La CUP comienza a perder el control de los Comités de Defensa de la República
Cortes de carreteras, levantamiento de las barreras en peajes o incidentes en una protesta ante la Delegación del Gobierno en Cataluña son algunos de los «sabotajes» que en las últimas semanas han promovido los CDR
Los Comités de Defensa de la República (CDR) surgieron hace ya meses, pero su expansión no se produjo hasta después del referéndum independentista del 1 de octubre. Tomaron el relevo de la Assamblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium Cultural, que hasta entonces llevaban la voz cantante en las movilizaciones secesionistas.
No ha sido un simple cambio del director de orquesta. La partitura ha cambiado. Si algo resaltaba de las multitudinarias manifestaciones independentistas -especialmente las de la Diada- era su carácter pacífico. Ni una papelera rota.
Ahora, la Guardia Civil considera que el escenario es bien diferente. «Nacieron para impedir la acción de la Justicia mediante movilizaciones», sostenía el Instituto Armado en un informe reciente publicado por ABC, en el que también incidía en sus llamamientos al independentismo a ejercer «tanto resistencia activa como pasiva, como la desobediencia civil ».
Cortes de carreteras, levantamiento de las barreras de varios peajes, incidentes en una protesta ante la Delegación del Gobierno en Cataluña... son algunos de los «sabotajes» que en las últimas semanas han promovido los CDR. Aunque estos grupos reivindican que son un movimiento pacífico, de lo que no cabe duda es de que el «modus operandi» es muy diferente al de los tiempos en los que la ANC y Òmnium Cultural protagonizaban las llamadas a la movilización. De hecho, para los Mossos son una seria preocupación, en especial porque se apoyan en colectivos radicales que antes no tenían papel alguno.
Fuentes policiales explicaron a ABC que estos grupos van cada vez más por libre . Desde la ANC y desde Òmnium no los controlan. Su diseño tampoco ayuda. No tienen una estructura jerárquica sino que -en palabras de sus portavoces- se sustentan en una organización «horizontal y democrática». Se organizan en asambleas locales asociadas a coordinadores territoriales -más o menos comarcales- y desembocan en el CDR Cataluña, que centraliza la información, y la difunde a través de las redes.
Las grandes diferencias sobre el «modus operandi» entre los viejos promotores del secesionismo y los nuevos movilizadores surgidos tras el 1-O se evidenciaron en los disturbios registrados el 30 de enero ante el Parlamento catalán, tras la investidura fallida de Carles Puigdemont. Unos apostaban por retirarse mientras que los otros querían radicalizar la desobediencia y meter una marcha más. Precisamente ayer los Mossos detuvieron por estos incidentes a ocho jóvenes, que quedaron en libertad con cargos a la espera de citación judicial.
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