El Gobierno acelera el pacto con los partidos y presiona a Casado

El PP acusa a Moncloa de pretender «diluir» a líder de la oposición entre los portavoces

Pedro Sánchez, ayer en los contactos con partidos por videoconferencia Efe

Pedro Sánchez empezó ayer su ronda de consultas para buscar un pacto de Estado sin tener cerrada una reunión con el líder de la oposición, Pablo Casado . Los populares estuvieron ayer a la espera de que La Moncloa les llamara para fijar una fecha la próxima semana, con la sospecha de que Sánchez solo quiere un encuentro que le sirva de puente a la convocatoria de una mesa de todos los partidos. Solo hubo, por la tarde, un mensaje al jefe de gabinete de Casado desde La Moncloa, para quedar en hablar hoy sobre la reunión.

Sin esperar a tener resuelta esta situación, el Gobierno comenzó ayer esta ronda. Y pese a las dudas e incógnitas que todos expresan sobre los planes del Gobierno, todos decidieron participar en lo que La Moncloa bautiza como Mesa para la reconstrucción . Con esta participación y en especial la de Ciudadanos el Gobierno apremia al PP trasladando la idea de que «el pacto está más cerca» y que solo falta la formación de Pablo Casado. Mientras tanto, en Génova siguen a la espera de cerrar la fecha de la reunión de Casado con Sánchez. Los populares rechazaron que fuera ayer jueves, hoy o mañana, al considerarlo una imposición del Gobierno sin contar con la agenda del líder de la oposición. En una llamada entre jefes de gabinete el miércoles pasado, el PP propuso cualquier día de la próxima semana, e Iván Redondo quedó en responder, según fuentes de Génova. Si la cita fuera este sábado, podría servir a Sánchez para sacar pecho en su comparecencia semanal ante las cámaras desde La Moncloa. Los populares creían que el encuentro podía producirse a partir del lunes.

En la dirección nacional sostienen que el objetivo de Sánchez con esta estrategia es intentar «diluir» a Casado entre todos los portavoces parlamentarios, para arrinconarlo en esta crisis del coronavirus y dejarle sin discurso en el debate, con un protagonismo secundario. Insisten, además, que el foro para buscar un pacto de Estado de este calado debe ser el Parlamento, y no La Moncloa.

Ante la posibilidad de que Sánchez convoque una mesa de partidos con todos los representantes parlamentarios, en Génova señalan que si se les llama, lo estudiarán. No esconden su total escepticismo hacia el objetivo real de Sánchez, que a su juicio sería esconder sus responsabilidades y compartirlas con todos los demás partidos. En todo caso, si a esa mesa se sienta un partido como Bildu, cuya portavoz participa en la ronda de consultas de Sánchez, el PP ya tiene decidida su respuesta: no acudirá. El presidente del PP insistió ayer en que lo inmediato debería ser un plan de choque urgente para paliar el número de contagios, evitar más muertes y frenar los estragos económicos de la pandemia.

Estrategia del Gobierno

A partir de ahí el Gobierno traslada la presión al PP asegurando que la reunión será «cuando el PP quiera». Aunque la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero , no fue capaz de aclarar si ayer hubo conversaciones. Y quitó trascendencia a la pregunta clave: ¿Por qué no descuelga el teléfono el presidente y llama a Pablo Casado? El descargo del Gobierno es recordar que su objetivo siempre fue la primera reunión fuese con el PP. Montero trasladó la presión al PP sobre su participación asumiendo el hipotético rechazo social a la decisión de no participar: «Al conjunto del país no le cabría en la cabeza». Pero sí pidió Montero que el PP decida «pronto» para que pueda avanzarse en el trabajo de la Mesa, que por la mañana La Moncloa insistió en que debía arrancar ya la próxima semana.

Aunque en todo momento el Gobierno evita decir que este foro vaya a servir para preparar los Presupuestos Generales del Estado , en último término que sería «de sentido común que las nuevas cuentas públicas tengan ya en cuenta esas aspiraciones» planteadas en ese foro. En este sentido Montero trasladó que tienen que actualizarse todas las previsiones macroeconómicas, porque las actuales han quedado «totalmente desfasadas», para montar el «esqueleto» de las cuentas públicas que «ya será para 2021». No obstante, el Gobierno no quiere entrar en más detalles sobre el funcionamiento de esa mesa, trasladando simplemente que «está pensada y diseñada para pondder compartir preocupación, diagnóstico y dar soluciones consensuadas a las políticas prioritarias». Sánchez mantiene reuniones hoy con ERC, Bildu y los diferentes miembros del grupo mixto.

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