¿Y si un partido no cumple con el pacto?
Los días previos a la constitución de los ayuntamientos se han multiplicado por todo el país las firmas de acuerdos para gobernarlos
Está sucediendo. El juego comenzó el 24-M y se consume el tiempo para intercambiar los cromos –los escaños en los ayuntamientos–. Algunos a puerta cerrada , otros en «streaming» a través de internet o incluso en las plazas más céntricas. El resultado de las negociaciones, accesible en Facebook y Twitter, que se han llenado de fotografías con una especie de «contratos» entre los partidos políticos. Al menos las redes sociales de las formaciones que han tenido que llegar a acuerdos con otras para gobernar. ¿Pero sirven para algo?
La validez jurídica de estos acuerdos es nula. Son, básicamente, papel mojado. Pero, en muchos casos y como ya se ha comprobado en otras ocasiones, su incumplimiento puede tener muchas consecuencias. La mayor y más grave para los partidos: el castigo en las urnas. De no hacer caso a los acuerdos, ocurriría lo mismo que de saltarse el programa electoral: aunque no tenga consecuencias legales, sí que se daña la imagen del político o del propio partido.
Así sucedió cuando, por ejemplo, Susana Díaz rompió en enero las relaciones con Izquierda Unida –con quien formaba gobierno– y se vio obligada a adelantar elecciones a marzo. Las consecuencias para el PSOE: hasta 81 días después de las elecciones no pudo Susana Díaz formar Gobierno en su comunidad . Las consecuencias para Izquierda Unida fueron más graves: pasaron de tener 12 escaños en el parlamento andaluz a tener 5 y perdieron casi la mitad de los votos conseguidos en las elecciones de 2012.
También en Extremadura pasó factura el pacto PP-IU . Los ciudadanos tomaron nota e IU se quedó sin representación en el Parlamento regional, y el PP retrocedió casi 10 puntos en voto, lo que le llevó a perder el Gobierno regional.
La credibilidad, quizá la característica más importante que deben poseer los políticos y sus partidos, está en juego. Un solo paso en falso o un incumplimiento programático y sufrirían las consecuencias de no cumplir con lo prometido.
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