Sánchez convierte al «fascismo» de Vox en su gran baza para atraer a indecisos de izquierda y derecha

Creen que debería haber replicado a Casado por el pacto con los independentistas

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Víctor Ruiz de Almirón

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En el PSOE creen que Sánchez salió del debate en mejor posición que del doble enfrentamiento de abril. «Ha servido para lo esencial, que quede claro que es la única opción de Gobierno», dice un dirigente. En ese aspecto creen que el mensaje sobre dejar gobernar a la lista más votada «será clave de aquí al domingo» y tras las elecciones. «Estuvimos en el punto justo entre dos bloques», dice un dirigente, que defiende que el consenso respecto al buen debate de Abascal «nos va a beneficiar» . Aunque también hay quien se muestra «muy preocupado» porque las elecciones no sirvan para «cerrar» la batalla en la derecha, antes por Cs y ahora por la subida de Vox, y que eso impida apoyarse en el PP algún momento.

Algunas personas consultadas sí ven como un traspiés no haber cerrado la puerta a un pacto con los independentistas, en ese intercambio en el que Sánchez no acertó a contestar a Casado. « Es cierto , pero es lo único que está pudiendo utilizar el PP», valoran desde una importante federación.

Esto se reconoce incluso en La Moncloa, pero se escudan en que el debate se había embarrado: «Si. Se podía haber contestado pero nadie contestaba ninguna pregunta», intentan justificar. Y en última instancia le restan trascendencia porque creen que con el paso de los días solo se recordarán tres cosas: « El adoquín de Rivera , la dureza de Abascal y las propuestas de Sánchez». Insisten en que «nadie se acuerda hoy de una propuesta de Casado, Rivera o Iglesias».

Y es al electorado fronterizo con esas tres formaciones a quien Sánchez se dirige estos días, sirviéndose para ello del buen debate de Santiago Abascal, a quien el presidente en funciones ya convirtió ayer en su principal rival.

Aunque el volumen puede ser mayor con Iglesias, Sánchez no parece que vaya a concentrar esfuerzos de manera preferencial en esos indecisos. Desde el Comité Electoral del PSOE se aseguraba ayer que en lo que queda de campaña el mensaje es «seguir apelando a la movilización». Y que en ese llamamiento se implica también «al flanco izquierdo» para dejar claro que «hay una izquierda pragmática y otra populista».

Pero en La Moncloa se apunta también a otros espacios. «Queda mucha gente por decidir su voto. No es solo Cs. Y hay gente en España que a veces vota PP y a veces PSOE. Y esa mayoría decide». Ayer Sánchez definió a Casado y Rivera como una derecha «asustada» frente a una ultraderecha «agresiva». El buen debate de Abascal sirvió a Sánchez para elegirlos como rival en esta recta final. En Gijón, su número dos Adriana Lastra los definió directamente como «fascistas» y los instó a un voto en torno al PSOE que los haga volver «a la cueva».

En ese cara a cara con Vox Sánchez pretende atraer el voto útil desde todos los flancos. Lo repitió ayer Sánchez hasta la saciedad, insistiendo en que «o se vota al PSOE para que haya Gobierno o se vota a cualquier otro partido para impedirlo».

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