Casado afea la «pasividad» de Sánchez: «Hay un punto medio entre el estado de alarma y lavarse las manos»
El presidente del PP plantea una reforma de la Ley General de Salud Pública
Firmeza, pero con la mano tendida al Gobierno por la salud de los españoles. El presidente del PP , Pablo Casado , ha ofrecido al Ejecutivo colaboración para gestionar la evolución de la pandemia del coronavirus , pero no ha dudado en echarle en cara los errores cometidos hasta ahora, como la «pasividad» a la hora de plantear medidas contra los rebrotes .
«Hay un punto medio entre el estado de alarma y lavarse las manos» , ha expuesto el líder de los populares, en la reunión de su comisión de seguimiento del Covid-19 . Junto a él había dos exministras de Sanidad que saben lo que es gestionar sendas epidemias, Ana Pastor (SARS) y Dolors Montserrat (ébola). Sus acompañantes eran para Casado un argumento de autoridad para reclamar a Pedro Sánchez que no dude en apoyarse en la experiencia de gestión de su partido para contener, cuanto antes, los más de doscientos focos de rebrotes activos en España.
Para ello, Casado ha recordado que existe ya legislación vigente para tomar el mando único sanitario y coordinar la actuación de las comunidades desde el Ministerio de Sanidad , pero ha planteado una serie de modificaciones legislativas para hacer frente de manera eficaz al Covid-19. «No hay motivo», ha apuntado, para que el grupo parlamentario socialista no se siente hoy mismo a negociarlas.
El número de infectados no deja de crecer en los últimos días, y en la reunión convocada hoy en Génova pesaba la gravedad que a principios de marzo flotaba en el ambiente, antes de que todo se descontrolase y se hiciera necesario aplicar un estado de alarma que derivó en el confinamiento más restrictivo de Europa. Lo ha recordado el mismo Casado: «Esto me recuerda a la reunión del 9 de marzo, en la que salimos a pedir que el Gobierno se moviera».
Humildad
Y ese ha sido el tono del presidente del PP en todo momento, ante la atenta mirada de sus compañeros. «Pido más humildad, menos autobombo, menos pasillos de aplausos, menos propaganda, menos portadas, menos entrevistas televisivas. 45.000 muertos y cuatro millones de parados no es hacerlo todo bien», ha sentenciado Casado.
Las propuestas de Casado, que buscan actuar ahora con los medios que no había en marzo -mascarillas, test masivos, herramientas de rastreo aún sin definir por el Gobierno...-, deberán ser incluidas en ese pacto Cajal que el Ejecutivo aceptó negociar a cambio del respaldo de los populares al documento sanitario de la Comisión para la Reconstrucción . Un acuerdo de Estado que el dirigente popular pretende que se alcance en el mismo mes de agosto. El tiempo apremia y en otoño, ha advertido Casado, un rebrote más fuerte podría sembrar la confusión al coincidir con la campaña de vacunación de la gripe común.
Entre las reformas planteadas por Casado, destaca una sobre la Ley General de Salud Pública que obligaría a contar con planes de contingencia frente a posibles epidemias, a hacer vinculantes las alertas de la OMS y del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades, al acceso de los profesionales a equipos de protección individual, a la transparencia en el dato de fallecidos, y a revisar la política de vacunas.
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