Chafarinas, acceso de mujeres y niños inmigrantes a España por mil euros

«Si no ponen pie en pared, habrá viajes organizados» avisa el presidente de Melilla

Uno de los rescates de pateras llegadas a Chafarinas esta semana EFE

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Ayer fue el tercer domingo consecutivo en que una patera accedió de forma irregular a las islas Chafarinas, a 3,5 kilómetros de Marruecos. Es además la tercera embarcación de inmigrantes que ha llegado a este territorio español en una semana. La quinta en menos de un mes y salvo la última, que transportaba siete hombres , todas van ocupadas exclusivamente por mujeres –algunas de ellas embarazadas– y niños, 135 en total, que son inexpulsables y están fuera del Acuerdo de Readmisión firmado con Marruecos en 1992.

Lo confirma el Ministerio del Interior, que en declaraciones a este diario indicó que estas mujeres y niños son llevadas al Centro de Estancia Termporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, desde el que en algún momento se les traslada a la Península porque «se quedarán todos en España» dada su condición de «colectivos vulnerables» que requieren especial protección. En principio, tampoco se devuelve a los hombres adultos, como los llegados ayer, pero siempre que soliciten asilo.

Con anterioridad, a lo largo de todo el año se habían contado otras cinco pateras en total también en Chafarinas, lo que da idea de cómo el ritmo se ha acelerado de repente. En Melilla han saltado las alarmas. «Si no ponen pie en pared, habrá viajes organizados y no solo a Chafarinas», advertía a ABC el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, que recuerda que otra de las plazas menores de soberanía española, –como así se denominan–, la Isla de Tierra perteneciente al archipiélago de Alhucemas, está «a un tiro de piedra de la costa marroquí». Tanto que se puede llegar a nado. Y luego están el Peñón de Vélez de la Gomera, unido al país vecino por un itsmo, y Perejil. Son posesiones territoriales que, en algún caso, se remontan a siglo XVI. «Si la entrada en estos peñones conlleva la entrada garantizada en España, –subraya– han encontrado un filón».

El presidente de Melilla se refiere a las mafias, que según sus informaciones están cobrando entre 1.000 y 1.500 euros por persona para un trayecto normalmente nocturno hasta Chafarinas, «donde la embarcación ni siquiera atraca, los echan al mar antes», explica. Es entonces cuando avisan a los medios de salvamento españoles para que procedan al rescate, generalmente a través de llamadas anónimas o de ONG pro derechos humanos, a las que se está acusando de favorecer a los traficantes.

Para Imbroda, estas organizaciones criminales van a aprovechar que han encontrado «un Gobierno que funciona como funciona» y que sigue «sin enterarse» de que esta inmigración es un negocio, de modo –vaticina– que «veremos pateras haciendo eses viaje todos los días, si nadie pone remedio». Especialmente en lo que respecta a Marruecos.

«Si Marruecos no controla las costas, vamos a ver de todo... España debe ser firme. Pedro Sánchez se ha estado ufanando de haber conseguido de la UE 140 millones de euros para Marruecos debe ser a cambio de algo... Hace falta ponerse serios y hablar con Marruecos para que quienes vigilen el mar sean serios, honestos y formales», reclama Imbroda.

Desde el PP, su secretaria de Inmigración y senadora Sofía Acedo, coincide en que «esto solo lo puede parar Marruecos», aunque añade que lo que está ocurriendo obedece a que «Marruecos no se siente valorado, considerado y respetado» por Pedro Sánchez, que ha tomado decisiones unilaterales graves en materia migratoria sin contar con el vecino aliado.

La primera patera de la que se tiene noticia por intentar esta vía de los peñones e islotes data del 31 de agosto de 2002, cincuenta días después del incidente de Perejil que obligó a la Legión a evacuar a un grupo de gendarmes marroquíes de ese islote. La patera trató de alcanzar Chafarinas con 36 inmigrantes también marroquíes a bordo pero fue interceptada previsamente por la Gendarmería del país vecino con ayuda de una corbeta española que entonces vigilaba los pequeños territorios.

Actualmente , solo ese archipiélago está custodiado , de lo que se encarga una treintena de soldados del Tercio Gran Capitán I de la Legión encuadrado en la Comandancia General de Melilla. No tienen ninguna competencia en materia de inmigración.

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