La división en el PP de Guipúzcoa deja vacante el puesto de Borja Sémper

Génova frena en seco la elección del presidente interino hasta que haya uno de consenso

El presidente saliente del PP de Guipúzcoa, Borja Sémper ABC

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Pablo Casado sigue teniendo un problema, y no menor, en el País Vasco . El pésimo resultado electoral en aquella comunidad se une a la debilidad política del partido y la división interna, que se está viendo estos días con crudeza en Guipúzcoa. La dimisión de Borja Sémper como presidente del PP en esta provincia ha dejado vacante su puesto, al no encontrarse un nombre de consenso para asumir el cargo ni siquiera de forma interina.

Génova volvió a actuar el miércoles por la tarde, apenas una hora antes de que comenzara la Junta Directiva del PP de Guipúzcoa para elegir a un presidente de «transición». Los «casadistas» pidieron auxilio a la sede nacional porque, a su juicio, Sémper iba a imponer como sucesor a Borja Corominas , portavoz en el Ayuntamiento de San Sebastián, sin llegar a ningún tipo de acuerdo, según fuentes populares. Desde Génova se frenó en seco, por segunda vez en pocas semanas, la elección del sustituto.

Corominas, que ya ha visto cómo se paraba su nombramiento dos veces seguidas, decidió renunciar, según las fuentes consultadas. El resultado es que el PP de Guipúzcoa está sin presidente en un momento especialmente delicado, a pocos meses del previsible adelanto electoral en el País Vasco.

Una solución de consenso que se está barajando sería elegir al actual secretario general del PP provincial, José Luis Arrue , un veterano político que está bien visto por las distintas familias y que tiene a su favor que no entraría en la competición interna del próximo congreso provincial.

Relevo «natural»

Su elección, aún por concretar, permitiría llevar al PP guipuzcoano hasta el próximo congreso, que todavía no tiene fecha. Los populares no tienen claro si deben celebrarlo antes de las elecciones autonómicas o después. Si es después, un mal resultado en las urnas condicionaría el relevo «natural» en todos los niveles del partido en el País Vasco, lo que favorecería a los «casadistas».

En este momento, en el PP de Guipúzcoa coexisten dos familias políticas: una que tiene como referentes a Borja Sémper y al actual presidente del PP vasco, Alfonso Alonso , y que tuvieron a Soraya Sáenz de Santamaría como favorita en las primarias de 2018, y otra que se autodenomina «liberal conservadora», donde estarían los «casadistas», y que cuenta con personas como Íñigo Arcauz , en Guipúzcoa, o Beatriz Fanju l, en Vizcaya.

Precisamente, la candidatura de Arcauz como número uno del PP por Guipúzcoa en las generales, impulsada directamente desde Génova, levantó ampollas en el PP vasco, y en concreto en el guipuzcoano, con Sémper a la cabeza, quien lamentó que no se hubiera contado con él para elaborar las listas. El PP se quedó en blanco en el País Vasco en las generales de abril. En las del 10 de noviembre, logró un escaño, el de Beatriz Fanjul, por Vizcaya, otra apuesta de Casado.

Fuentes de este sector «casadista» en el País Vasco advierten de que el partido necesita un refuerzo porque en este momento «no existe» en esta comunidad, y en concreto en Guipúzcoa: «Estamos completamente desaparecidos», alertan.

A su juicio, el futuro del PP guipuzcoano pasa por tener un «liderazgo fuerte», que deberá elegirse en el congreso provincial. Los «casadistas» sostienen que el futuro líder del partido debe ser un « referente constitucionalista en Guipúzcoa , y debe dar la batalla de las ideas frente al PNV». Precisamente, es la respuesta frente al nacionalismo lo que más separa a las familias populares en este momento. Desde el sector crítico se lamenta el «seguidismo» que, a su juicio, ha hecho el partido en los últimos años a los nacionalistas vascos, cuando lo necesario, según subrayan, es «que les plante cara con contundencia y fuerza» para volver a ser relevantes.

«Es un suicidio político»

En el sector «oficial», el liderado por Sémper hasta ahora, son muy críticos con Génova, a la que acusan de hacer un daño «terrible» electoral y políticamente al PP vasco, con decisiones como la de parar la Junta Directiva de Guipúzcoa . Fuentes próximas a la dirección del PP vasco apuntan al secretario general de los populares como máximo responsable de ese «daño». Estas fuentes niegan que haya un problema de fondo o de falta de contundencia contra el nacionalismo, sino «una lucha por el poder» dentro del PP. «No ven que se nos van los votantes al PNV y tenemos que reaccionar, porque políticamente es un suicidio lo que pretenden», comentan.

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