Rosa Belmonte

Adivina quién vino a comer y a hablar al Salón Real del Casino

Pablo Iglesias discurseaba con la cadencia de una nana a un público al que no asustó

Pablo Iglesias JOSÉ RAMÓN LADRA

ROSA BELMONTE

Pablo Iglesias tiene una jefa de prensa que nada más sentarse a la mesa dijo que los de izquierdas no roban («no robamos») y los de derechas, sí. Debía de sentirse la pobre en el Salón Real del Casino de Madrid como si estuviera en las cuevas de Luis Candelas o en casa de los Pujol. El secretario general de Podemos llegó con Julio Rodríguez, su futuro ministro de Defensa, con Rafa Mayoral y con Irene Montero (cuando se googlea a Irene Montero lo primero que sale es que es la sustituta de Tania Sánchez).

Mientras los fotógrafos esperaban en la calle pasó un indio con turbante y lo acribillaron. El tipo preguntó «Who’s coming?» . Para algunos el foro de ayer era «Adivina quién viene esta noche». En lugar de un negro, un señor con coleta, pantalón de pana y zapatillas. Lo del indio tampoco sería descabellado. Al fin y al cabo, en la política Village People de Podemos no desentonaría. Tienen un militar, un filósofo y guionista de «La bola de cristal», un especialista en Gramsci (Errejón)…

Julio Rodríguez tampoco llevaba corbata. Sí traje, uno casi con la misma tela que el chaqué de Manzanares en la boda de Cayetano. Y una camisa negra. Negra. El Gobierno lo ha destituido por «pérdida de confianza» y «falta de idoneidad». Si lo hubieran echado por ponerse esa camisa todo el mundo lo habría entendido. Con lo que era ese hombre de uniforme. Hay gente que viste el cargo y gente a la que el cargo viste. Este es el caso.

Ayer no hubo croquetas en el aperitivo, sólo bebida. ¿Las croquetas no son de izquierdas? Pablo Iglesias contó que su tía abuela, Ángeles Santamaría, era camarera en la cafetería de ABC y por eso él siempre ha leído el periódico. Ya. Se lo pondría al canario mientra leía «El País». La tía abuela era la dueña del piso qu enseñó en «El programa de Ana Rosa». Otra confidencia familiar fue que sus padres se conocieron en la tumba de Pablo Iglesias. Bonito, ¿eh?

Había otro Julio Rodríguez, el de Ciencia con Futuro, colectivo que agrupa a personal investigador, técnico y administrativo. Me llamó la atención porque en cuanto llegó al Salón Real se quitó la chaqueta y la puso en la silla. Si un hombre hace eso ahí se nota mucho. Al acto, por petición de Iglesias, se había invitado a miembros de la sociedad civil. Y allí estaban Save the Children, Acnur o los de Ciencia con Futuro. Como cuando Tony Blair invitó a todas aquellas asociaciones al entierro de Lady Di.

«¿Quién se iba a imaginar a alguien como yo interviniendo en este foro?», dijo después de recorrer las alcaldías españolas vinculadas a Podemos. Quién se imaginaba a Ada, Manuela o Kichi. Aseguró que lo que ocurrió en las municipales es el prólogo de las generales. «Hay aire de remontada». Lo decía con aire de nana. Sin leer, aunque apoyado en una libreta morada. En los mítines el tono es el del «Bolero» de Ravel. Va repitiéndose y subiendo poco a poco la voz. Ayer no. Ayer sabía que no era el público. Aunque se metiera mucho con Rajoy (lo llamó jefe de campaña de Artur Mas). Aunque hubiera un cuasi rifirrafe con Isabel San Sebastián . Parecía una tertulia en salón noble y a mucha distancia. Isabel Durán también se habría sumado, que hacía gestos dando la razón a San Sebastián.

«Algunos de los que están aquí peinan canas», empezó una frase Iglesias para hablar de la inutilidad del Senado . Y yo miraba a Antonio Gutiérrez, el que fuera secretario general de CC.OO. y diputado del PSOE, que no las peina. Lo curioso es que del pecho y por la camisa abierta le salen, como al Moranco legionario, unos pelos muy blancos. Pero los de la cabeza son todos castaños. En eso se parece a Mariano Rajoy.

Le preguntó Ángel Expósito a Pablo Iglesias por Carmen Forcadell, de quien dijo que no había estado fina como presidenta del Parlamento catalán. Y además no se lava el pelo, cosa que añado yo. Eso sí que hay que reconocérselo a Pablo Iglesias. Llevará el pelo de Pocahontas, pero muy limpio, cosa de lo que la otra no puede presumir.

«Casta es el sitio al que uno vuelve», respondió antre otra pregunta del moderador para colar una vez más la puerta giratoria de la exministra Trinidad Jiménez que ya había nombrado antes. Casta sois todos vosotros, ladrones, estaría pensando quizá la jefa de prensa.

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