víctima: «Apetitosa pieza de caza mayor»; después de todo esto, Cruz admite que copiar otros textos, sin citar expresamente el origen ni entrecomillarlos, son «prácticas habituales en el medio académico» , que «determinadas prácticas se encuentran completamente normalizadas» y que, al fin y al cabo, si se cuantifica «el volumen de lo denunciado» estaríamos hablando solo del 0,20 por ciento del manual en cuestión. Una cifra -deliberadamente errónea por parcial- que aporta su reconocido y declarado amigo Antonio Casado en otro texto periodístico (El Confidencial).

Pero las dos cosas no pueden ser. O no hubo plagio (ahí está lo publicado por ABC para asegurar que sí existe) o lo hubo, pero poquito. Entonces, ¿es una cuestión solo de cantidad? ¿Los alumnos de Cruz pueden copiar en los exámenes si solo lo hacen en algunas respuestas? ¿En cuántas? ¿Copiar en una de diez contestaciones es solo «práctica habitual»? ¿Medio centenar de líneas textuales solo en uno de sus libros plagiados no es suficiente?

Cruz no repitió al frente del Senado, tras las elecciones del 10 de noviembre. Meritxell Batet -también del PSC, como Cruz- sí renovó en el Congreso. El filósofo y senador socialista debería preguntarle a Sánchez el motivo de su cese . Y no olvidar que el candidato de Sánchez para liderar la Cámara Alta era Miquel Iceta, primer secretario del PSC, al que sus socios de ERC -y con los que tantas esperanzas tienen puestas- trituraron y humillaron en el Parlamento de Cataluña para evitarlo. Cruz fue solo la segunda, o tercera, opción.

El problema de Cruz no está en los dos periodistas, ni en ABC. ¡Y tampoco en Sánchez! La cuestión que el filósofo tiene delante es que lo que escribió, una parte de su obra, no es original y la hizo pasar como propia . Para colmo, en su texto de respuesta (más bien desahogo) cita la definición aceptada por la Universidad de Oxford (Reino Unido), a la hora de advertir e informar a los estudiantes sobre lo que es atribuirse ideas de otros como propias: «El plagio es la presentación del trabajo o las ideas de otra persona como si fueran propias, con o sin su consentimiento, mediante su incorporación en el trabajo de uno sin el completo reconocimiento». ¿No fue esto (sin el «completo reconocimiento»), acaso, lo que hizo Cruz con el filósofo italiano Nicola Abbagnano, autor de Historia de la Filosofía, publicada en España en 1956? ¿Y no hizo lo mismo con la obra Introducción a Heidegger de Gianni Vattimo, publicada en 1985, un reconocido y muy citado filósofo contemporáneo?

Hacemos periodismo, no montamos campañas, ni atacamos a nadie. No somos policías, ni censores. Informamos. Esconderse en la política por lo que uno hizo siendo profesor parece poco ético . «La proximidad, cuando no la inmediatez, a aquello de lo que se está hablando juega con frecuencia, a quien se aproxima a su propio tiempo con ánimo curioso, malas pasadas», Cruz dixit.

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