Manos Limpias: una fábrica compulsiva de denuncias con las manos sucias
Aunque se autodenomina «sindicato», Manos Limpias no tiene representación ni entre el funcionariado ni en ningún centro laboral
Aunque se autodenomina «sindicato», Manos Limpias es una asociación fundada a mediados de la década de los noventa como presumible órgano de representación de los trabajadores públicos, si bien hoy no tiene representación alguna ni entre el funcionariado ni en ningún centro laboral. Tampoco despliega ni ha desplegado acciones sindicales conocidas.
Lejos de esa teórica, el «Colectivo de Funcionarios Públicos Manos Limpias» -como se llama en realidad- es conocido por interponer denuncias y presentarse como acusación popular en casos de toda índole. Esto es, por ser una auténtica fábrica de querellas que afectan desde a los más grandes casos de corrupción hasta los asuntos más estrafalarios.
«Allí donde exista un delito, debe haber alguien capaz de denunciarlo» es la frase que figura en rojo en su web oficial, una cita tomada del fiscal de Milán Antonio Di Pietro, fundador del movimiento «Manos Limpias de Italia» en el que se inspira este colectivo español.
Íntimamente ligado a esta marca, aparece por todas partes el nombre de su dirigente máximo, Miguel Bernard , que fue responsable del ultraderechista Frente Nacional, por lo que Manos Limpias se ha vinculado en todo momento a esa ideología. Y por extensión, también su hiperactividad denunciadora , dirigida a combatir todo aquello que creen contrario al ideario conservador.
Su acusación popular en el caso Nóos, clave para sentar en el banquillo a la Infanta doña Cristina, ha sido su último gran éxito mediático. Pero antes, denunciaron a «Los Lunnis» por mostrar una boda entre homosexuales, a Podemos como «banda criminal» equiparando a sus líderes con Hitler y Lenin, o a la Guardia Civil por dejar que una pareja de agentes del mismo sexo compartiera piso en una casa cuartel. También se han querellado 18 veces contra el juez Garzón y en 2008 lograron la inhabilitación del lendakari Juan Mari Atutxa.
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