El fiscal rechaza por ahora rebajar la rebelión de Trapero a sedición
Se mantiene firme e incisivo en su acusación aunque no descarta modificarla
Aunque era una posibilidad, la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha rechazado rebajar de momento la acusación por rebelión a un delito de sedición. Así lo manifestaron ayer los fiscales Pedro Rubira y Miguel Ángel Carballo en su respuesta a las cuestiones previas planteadas por las defensas al inicio de la sesión. Ambos aseguraron ser conscientes de que hay una sentencia del Tribunal Supremo que ha rechazado condenar a los líderes independentistas por rebelión, pero lo único que les vincula a la hora de formular su acusación provisional es el auto de procesamiento dictado en el marco de esta causa. No obstante, dejaron la puerta abierta a modificar sus conclusiones provisionales una vez que escuchen a acusados, testigos y peritos.
Ni la «desjudicialización del «conflicto político» por la que aboga el gobierno de coalición ni el aterrizaje de la exministra de Justicia Dolores Delgado en la Fiscalía General del Estado (pendiente todavía de su idoneidad en el Congreso) han hecho mella alguna en los dos representantes del Ministerio Público. Muy al contrario, el interrogatorio a Trapero, de la mano de Carballo, fue muy incisivo y no dejó pasar por alto los principales hitos del «procés» ni los errores que, a su juicio, cometió un cuerpo que si por algo de caracterizó esos días fue, dijo, por su «clamorosa pasividad».
La jornada había empezado con el planteamiento de cuestiones previas por parte de las defensas fundamentalmente en torno a la acusación por rebelión y a la competencia de la Audiencia Nacional para juzgar unos hechos que, a juicio de los abogados, deben ser juzgados en Cataluña.
El Tribunal formado por Concepción Espejel (presidenta) y los magistrados Francisco Javier Vieira y Ramón Sáez aceptó la petición de la abogada de la intendente Teresa Laplana (la única de los cuatro procesados acusada de sedición -y no rebelión-) de ausentarse del juicio una vez que haya declarado y hasta el trámite de informes. Presentó para ello informes médicos que acreditan que la mosso sufre un cuadro de estrés postraumático desde 2017.
Por lo demás, el juicio comenzó en un tono muy alejado al celebrado en el Supremo contra los líderes independentistas. Ni el apoyo a los procesados, ni la expectación mediática -a diferencia de aquel, sorprendentemente en este caso no hay periodistas extranjeros- ni las formas en estrados evocaban paralelismo alguno con aquel juicio. Habrá que esperar a la testifical de Jordi Sànchez , Joaquim Forn u Oriol Junqueras para que volver a escuchar alegatos políticas en esta vista, que está previsto que acabe en marzo.
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