El Gobierno mantendrá la coordinación de la desescalda pese a la presión de Cataluña y País Vasco
Varios presidentes autonómicos reclaman que se pueda empezar a hacer deporte individual y al aire libre
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La sexta videoconferencia entre presidentes autonómicos discurrió ayer con menos convulsión a lo vivido en anteriores citas. Así lo contastatan varios de los participantes. La menor tensión en los hospitales, la mejora en las llegadas de material sanitario, la aceptación por parte del Gobierno de algunas demandas de los líderes regionales y el oxígeno financiero que ayer les aportó el Gobierno sirvieron para mejorar el ambiente.
El presidente del Gobierno comenzó su exposición exponiendo que procederá a anticipar a las autonomías 14.000 millones de euros para afrontar esta crisis. Se trata de recursos pendientes, pero que las regiones necesitan de forma urgente para gestionar los efectos de la pandemia. «Eso significa que las comunidades autónomas vais a cobrar ya los más de 2.800 millones de euros de las actualizaciones de entrega a cuenta», aclaró Sánchez. Además se comprometió a que «ya está en tramitación el anticipo también de hasta 5.500 millones como adelanto del 50% de la liquidación definitiva del sistema de financiación autonómica que corresponde al año 2018». El Gobierno asegura que, incluyendo todos los conceptos, los gobiernos autonómicos contarán con 115.887,2 millones de euros frente a los 107.980 millones de euros del año 2019. «Es la mayor cifra jamás registrada y supone un aumento del 7,3% respecto al año anterior», destacó Sánchez.
El debate central es ya el de cómo se abordará la fase de desescalada. En este sentido varias fuentes apuntan a que hubo discusión y muchas dudas sobre cómo se desarrollaría. La medida de permitir salir a los niños, que había demandado el presidente de Aragón, Javier Lambán, hace semanas, fue en términos generales bien recibida. Aunque hubo presidentes que pidieron ir un poco más allá. El Lendakari vasco planteó que a partir del 27 de abril puedan abrirse comercios y negocios de manera muy controlada. Además pidió que se abra la puerta a la realización de deporte de manera individual al aire libre y durante un tiempo limitado. Esta reivindicación la respaldaron presidentes como el cántabro Miguel Ángel Revilla, ela sturiano Adrián Barbón o el valenciano Ximo Puig. También el extremeño Guillermo Fernández Vara. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, planteó por qué no se deja salir a las embarazadas o personas que «por sus circunstancias» lo necesiten.
Aunque el ambiente fue distinto a los fuertes choques se produjeron otros días hubo lugar para importantes diferencias. Cataluña y País Vasco reclamaron que cuando esa nueva fase se abra quieren gestionarla recuperando sus competencias autonómicas, limitadas ahora por el mando único del Gobierno. El presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, expuso durante la videoconferencia la estrategia del plan de desconfinamiento. La Generalitat ya tiene elaborado un plan sobre cómo debe procederse al desconfinamiento parcial de los niños que ayer ya se hizo público mientras el Gobierno todavía está diseñando la medida. Pero Torra insistió en que debe ser su Gobierno el que gestione la fase de desescalada porque «cada territorio requiere de respuestas específicas y adaptadas a su realidad» . También el Lendakari del Gobierno vasco, Íñigo Urkullu, reivindicó que «los marcos competenciales» deben respetarse. Urkullu no defiende, según fuentes presentes, una desescalda asimétrica pilotada por el Gobierno central. Y reclama una transición hacia la normalidad elaborada de una manera «compartida y singularizada». Urkullu trasladará en los próximos días al Gobierno su plan.
Frente a ese discurso, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que defendió que tiene que existir una coordinación del Gobierno de España. Page defendió que sea «flexible» porque es bueno «que se baje a la particularidad de cada territorio» . Pero reclamó que será fundamental la coordinación del Gobierno de España y entre las comunidades porque las decisiones que se adopte en un territorio puede afectar a los limítrofes. Como en su caso con la Comunidad de Madrid. Posteriormente recordó a las comunidades que «han tenido la tentación de jugar por libre» que el virus «no es plural, es uno y ataca a todos». Un discurso muy similar al del presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco: «Ni todo el mundo tiene que hacer lo mismo, ni cada comunidad autónoma pueda hacer lo que le dé la gana». En el Gobierno se apunta claramente por esta vía, recordando que este proceso conlleva «muchos riesgos», según apuntan fuentes gubernamentales.
Feijóo reclama más claridad
La apuesta por una respuesta diferenciada es bien vista por la mayoría de territorios. En el Gobierno el minsiterio de Sanidad pilotará esta fase, aunque es la vicepresidenta Teresa Ribera la que coordina los grupos de trabajo. El presidente del Gobierno reclamó a los presidentes autonómicos que refuercen los sistemas de atención primaria en sus sistemas sanitarios. «Será uno de los elementos fundamentales para definir y decidir qué desescalada se hace en cada uno de los territorios », dijo Sánchez. Y esto es así porque «la necesidad de reforzar el diagnóstico, el seguimiento, y la vigilancia de todos los casos, también de los leves» será clave para que el sistema sanitario pueda digerir los casos que sigan produciéndose a la vez que eso es compatible con la paulatina vuelta a la normalidad.
Varios presidentes reclamaron más datos sobre el horizonte de salida. El presidente de la Xunta de Galicia, Albert Núñez Feijóo, «más información sobre el horizonte de la desescalada» del confinamiento «para dar certeza a las familias, a los trabajadores y a los agentes económicos». Mientras que el presidente andaluz, Juanm Moreno, reivindicó que en su región se empiece a trabajar ya en la desescalada porque en Andalucía la enfermedad está teniendo ya menos incidencia. El aragonés Javier Lambán defendió que la salida debe ser diferente en las zonas urbanas y en las zonas rurales. Los presidentes socialistas de Asturias (Adrián Barbón) y Navarra (María Chivite) también dijeron estar preparados para iniciar la siguiente fase.
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