el contramitin
Escaños muertos
El parlamento permanece vacío de contenido, abandonado. Es el barco de las almas penitentes que todo marino teme encontrarse en la mar
![Escaños muertos](https://s2.abcstatics.com/Media/201505/13/marianorajoy-efe--644x362.jpg)
Las sesiones de control en el parlamento deben comenzar a las nueve en punto. Ayer, a las nueve y siete, con las bancadas luciendo más coloridas por los estampados estivales, sus señorías formaban corrillos y hablaban con espíritu jovial de sus cosas sin que nadie los reconviniera para proteger la puntualidad solemne. La sesión fue luego el mismo tedio ramplón que acostumbra desde que el nervio de la gran discusión nacional se trasladó a los platós y, ahora, a los mítines y declaraciones de campaña.
El parlamento permanece vacío de contenido, abandonado. Es el barco de las almas penitentes que todo marino teme encontrarse en la mar. Uno debe entretenerse con anécdotas ínfimas como los desgarros internos de UPyD , donde han dejado de aplaudirse los unos a los otros incluso cuando en los escaños están presentes sólo dos: Gorriarán, interviniendo, y Lozano, ignorándolo. Ya otro día hablaremos del maravilloso diputado hipster con el que UPyD sustituyó a Toni Cantó. Es fácil imaginarle una bicicleta plegable en el despacho: tiene una barba larga y tupida de las que los hipsters se acicalan con peines de vinilo y va tan perfectamente trajeado que por momentos recuerda a un predicador de la Nación del Islam tan elegante como Malcolm X. El muchacho me ameniza los ratos tontos que pierdo en la tribuna de prensa y que seguiré perdiendo hasta que en el parlamento entren por fin los únicos personajes políticos que pueden devolverle el vigor: Pablo Iglesias y Albert Rivera, con sus huestes respectivas detrás.
Ayer, en particular, sólo hubo un buen momento parlamentario cuando Pedr Schz, a cuento de los jóvenes que se han ido a buscarse la vida en el extranjero, trató de arrastrar a Rajoy a un ámbito de discusión sentimental, emocional, típicamente socialdemócrata: Rajoy lo destrozó con datos y con correcciones minuciosas de los dramas enfáticos de Schz: «Ser joven en España es elegir entre pasaporte o Inem». Fue interesante porque opuso dos modos de hacer política cuyo antagonismo evoca las lágrimas aquéllas de la ministra italiana que fueron festejadas como si llorar y descomponerse avalaran una aptitud para gobernar, cuando más bien es lo contrario.
Pero, en general, y salvo por estos destellos, créanme si les digo que el parlamento se ha vuelto periférico y está sufriendo la mayor crisis de existencia de todo el ciclo democrático. De tan insignificante, ya parece el Senado. También hay que admitir que, si ya era dura la competencia de las tertulias de la televisión, que son los únicos lugares donde se puede escuchar a los líderes emergentes de la oposición, ahora en campaña ningún diputado puede competir con la tómbola electoral, con las descacharrantes ocurrencias de los candidatos ni con el tráfico de dossiers con los que se intenta liquidar la honorabilidad de los rivales. Ayer, junto al río, pasaron en bici Aguirre y Rajoy -más Cifuentes, que se metió en la escapada-, como haciendo una alegoría de sus competiciones personales. Cómo rivalizar con eso preguntando por el déficit público.
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