EH Bildu descoloca al PNV con sus iniciativas para los presos
Los nacionalistas intentan marcar diferencias con el partido de Otegi

El 8 de enero, cuando el independentismo se disponía a hacer una demostración de fuerza con más de 200 manifestaciones en e l País Vasco y Navarra a favor de los presos de ETA, el PNV se descolgaba y anunciaba que no participaría más en ... actos a favor de presos. Con este gesto daba un golpe de efecto y apostaba por una «negociación política» frente a las reivindicaciones callejeras. Pero EH Bildu podría haber tomado la delantera también en esta cuestión al promover un cambio legislativo que permita acortar las condenas de los terroristas .
Fuentes del PNV niegan que exista ningún tipo de rivalidad con la formación abertzale. «La relación se lleva con discreción», apuntan. Pero lo cierto es que los dirigentes nacionalistas no han dudado en lanzar dardos contra la coalición independentista en sus últimas apariciones. El lendakari, Iñigo Urkullu, recordaba este jueves que los abertzales no solo no han reconocido «el daño causado», sino que, además, han incluido a un exjefe de ETA , David Pla , en su nueva dirección. «Si la izquierda abertzale quiere reconocer un camino hacia el futuro, no puede olvidar lo que tiene por detrás», advertía.
No era sino la repetición del mensaje en el que ya había insistido esta semana el presidente del PNV, Andoni Ortuzar . Consideraba este nombramiento «un error», y además, utilizaba un tono poco habitual en la formación nacionalista para referirse a Arnaldo Otegi. Ortuzar criticaba que el líder de EH Bildu está haciendo «un papel de comercial de la marca», reconociendo que se trataba de una táctica para «disputarle al PNV la hegemonía política» en el País Vasco.
Todo ello en un momento en el que el matrimonio PNV-PSOE vive una crisis evidente. Urkullu reconocía ayer que la relación con Pedro Sánchez es «manifiestamente mejorable» y no dudaba en criticar el «cortoplacismo y tacticismo» del Gobierno de coalición. Los desencuentros se han multiplicado en las últimas semanas. Los nacionalistas, incluso, han llegado a advertir que las contrapartidas tendrán que cerrarse «por ley y ahora» para lograr su apoyo a proyectos de envergadura como la reforma laboral.
El órdago del PNV en Madrid llega, además, en un momento en el que está perdiendo la comodidad institucional de la que ha gozado en las últimas legislaturas. La posibilidad de un tripartito de izquierdas es cada vez más real. Además, una de las medidas estrella del Ejecutivo de Urkullu para esta legislatura era la actualización del llamado ‘nuevo estatus’. Sin embargo, las reticencias del PSE, socio del Ejecutivo autonómico, a abordar esta cuestión, han hecho que el proyecto siga, de momento, en un cajón. El PNV también intentó un gesto con el independentismo al recibir la transferencia de las prisiones. Sin embargo, los movimientos de EH Bildu han provocado que pierda fuerza su hoja de ruta para facilitar los regímenes de semilibertad para los presos de ETA.
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