Génova admite que el pacto con Ciudadanos en el País Vasco es «desproporcionado»

Justifica la «generosa» coalición electoral porque debía preservar a Feijóo y Mañueco

Carlos Iturgaiz saluda a una simpatizantes en San Sebastián Efe

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Visto en frío, el acuerdo de coalición electoral entre el Partido Popular y Ciudadanos en el País Vasco es claramente beneficioso para la formación de Inés Arrimadas . De ser un partido inexistente en la práctica e irrelevante en esa comunidad autónoma, puede encontrarse con el «regalo» de dos diputados, del total de cinco, o en el mejor de los casos siete, según las encuestas, que puede lograr la coalición el próximo 5 de abril. ¿Dónde está el negocio para el PP? Alfonso Alonso lo vio tan poco claro que rechazó de plano el acuerdo electoral, Génova lo destituyó como candidato y a continuación él dimitió como presidente del PP vasco.

El PP se presenta ahora con un candidato distinto, el veterano e histórico Carlos Iturgaiz , quien aplaude una coalición que los populares ven como un primer paso hacia su añorada España Suma, la plataforma para reunificar el centro-derecha en todo el país.

Según el acuerdo de coalición, a Ciudadanos le han correspondido el número tres por Álava y el dos por Vizcaya , ambos con muchas posibilidades de ser elegidos. Además, cuenta con el número tres por Guipúzcoa , este con pocas opciones, según todas las encuestas.

En el cuartel general del PP, en su sede nacional de la calle Génova, han pasado momentos duros en las últimas semanas, por el choque frontal con Alonso que acabó mal. Fuentes de la dirección nacional reconocen ahora que el acuerdo de coalición electoral con Ciudadanos ha sido «desproporcionado», pero sostienen que no había más remedio que llevarlo a cabo. La «generosidad», subrayan, es imprescindible si se quiere seguir avanzando hacia la reunificación del centro-derecha .

El acuerdo debía ser generoso, incluso hasta los extremos alcanzados, para «preservar» a Alberto Núñez Feijóo y a Alfonso Fernández Mañueco , advierten fuentes de Génova. Es decir, el pacto debía contentar a Inés Arrimadas, pero también debía dejar sin argumentos en contra a su competidor en las primarias de Ciudadanos, Francisco Igea, firme detractor de los acuerdos de coalición con el PP.

La falta de acuerdo en Galicia , donde Feijóo se encamina a su cuarta mayoría absoluta, debía así ser compensada por la coalición en el País Vasco. Y un pacto menos espléndido con Ciudadanos en esta comunidad dejaría el Gobierno de Castilla y León en la cuerda floja. Ahí gobiernan en coalición el PP y Ciudadanos, con Mañueco como presidente e Igea como vicepresidente. La posible victoria de este en las primarias de su partido podría comprometer todos los acuerdos alcanzados.

Pablo Casado tuvo en cuenta todas estas variables y optó por hacer una apuesta fuerte en el País Vasco. Sabía que la generosidad debía partir de su partido, y que era necesaria para que el proyecto de «Suma» siguiera avanzando en el futuro.

«No hay alternativa»

Fuentes populares explicaron que el presidente del PP tenía y sigue teniendo una buena relación personal con Alfonso Alonso , y para él resultó dramático todo lo que pasó en las últimas semanas. Admiten, eso sí, que las formas en que se llevó a cabo todo el proceso de negociación podían haber sido diferentes, pero el resultado no podía ser otro.

Casado siempre defiende que él ganó el congreso nacional extraordinario del PP con un objetivo claro, que es lograr la reunificación del centro-derecha, cuya fragmentación ha sido «letal», a su juicio, en las últimas elecciones. Esa división, explica el PP, es la que ha permitido a Sánchez seguir en La Moncloa con los independentistas, los comunistas y los herederos de Batasuna como socios.

En Génova argumentan que un mal resultado en el País Vasco no hará naufragar de ninguna de las maneras la plataforma futura de España Suma , en la que siguen creyendo los populares. Según señalan, el PP partía de cinco escaños en las encuestas, frente a las nueve que logró en 2016, y ahora, subrayan, podrían estar en siete, de los que cinco serían para el PP y dos para Ciudadanos. Pero más allá de estos datos, los populares insisten en que el objetivo «es cualitativo, y no cuantitativo». «No hay alternativa a la coalición con Ciudadanos y al avance hacia España Suma», aseguran desde la ejecutiva del PP. «Y lo haremos siempre con generosidad».

Los populares lo ven como un camino a medio o largo plazo, en el que hay que ir dando pasos adelante, con independencia del resultado puntual que obtengan ahora. Eso sí, saben que los partidos «mutan» con el paso del tiempo, y aunque Casado y su ejecutiva prefieren mantener las siglas del PP, desconocen cómo será en el futuro. También en ese punto estarían dispuestos a la «generosidad».

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