Una institución falta de personal y de reorganización territorial

Era el anterior gobierno del PP y son datos de 2017, pero en ellos, el Ministerio del Interior reconocía en una respuesta parlamentaria al PSOE un déficit en la Guardia Civil a fecha 31 de octubre de 7.426 agentes para llegar a los 85.354 que fija el escalafón. En este 2018 convulso, no todo se ha solucionado, pero se han celebrado oposiciones (también convocadas por el Ejecutivo anterior) para cumplir la mayor oferta pública de plazas conocida en años –2.030– a las que en julio llegaron a presentarse hasta 28.500 aspirantes.

Hace sólo unos días, la gran familia de la Benemérita veía por fin cumplida una demanda histórica –esta sí, treinta años pidiéndolo llevan– como es la equiparación de sus sueldos con los de los Mossos d´Esquadra catalanes . Pero las reivindicaciones de las asociaciones profesionales del Cuerpo siguen insistiendo en la falta de personal, en afear la raquítica tasa de reposición, en poner en evidencia el desequilibrio en la cobertura que unas zonas de España presentan con respecto a otras.

Intimamente ligado con esa asimetría está el desorden distributivo que, a juicio de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), lastra la eficacia de esta institución. El colectivo habla de la necesidad de una «reorganización territorial». «La escasez de agentes y la dispersión de los pequeños cuarteles provocan que estos se encuentren a menudo cerrados, o sin capacidad operativa alguna. Por esto es urgente acometer una reestructuración de los puestos, concentrando medios técnicos y humanos en cuarteles potentes  que puedan dar un servicio adecuado al medio rural, que, como sabemos, con la actual estructura se encuentra en gran medida muy desprotegido. Resulta absurdo mantener instalaciones vetustas que en mucha ocasiones permanecen cerradas al público ante la falta de agentes», explica su portavoz, Juan Fernández. Lamentan que muchos acuartelamientos permanecen por «capricho de políticos o prebostes».

A juicio de AUGC, cada cuartel debería contar con, al mínimo 22 personas para poder permanecer abierto las 24 horas del día.

En España hay unos 2.300 puestos. Por ejemplo, en la provincia de Cáceres, la institución tiene presencia en 83 municipios, en los que a veces la dotación de agentes se reduce a 4 o 6, y hay algún caso donde figuran 3. En Sevilla o Toledo, con presencia en 80 y 76 localidades respectivamente, también en ocasiones hay exiguas plantillas de ese tipo.