El Gobierno se ve «fuerte» para aprobar los Presupuestos con los mismos socios
Confía en que la limitación de mandatos de Ciudadanos no sea un obstáculo
El Gobierno afronta el inicio del curso político en dos frentes principales: por un lado, el desafío independentista, que mantiene el pulso al Estado de Derecho a menos de un mes del pretendido referéndum ilegal; por otro, los Presupuestos Generales de 2018 , que el Consejo de Ministros debe aprobar el último viernes de septiembre. En La Moncloa se ve con optimismo estos dos retos y se subraya que el presidente Rajoy está ahora «más fuerte» que a principios de año.
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El proyecto de ley de los Presupuestos de 2018 debe estar en el Congreso de los Diputados en octubre, apenas tres meses después de que se aprobaran los de este año 2017, tras una larga negociación con Ciudadanos, el PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias, que permitió que salieran adelante de manera ajustadísima, tras producirse tres empates en las votaciones de los vetos. El Gobierno de Rajoy ha empezado ya los contactos con sus socios presupuestarios y confía en revalidar todos los apoyos para las nuevas cuentas, según fuentes del entorno del presidente.
Cuentas «continuistas»
Serán unos Presupuestos «continuistas», que permitirán cumplir en plenitud los acuerdos alcanzados entre el Gobierno y sus socios entre mayo y junio. De ahí que en La Moncloa no tengan duda del resultado final: sin las cuentas de 2018, no podrán cumplirse los pactos anteriores. No quiere decir que no vaya a haber una nueva negociación. La habrá y «no será fácil», según prevén las fuentes consultadas. Pero en este caso el Gobierno se ve mucho más fuerte, pues la aprobación de los Presupuestos anteriores le dio oxígeno al menos hasta 2019 . «Tendremos un margen más amplio para negociar, y podremos decir no a las propuestas que no nos cuadren», advierten.
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En cuanto al PNV , la negociación de los nuevos Presupuestos tendrá una parte de escenificación, y no se descarta que los nacionalistas vascos tensen aún más la cuerda y hablen incluso de ruptura. Es una historia ya conocida, pero en La Moncloa creen que tras el acuerdo sellado antes de verano no tendría ningún sentido romper ahora la relación, y poner en riesgo los acuerdos multimillonarios ya suscritos.
Con Coalición Canaria y Nueva Canarias , con solo dos diputados pero imprescindibles para que salgan los números a Rajoy, ocurre otro tanto de lo mismo. El pasado viernes, el Consejo de Ministros aprobó un acuerdo entre el Ministerio de Empleo y la Comunidad de Canarias para desarrollar el Plan Integral de Empleo de Canarias, en cumplimiento con el pacto presupuestario de 2017. Un guiño en un momento relevante, que allana el camino para reeditar la alianza.
De momento, será el ministro de Hacienda quien lleve los contactos y las negociaciones con los grupos políticos, y Rajoy entraría en escena para rematar los eventuales acuerdos. El presidente, mientras, estará más centrado este mes en el desafío independentista catalán. Esta semana se presenta como especialmente conflictiva, si es cierto que los separatistas pasan de los anuncios a los hechos. En el Gobierno no se descarta celebrar más de un Consejo de Ministros a lo largo de la semana para impugnar la ley del Referéndum, la ley de Transitoriedad y el decreto de convocatoria de la consulta, si finalmente se aprueban entre el miércoles y el jueves.
El artículo 155
En La Moncloa no se percibe ningún nerviosismo. Todo lo contrario, la mítica tranquilidad del presidente parece haberse contagiado a todos. En su equipo están a la espera de que los secesionistas muevan ficha para actuar si violan la ley. En el entorno del presidente existe el convencimiento de que el referéndum no se celebrará por asfixia legal : no tendrán margen de movimiento. No obstante, «todos los escenarios y todas las respuestas están previstas», ya que se desconoce hasta dónde intentarán llegar los secesionistas en su rebelión institucional. Y ahí es donde se incluyen las medidas coercitivas, como puede ser la aplicación del artículo 155 , con la suspensión temporal y limitada de competencias para defender el interés general.
En el Gobierno evitan contestar a la pregunta de si realmente cuentan o no con el respaldo del PSOE de Pedro Sánchez para aplicar el 155. Es cierto que Sánchez ha mostrado su apoyo al Ejecutivo para frenar los pasos ilegales de los independentistas, pero en La Moncloa se tiene memoria, y la confianza está dañada, aunque eviten decirlo en voz alta.
«Tanto Pedro Sánchez como Albert Rivera están permanentemente informados de cada paso que da el Gobierno, de cada decisión que toma. No pueden tener ninguna queja», aseguran en el entorno de Rajoy. Pero la comunicación, como se ve, es meramente informativa, aunque hasta ahora hayan coincidido los tres en la misma dirección. Si llega el momento de dar el salto a otro tipo de medidas, existen dudas de la respuesta de Sánchez.