El extraño y criminal periplo de Igor el Ruso en España
Antes del triple crimen de Albalate (Teruel) vivió en Valencia y trabajó de temporero en Lérida
Norbert Feher, «Igor el Ruso», que asesinó a tiros a un ganadero y a dos guardias civiles en una masía próxima a Albalate del Arzobispo (Teruel), protagonizó un extraño periplo por España antes de ser detenido el pasado 15 de diciembre, horas después de aquel triple crimen. Según ha desvelado el sumario judicial que se instruye en Alcañiz, Igor el Ruso declaró haber entrado en España a finales de septiembre , haber trabajado ilegalmente como temporero en la recogida de fruta en Lérida, y haber estado viviendo en la provincia de Valencia antes de esconderse en los montes de uno de los rincones más despoblados de España, en esta porción del Bajo Aragón turolense. Había huido de Italia tras un doble asesinato por el que la Policía de aquel país le buscó insistentemente, pero le perdió la pista en abril del año pasado.
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Su declaración deja no pocas -y relevantes- lagunas que la investigación trata de esclarecer. De ahí que la juez que instruye las diligencias solo haya levantado el secreto de sumario parcialmente. Lo mantiene para lo relativo a la investigación tecnológica, la que llevan a cabo los expertos de la Guardia Civil que tratan de «destripar» la información del teléfono móvil y del ordenador portátil que Feher llevaba consigo cuando fue detenido.
Provisto de ordenador
Fuentes próximas al caso han explicado que esos dispositivos pueden dar información muy relevante, no solo para reconstruir con precisión los pasos que dio Igor el Ruso desde que le perdió la pista la Policía italiana, sino también para indagar sus redes de contactos dentro y fuera de España . Él ha puesto especial celo en no revelar detalles al respecto, en no dar nombres. Ni siquiera pista alguna del empresario agrícola que le dio trabajo como recolector de fruta, sin papeles, pagándole en dinero negro. Tampoco de sus conocidos en Valencia que le habrían ayudado en su estancia temporal. De hecho, declaró a la juez que, tras el triple crimen de Albalate del Arzobispo, intentó llegar hasta las localidades valencianas de Chirivella y Catarroja.
Sus vínculos en Valencia ya habían sido advertidos por las Fuerzas de Seguridad italianas, y así se lo hicieron saber meses atrás a las autoridades españolas. El motivo: la correspondencia que Igor el Ruso mantuvo desde Italia con tres mujeres afincadas en Valencia -dos españolas y otra de origen cubano-. La Policía italiana había alertado hace meses de que Feher podía haber buscado refugio en España.
Otra incógnita por despejar es de qué huía exactamente este criminal serbio de 36 años. Está claro que se fugó de Italia para no responder por el doble asesinato que cometió allí tras salir de prisión por otras causas previas. Pero queda la duda de si, una vez en España, terminó huyendo también de algo más, quizás de las propias redes de crimen organizado en las que se movía a nivel internacional desde hacía años. De eso también se indaga en sus dispositivos electrónicos, que podrían ampliar la investigación e incluso derivar en órdenes de detención contra otras personas dentro o fuera de España.
Acribillados de 17 balazos
Igor el Ruso se sentía muy perseguido y amenazado. Eso le llevó a refugiarse en esa zona de masías del Bajo Aragón en la que vivió, durante varias semanas, en duras condiciones. Armado, subsistió a base de asaltar masías en busca de comida, alcohol y ropa de abrigo. Y en una actitud de alerta continua que le hacía tirar a matar ante cualquiera que se le aproximara. Lo hizo el 5 de diciembre, cuando dejó malheridos a dos vecinos de Albalate del Arzobispo que vivieron para contarlo. Lo repitió con letal puntería el 14 de diciembre: primero mató al ganadero José Luis Iranzo en su masía; minutos después segó la vida de los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero. A los agentes los acribilló a balazos, según consta en el sumario judicial. Diecisiete disparos sumó contra sus cuerpos Igor el Ruso, sin darles opción de defenderse.
Horas después, la Guardia Civil daba con él en una carretera turolense y ponía fin a su extraño y singular periplo por España que, según su propia declaración judicial, había comenzado apenas dos meses antes. Dice que entró en España, en bicicleta, el 21 de septiembre del año pasado.