Inés Arrimadas sitúa a Pedro Sánchez ante sus contradicciones
Le traslada su «no» a un «gobierno radical» con Podemos
« Pedro Sánchez hará historia, pero la duda es si para mal o para bien». Inés Arrimadas salió ayer de su primera cita con el candidato a la Presidencia del Gobierno planteándole una disyuntiva: si quiere ser el primer presidente que gobierna con «populistas»; o si prefiere ser el primero en cerrar un acuerdo de legislatura que incluye a las dos primeras fuerzas.
Su primer encuentro duró cerca de setenta minutos – media hora más que el de Pablo Casado con el del líder del PSOE – y, según fuentes liberales, la conversación fue intensa y se centró en la vía de los 221 escaños.
Sánchez le trasladó a Arrimadas que no tiene intención de deshacer su pacto con Podemos , pero esta le cuestionó cómo piensa garantizar la estabilidad y con quién piensa sacar adelante los Presupuestos. Ambas interrogantes quedaron sin respuesta, como también la pregunta de si estaría dispuesto a abordar la opción de Arrimadas en el caso de que Casado apostase también por ella.
Era una trampa porque Arrimadas defendió después en la sala de prensa de la Cámara Baja que es Sánchez, y no Casado, quien debe dar el primer paso. Aunque también lanzó un mensaje al presidente del PP , tras afirmar este que la propuesta de Cs es «un farol»: «Le pido a Casado por favor que no le dé excusas a Sánchez» . En esa línea, apuntó que los votantes del PP prefieren la alternativa que ofrece Cs antes que ver a Podemos gobernando, y que si Sánchez «rectifica», «Casado se tendrá que sentar».
«Si Sánchez abre la puerta de los 221 escaños, Casado se tendrá que sentar»
En cualquier caso, Arrimadas trasladó al secretario general del PSOE su «no» a un «gobierno radical» con Podemos «como bien describía Sánchez hace unos años». Y ahí, en sus contradicciones, intentó generar un caldo de cultivo para un posible acuerdo si fracasa «el Gobierno Frankenstein»; horizonte que abriría «una nueva oportunidad» que evite terceras elecciones.
La portavoz de Ciudadanos en el Congreso entregó a Sánchez un documento con cuatro peticiones: que los grandes asuntos se cierren entre constitucionalistas, un pacto educativo, no subir los impuestos y reformar la ley electoral .
«Estoy de acuerdo con el Sánchez de los mítines», ironizó, recordando cómo afirmaba que no dormiría bien con Podemos en el Ejecutivo, o que no podía sentarse en La Moncloa un líder político que aboga por un referéndum secesionista. Respecto a esto último, recordó que además Podemos «incorpora las tesis de ERC» también al hablar de «presos políticos» o de la existencia de un conflicto «entre Cataluña y España».
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