Las anécdotas de la investidura de Pedro Sánchez

La segunda votación del candidato socialista, en la que fue investido presidente, pasó de la incertidumbre al júbilo en la izquierda

Iglesias llora Jaime García

Juan Casillas Bayo , Víctor Ruiz de Almirón y Gregoria Caro

Anécdotas y detalles de la segunda votación de la investidura de Pedro Sánchez , en la que fue investido presidente del Gobierno por 167 votos a favor, 18 abstenciones y 165 votos en contra .

Del suspense al jolgorio en la izquierda

Ayer la izquierda empezó el día con nervios e inseguridad. El PSOE incluso pasó lista, como en el colegio, para asegurarse de que no faltaba nadie. Lo ajustado de su mayoría y la volatilidad de sus socios propiciaron el clima de tensión . El resoplido de Adriana Lastra al salir del hemiciclo concluida la votación fue el resumen perfecto de las sensaciones contenidas y liberadas en llantos, abrazos y júbilo.

Unánime afecto a Aina Vidal

Ayer el Congreso vivió una nueva bronca, pero también hubo hueco para la solidaridad. La diputada de En Comú Podem Aina Vidal, enferma de cáncer, regresó tras ausentarse el domingo en la primera votación y recibió el agradecimiento de Pablo Iglesias.

El secretario general de Podemos y toda su bancada le regalaron un ramo de flores nada más concluir la sesión de ayer, pero los de su partido no fueron los únicos que expresaron mensajes de afecto hacia ella.

Desde la tribuna le enviaron ánimo y deseos de recuperación Montse Bassa, Laura Borràs, Íñigo Errejón –en un perfecto catalán– e Inés Arrimadas . Agradecida, la diputada de los comunes les sonrió y agradeció sus palabras. Entre los reproches y el clima de tensión, se vislumbró un rayo de unanimidad.

Los partidos se atacan con distintas citas de Azaña

Por primera vez desde la II República, el Gobierno de España contará con la presencia de reconocidos comunistas en sus filas. Por ello, quizá, se inquietaron las bancadas del PP y de Vox cuando Pedro Sánchez citó ayer a Manuel Azaña, presidente de aquella República, aunque plagió la cita al expresidente Mariano Rajoy, que usó la misma referencia el día que se despidió del Congreso.

Pablo Casado y Santiago Abascal, después de que varios de sus diputados gritaran «¡viva el Rey!» a modo de réplica , respondieron desde la tribuna al ayer investido presidente parafraseando a Azaña: «Puedo permitir que ataquen a la República, pero no permitiré que se ataque a España». Inés Arrimadas, a su vez, le pidió no repetir «sus mismos errores».

Oramas pide perdón a su partido y apela al respeto

Quizá la intervención más sentida de ayer la protagonizó Ana Oramas, de Coalición Canaria (CC), y no por la investidura, sino por los riesgos que le entraña romper la disciplina de voto después de veinticinco años de afiliación a su partido.

Como hizo el sábado, explicó que iba a votar «no» por «coherencia» y porque pone por delante los intereses de Canarias y de España a los de su partido. Sin embargo, pidió perdón a CC por no haberles dicho antes lo que iba a hacer y reclamó respeto hacia todas las posiciones políticas.

La diputada de CC exigió responsabilidad a todos los diputados e hizo un llamamiento a la moderación y al respeto mutuo, después de dos sesiones marcadas por las interrupciones, descalificaciones y enfrentamientos continuos.

«Ni soy una facha ni los diputados del PSOE y de Podemos están con los terroristas» , clamó, en un discurso en el que se le vio visiblemente emocionada y en el que criticó que quienes ahora le llaman «valiente», antes la calificaban de «corrupta» y «vendida». Su intervención contra la «política del odio» no recibió ni un solo aplauso.

Guitarte, Monedero y Lastra en el júbilo del patio

El patio del Congreso de los Diputados se convirtió en una fiesta al final de la sesión de investidura. En su mayoría asesores socialistas y colaboradores de Podemos que vitoreaban a sus diputados cuando salían al patio. La portavoz Adriana Lastra fue de las más ovacionadas. También la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Entre ese fervor recibió un caluroso recibimiento Tomás Guitarte, diputado de Teruel Existe . Circulaba por el patio Juan Carlos Monedero, presto a abrazar a cualquier correligionario que se pusiese a su alcance. Íñigo Errejón ya no lo es y se quedó sin abrazo. En la tribuna de invitados se agolparon presidentes autonómicos y líderes regionales socialistas. Faltaron Page, Lambán y Vara, que enviaron sus mejores deseos vía Twitter

Las lágrimas de emoción de Iglesias

Pablo Iglesias lloró cuando Pedro Sánchez fue investido. Emocionado porque se convertirá en vicepresidente y Podemos tendrá cuatro ministros en un Gobierno de coalición. A pesar de los años de desconfianza, el mismo Podemos que llegó al Congreso para ser la alternativa al PSOE gobernará ahora en armonía con el equipo de Sánchez. Reproches olvidados: ya actúan en sintonía, como mostraron ayer cuando la bancada socialista se levantó a aplaudir a Iglesias mientras iba a la tribuna. Gesto impensable hace un año para quien les acusó de tener cal viva en las manos. Por su parte, Íñigo Errejón agradeció a Iglesias y a Sánchez su pacto «que llega tarde». Y, tras sonrisas pícaras del líder de Podemos, incluso se dieron la mano.

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