Rivera se centrará en retener cerca de un millón de votantes del 28-A y que dudan si irse a PP y PSOE

El presidente de Ciudadanos regresa hoy al Foro ABC a punto de abrir una campaña en la que se disputará cerca de 1,5 millones de votos indecisos entre ellos y el PP y el PSOE

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Albert Rivera pone rumbo al 10-N con peores perspectivas que nunca

Víctor Ruiz de Almirón y Juan Casillas Bayo

Albert Rivera regresa hoy al Foro ABC 208 días después de su última visita. En abril, antes de las últimas elecciones generales que le catapultaron hasta rozar el «sorpasso» al PP, las expectativas con las que el presidente de Ciudadanos (Cs) acudía a esta cita eran mucho mejores que las actuales. Entonces los liberales se presentaban con la certeza de que iban a mejorar los 32 escaños que obtuvieron en 2016, mientras que ahora todos los sondeos le auguran un brusco descenso.

La perspectiva es mucho mejor cuando desconoces cuánto vas a crecer que cuando ignoras el tamaño de una caída pregonada por cada encuesta. Aunque ayer Inés Arrimadas criticó abiertamente al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del socialista José Félix Tezanos, es seguro que en la sede de Cs se percibió con cierto alivio después de varias encuestas que les situaban por debajo de los veinte escaños.

Esta misma semana, fuentes del Comité Permanente de Cs, el núcleo duro del partido, aseguraban que en ninguno de los datos internos que manejan tienen un resultado tan catastrófico. Pese a que los últimos sondeos, con excepción del CIS, le relegan a la quinta o incluso sexta fuerza en el Congreso de los Diputados, dirigentes de peso en el partido insisten en que mantienen su aspiración al tercer puesto. Nadie habla ya de superar al PP —en la campaña del 28-A llegaron a hablar de un empate técnico que se tradujo en real—, pero sostienen que revalidar la tercera plaza no está en absoluto descartado.

La clave, según las fuentes consultadas, reside en movilizar al electorado moderado, como repiten desde hace semanas tanto en público como en privado, especialmente a los que se encuentran indecisos. Fuentes de la dirección señalan dos focos de indecisos diferenciados: uno externo, de votantes que no tienen claro a quién votar, pero otro más concreto, quizás más importante, de electores que se decantaron por Cs el 28-A y que ahora dudan si repetir.

El sondeo del CIS ha representado para Ciudadanos un pequeño balón de oxígeno. Ya que la perspectiva general se distancia de las últimas encuestas privadas que situaban al partido por debajo de los 20 escaños. Pero es simplemente la comparación con esas otras encuestas las que pueden llamar al optimismo. Porque el análisis de las tripas del CIS revela un serio problema para la formación de Albert Rivera, y es la baja fidelidad de su electorado.

El 28 de abril votaron a Ciudadanos 4.136.600 personas. De ese total de votantes solo un 34% responde de forma espontánea que repetirá su voto el próximo 10 de noviembre. La comparación con el resto de grandes partidos es abismal. PP, PSOE y Vox tienen este nivel de fidelidad por encima del 60%, mientras que Unidas Podemos supera el 50%. Esto significa que Ciudadanos arranca la carrera electoral con 1.4 millones de votantes que podríamos considerar seguros.

Ciudadanos centrará la campaña entre los indecisos entre ellos y el PP o el PSOE. El indeciso en general, tanto los que ya le votaron en abril como quienes no lo hicieron y se lo plantean. Pero como dicen en el partido la pelea más importante es con el "indeciso propio", esto es, quienes le votaron en abril y van a ir a las urnas pero dudan si votar a Rivera otra vez. Un 81,3% de sus votantes asegura que irá a votar "con toda seguridad" o que "probablemente sí" lo haga. Eso significa 3.362.568 votos. Y de ese volumen de votantes un 48,1% (1.617.395 votantes) no tiene claro su voto. Esos son el gran objetivo de la campaña de Rivera . Algunos de esos votantes están ya perdidos, como el 3,5% de ellos que duda entre PP y PSOE. Pero la mayoría incorporan a Ciudadanos entre sus opciones.

La mayor contienda es con el PP. Un 29,3% de esos 1,6 millones duda entre repetir con Ciudadanos o pasarse al PP. Esto equivale a cerca de 475.000 votos . Mientras que un 20,7% de ellos duda entre PSOE y Cs, lo que equivale a unos 335.000 votos. Es decir, Ciudadanos intentará retener a 810.000 personas que le votaron en abril y ahora se plantean volver al bipartidismo . Asumiendo que Ciudadanos perderá terreno estas elecciones, la diferencia entre una caída y una debacle dependerá esencialmente de cómo voten esas más de 800.000 personas. Un 5,9% de esos indecisos propios duda entre Ciudadanos y Vox. El resto de fugas son residuales.

La batalla de Ciudadanos es contra sí mismo. Una lucha por retener a personas que le votaron en abril, porque en este momento las transferencias de otros partidos son nulas. Aunque potencialmente tiene recorrido en votantes de otros partidos. Según el CIS, un tercio de quienes votaron al PP en abril y están dispuestos a votar el 10-N está dudando entre Pablo Casado y Albert Rivera. Un 86,4% de quienes votaron al PP en abril volverá a las urnas. Del total de 4.356.023 votantes que el PP obtuvo en abril eso significa 3.763.603 votos. De ellos un 24,9% irá a votar pero no sabe a quién. Esto significa que 937.137 votantes del PP están dudando. Y de ellos un 33,9% dudan entre repetir con el PP o pasarse a Ciudadanos. Lo que arroja un dato de 317.689 dudosos entre repetir con Casado o volver a Rivera .

En esta misma categoría la disputa con votantes socialistas se reduce al 11,5% de los socialistas que volverán a votar. De los 7.480.755 que votaron al PSOE en abril un 85,7% volverá a las urnas.Lo que significa 6.411.007 votantes. Y de ellos un 28,8% está dudando a quién votar. Esto significa que el PSOE tiene 1846.370 votantes dudosos. Si el 11,5% de ellos dudan entre PSOE y Cs esa bolsa de voto representa a 212.332 votantes.

Si sumamos el total de indecisos, tanto los que votaron a Cs como los que no, Rivera se disputa con Casado a cerca de 800.000 votantes. Mientras que con el PSOE la disputa es de algo más de 545.000 votos. En total el dato se acerca a millón y medio de votos, lo que explica a la perfección el retorno de Rivera a un discurso basado en la reivindicación del centro político.

El partido detectó un hartazgo con el bloqueo político ya antes de que fuese oficial la repetición electoral, por lo que Rivera decidió ofrecer a una semana del fin del plazo para formar gobierno «una solución de Estado» a Pedro Sánchez. Fue en el anterior Foro ABC donde Rivera, precisamente, apuntaló el «no es no» al secretario general socialista tras aprobarlo en febrero por unanimidad su Comité Ejecutivo. En el Foro de hoy es previsible que consolide su promesa de desbloqueo.

Es a los indecisos a quienes dirigirá Cs la campaña electoral, que arranca oficialmente la medianoche de mañana a pasado. Los liberales creen que los disturbios en Cataluña van a movilizar a su electorado y también ven positivo para la campaña contar ahora con cuatro gobiernos autonómicos porque pueden presumir de los éxitos cosechados en estos meses. En el partido identifican aún a la abstención como su principal enemigo —siempre han defendido que una alta participación les beneficia—, pero hablan ahora de un nuevo rival: su propia capacidad para convencer a sus votantes de repetir y volver a llenar las urnas de «papeletas naranjas»

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