Spectator In Barcino

Los agostos de Esquerra

Con el fango del 3 por ciento a chorro sobre sus socios de gobierno, Aragonés amaga con personarse de acusación; y, para ser más republicano que nadie, se aferra a la campaña contra la Monarquía

Oriol Junqueras y Pere Aragonés, en un acto de partido Efe
Sergi Doria

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No es un secreto que Esquerra no puede presumir de cuadros y banquillo. A poco que te sepas «Els Segadors», gorjees cual cotorra eslóganes separatistas y jalees al líder subes como un cohete de fiesta mayor de comarca. En Esquerra manda Oriol Junqueras el Requetebueno, condición que repite -se repite mucho- con latinajos aprendidos en sus cursillos vaticanos.

Como Junqueras acabó en la trena por cargarse el Estatuto y la Constitución el 6 y 7 de septiembre de 2017, le tocó a Pere Aragonés García (Pineda de Mar, 1982) tomar las riendas del partido y la vicepresidencia de la Generalitat que personifica, con mucha propaganda y nula gestión, el Vicario Torra-Apreteu.

Si el final de julio fue aciago para Aragonés con su Líder Requetebueno de vuelta a Lledoners, el principiar de agosto le ha otorgado bríos renovados.

Si asomaba el desánimo, Aragonés pensaba que a Torra-Apreteu le queda poco más de un mes de Vicario Presidencial. A mediados de septiembre, cuando el Supremo confirme la sentencia de inhabilitación del TSJC, el de la nómina 153.000 euros retornará a su hogar burgués con una «humilde» jubilación de 90.000. Allí podrá evacuar hagiografías de Xammar y los Badia, o arengar a sus amados CDR; aliviará en febriles artículos fracasos profesionales (Axa-Winterthur) y desatinos político-pandémicos con sus alegorías zoo-étnicas: las «bestias taradas» españolas que acechan a su Dinamarca del Sur (aunque él prefiere compararse con Suiza).

Si piensa en eso, Aragonés sonríe: como su compinche Torrent, se dejó barba porque el vello disimula los mofletes y otorga cierto aire de respetabilidad: además, como el Líder Benefactor también la luce, lo mejor es seguir con el argumentario estético.

La competencia en fanatismo con Torra-Apreteu se le hace pesada al vicepresidente. Siguiendo órdenes del Fugado, el Vicario se cachondea de la mesa de diálogo de Esquerra con el PSOE y Podemos. Los de la antigua Convergencia, rebautizada para camuflar la organización criminal que revela el juez De la Mata, pretenden ser más separatistas que Esquerra. Compartir gobierno con los herederos del Clan Pujol impide fardar a pleno pulmón de la virginidad en materia de corrupción que Esquerra se atribuye: «¡89 años de historia!» que diría Tardà.

Con el fango del 3 por ciento a chorro sobre sus socios de gobierno, Aragonés amaga con personarse de acusación; y, para ser más republicano que nadie, se aferra a la campaña contra la Monarquía arengando a sus cachorros, (aspirantes, todos, a funcionarios): «¡Los Borbones son una organización criminal!», «¡La Monarquía solo puede ser corrupta por definición!».

Con la noticia de que Don Juan Carlos traslada, temporalmente, su residencia fuera de España y permanece a disposición de la Fiscalía para aclarar lo que haya que aclarar sobre sus cuentas, el bueno de Pere se veía proclamando la República Catalana en el balcón de Sant Jaume (el Fugado solo puede hacerlo de forma telemática). «Felipe VI es a partir de hoy un Rey aún más cómplice del legado oscuro de su padre», proclamó solemne.

Eso del «legado oscuro» parece una película de Harry Potter. El legado de su padre es una democracia -en paz- de 45 años: la más prolongada y próspera de nuestra crónica española. Nuestra ciudadanía europea.

Pero, ¡ay!, cuando se trata de atacar a la Corona, los bolcheviques podemitas y los separatistas pugnan para ver quien la suelta más larga. Con mil contagios diarios de coronavirus, el zombi Torra-Apreteu propone enterrar la Monarquía y Aragonés le secunda en otra de esas sesiones que han hecho del Parlament un muladar de odios.

Lástima, Pere. Con un abuelo alcalde de Pineda en los años del franquismo, una familia ligada a la hostelería y la industria textil… Con tus estudios y pose tecnócrata alguien podría haber creído que la Esquerra Responsable no es un oxímoron… Pero, que le vamos a hacer, la genética histórica es la que es.

No mentaremos el golpe de Companys del 6 de octubre de 1934 contra la República española. Recordemos dos «agostos» de Esquerra. El 11 de agosto de 1936 milicianos comandados por Ángel Samblancat ocupan el Palacio de Justicia. A partir de ese momento, la nueva Oficina Jurídica que dirige Eduardo Barriobero se cisca en la autoridad de la Generalitat que representa el consejero de Esquerra, Quero Molares. Arden toneladas de sumarios y se manda a paseo a «quintacolumnistas» sin garantías jurídicas…

Otro 11 de agosto, de 1938. Los anarquistas fuera de órbita, las checas del SIM abarrotadas y el «enterado» de Companys: 63 tradicionalistas catalanes -entre ellos, Ignacio Trias Bertran, tío de Xavier Trias- fusilados en el foso de Santa Elena del castillo de Montjuïc.

Iglesias quemadas, empresas colectivizadas, menestrales (antepasados de CiU y Esquerra) perseguidos… Era la guerra, sí. Pero en la «paz» del 31 al 36 se le dio, demasiado, al gatillo.

¡Puñetera Historia! ¡Cómo te corta el rollo republicano!

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