Las elecciones marcan el fin de la tregua entre Susana Díaz y Pedro Sánchez

«Todas las decisiones que ha tomado Pedro Sánchez buscaban que perdiera poder»

Elecciones municipales, autonómicas y europeas: resultados en directo

Susana Díaz y Pedro Sánchez antes de un acto electral celebrado en Sevilla EFE
Víctor Ruiz de Almirón

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Este domingo se deciden muchas cosas. El reparto de poder en España entre los diferentes partidos políticos es la cuestión principal . Pero también se dirimen cuestiones internas dentro de cada formación. En el caso de los socialistas los comicios marcan el fin de la tregua entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, dos «enemigos íntimos» que hasta el momento se soportan simplemente por razones tácticas.

Conviene ahora recordar que Ferraz ya fue claro en diciembre pasado respecto a la «necesaria regeneración» del PSOE andaluz». «Nuestro papel está siempre subordinado al éxito de nuestro proyecto político», se dijo también entonces. Palabras que ganan relevancia porque las pronunció José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE y el único interlocutor que la federación andaluza considera válido. El propio Sánchez fue muy claro al aseverar que en Andalucía «acababa un ciclo político», dando a entender que solo faltaba a esperar que comience el siguiente.

«No suma»

Mientras Díaz quiso que los resultados en generales y municipales sirviesen como palanca de recuperación del PSOE andaluz, en Ferraz esas mejoras respecto a las autonómicas se atribuyen precisamente a que ella no ha sido la candidata : «Ella ya no suma. Y Pedro sí», resume de forma gráfica un dirigente socialista. Pero en ese momento se impuso la tesis de esperar y no buscar un choque frontal con Díaz que tampoco tenía garantizado el éxito dado el control que la exprersidenta andaluza aún ejerce en el partido en esa comunidad. Y se decidió la estrategia de minar poco a poco ese control.

«Todas las decisiones que Ferraz ha tomado desde el pasado mes de diciembre han ido encaminadas a achicar espacios a la líder andaluza. La pérdida del poder institucional en Andalucía después de 36 años fue prácticamente en paralelo al acceso de Sánchez a La Moncloa», explican las fuentes consultadas por ABC. Un cambio radical en la correlación de fuerzas entre ambos . «Algunos no han entendido que a Ferraz se le puede echar un pulso, pero a Moncloa no», ha repetido en más de una ocasión estos meses un alto mando de la dirección socialista. La victoria el 28 de abril ha dado a Sánchez además lo único que no tenía en su cara a cara con Díaz: una victoria electoral como la del pasado 28 de abril.

La relación de fuerzas ha cambiado tanto en el PSOE que más que un pacto de no agresión estos meses de calma chicha fueron una decisión de Ferraz, que ha aprovechado para mejorar su posición dentro de la federación andaluza . El plan podría definirse como la creación de otro PSOE andaluz. Colocar a Alfonso Rodríguez Gómez de Celis como vicepresidente del Congreso fue el último mensaje. Sanchista de primera hora y rival de Susana Díaz, sustituye en el puesto a Micaela Navarro, veterana aliada de la líder andaluza. El mensaje es claro: existe otro PSOE andaluz y Ferraz no va contra Andalucía. El caso del también andaluz pero fiel a la dirección, Felipe Sicilia, como portavoz adjunto es interpretado en el mismo sentido.

«Resistir, la estrategia»

Mientras, el plan de Díaz y su equipo es resistir, con la previsión de recuperar San Telmo por la esperanza de que estemos ante una legislatura corta por la dependencia de Vox. Ese eventual escenario podría salvar a Díaz del intento de Ferraz por sustituirla. Pero la dirección federal tiene otros planes. Con la elaboración de las listas, Pedro Sánchez atrasó a los más afines a la líder andaluza para potenciar a los suyos. Allí, el sanchismo no es un movimiento homogéneo y faltan referentes que proyecten una imagen a futuro.

Si pasado el 28 de abril y el 26 de mayo Pedro Sánchez seguía en Moncloa y Susana Díaz fuera de San Telmo, la operación para su sustitución solo iba a requerir de fecha y lugar . Y eso es exactamente lo que ha sucedido ahora.

Con los cambios en las listas Ferraz no solo intentó colocar a los suyos , sino que buscó ganar nuevos adeptos favoreciendo a candidatos municipales y provinciales ante las imposiciones que les quería hacer la dirección regional . El siguiente episodio será intentar controlar las presidencias de las diputaciones provinciales. La dirección federal no dará libertad a la regional para actuar libremente.

El plan sigue su curso y es desmontar las estructuras de poder del entorno de Díaz , a la vez que se ganan nuevos aliados y se potencian nuevos rostros. Y ahí la apuesta de Ferraz es clara por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que fue la número uno por Sevilla en la campaña de las generales, fue la portavoz del partido en los principales debates al margen de las presidenciales, y que en esta campaña electoral no ha dejado de hacer mítines tanto por Andalucía como en otros lugares de España. El objetivo es promocionarla como figura de partido, que es precisamente el hándicap que tiene Montero si en el futuro se la quiere promocionar para disputar el liderazgo de los socialistas andaluces.

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