El catalanismo se reformula con dos nuevos partidos de cara a un adelanto electoral

El independentismo marca la diferencia entre los nuevos movimientos y hace imposible un solo bloque para competir con Puigdemont

Manuel Valls, durante la sesión constitutiva del Ayuntamiento de Barcelona Marta Dias

Daniel Tercero y Àlex Gubern

En el horizonte político catalán se otean movimientos partidistas para gestionar el «postprocés» independentista que podrían convulsionar el tablero del Parlamento de Cataluña. No hay vuelta atrás, en la próxima cita electoral autonómica habrá, como mínimo, una nueva fuerza política que se presentará como aglutinadora del catalanismo conservador de corte nacionalista, pero no independentista, y podría haber otro partido más si, finalmente, los críticos con Carles Puigdemont no consiguen cambiar el rumbo del PDECat , cuyo único objetivo es su integración en la Crida Nacional.

Por un lado, tal y como adelantó ABC el pasado 4 de junio, en las próximas semanas se conocerán detalles de un nuevo partido cuyos promotores barajan el nombre de Lliga Democràtica –avanzado este martes por «La Vanguardia»–, si bien todavía «no está cerrado». Si no es este nombre exactamente, «podría ser una variante», según confirmaron tres de los promotores de la iniciativa.

Más allá de las siglas, está por concretar, todavía, la persona que liderará el proyecto, que será del mundo nacionalista y, en opinión de Astrid Barrio , politóloga y una de las personas promotoras, de «mucho peso político». Está descartada Eva Parera , concejal en el Ayuntamiento de Barcelona con Manuel Valls , exdirigente de Unió Democràtica de Catalunya (UDC) y que ayer no devolvió las llamadas de ABC, que «sí será una de las personas importantes del proyecto, pero no su líder». También tiene la puerta cerrada Valls. «No es la plataforma de Valls, ni su partido» , añade Barrio, que se muestra convencida de que, como Parera, el ex primer ministro francés apoyará al nuevo partido político desde el primer día.

En cualquier caso, Lliga Democràtica defenderá un catalanismo conservador cuyos límites serán el independentismo, pues este es el tope de los que están en la sala de máquinas del proyecto, que sí creen tener un espacio electoral tras la radicalidad de JpC y el PDECat, herederos de CiU.

«Mucho trabajo»

Lliga Democràtica aspira, según sus promotores, a aglutinar todo el espacio catalanista conservador al que tampoco le incomoda el nacionalismo, pero que no tiene cabida en el PDECat. Este sería el caso de Lliures, que tiene como rostro mediático al exconsejero autonómico Antoni Fernández Teixidó.

En declaraciones a este diario, Fernández Teixidó asegura que un proyecto del calibre de Lliga Democràtica necesita «mucho trabajo, un programa, financiación económica y, entre otras cosas, un marco ideológico claro». En su opinión, este proyecto «todavía está muy verde y en una fase incipiente» . Pero se muestra favorable, con la moderación que le da la experiencia, a que se ponga en marcha el proyecto político.

En este espacio podría situarse, igualmente, Units per Avançar (UpA), ahora coaligado electoralmente con el PSC, y cuyo líder es el también exconsejero autonómico Ramon Espadaler . Y la asociación Portes Obertes del Catalanisme, que preside Mario Romeo, quien confirmó este martes a ABC que está manteniendo reuniones para recabar «información» y «ayudar en lo posible».

Escisión del PDCat

De todas formas, a la espera de una mayor definición ideológica, en Lliga Democràtica no estará el sector independentista que todavía aguanta en el PDECat y que estaría rumiando la posibilidad de organizarse políticamente al margen de la formación que lidera David Bonvehí , pero controla Puigdemont desde Waterloo (Bélgica).

Las diferencias en el seno del PDECat son más de forma que de fondo. Los Marta Pascal, Carles Campuzano y Jordi Xuclà, entre otros, defienden la apuesta secesionista, pero circunscribiéndola dentro de las leyes y renunciando a actos unilaterales, como los vividos en los últimos años cuyo cénit fue octubre de 2017. Tanto Pascal como Campuzano mantienen silencio respecto a su estrategia pero afines a ellos confirman a ABC que, seguro, «no están ni estarán en Lliga Democràtica».

Así, todo indica que los críticos a Puigdemont intentarán retomar el control del partido -Pascal lo lideró, pero perdió el pulso con Puigdemont- para resituarlo al margen de la Crida Nacional y fijar un rumbo no unilateralista. En caso de fracasar en la apuesta, se abriría la puerta a una escisión que se configuraría en un nuevo partido en el ámbito catalanista, donde sí tendría cabida un independentismo no unilateral.

En este terreno jugaría Convergents, un pequeño partido que lidera el exconsejero autonómico Germà Gordó y que defiende parte del legado de la Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) más pactista, y que ya conoce la dureza de presentarse a unas elecciones para disputarle parte del espacio a Puigdemont. En la dirección de Convergents están convencidos de que el pulso al expresidente de la Generalitat fugado de la Justicia de los Pascal, Campuzano y Xuclà fracasará, por lo que, bien a través de su formación o bien con una nueva fórmula, les esperan con los brazos abiertos. Fuentes de este partido aseguran a ABC que en las próximas semanas darán a conocer «novedades» al respecto.

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