El PP de Casado se hunde y se queda con menos de la mitad de los escaños que dejó Rajoy
Los populares pierden su representación en el País Vasco y en Cataluña solo sobrevive Álvarez de Toledo
Elecciones 2019| Pactos y reacciones en directo
El desastre ha sido absoluto en el Partido Popular , donde no se recuerda una noche electoral como esta. Pablo Casado se ha estrenado como candidato con el peor resultado histórico de su partido desde que fue refundado en 1990 . Pero ha sido aún peor que eso. Ha sido el hundimiento de una formación que hace ocho años tuvo en sus manos una mayoría absoluta de 186 diputados y controlaba el poder territorial en toda España. Ahora, Casado se ha quedado por debajo de los 70. En la sede nacional del partido, algunos trabajadores históricos de la casa se llevaron las manos a la cabeza, sin poderse creer lo que estaban viendo en un escrutinio que lejos de mejorar los resultado según avanzó la noche, fue confirmando el naufragio de este proyecto nada más nacer.
Mariano Rajoy había dejado un Grupo Popular de 134 diputados en el Congreso, más los dos de UPN y otro más de Foro, que se presentaron con los populares. Casado ha situado al PP con 66 diputados, menos de la mitad. Es un 16,7 por ciento de los votos, frente al 33,01 de Rajoy en las últimas elecciones. Sánchez, el «único adversario» de Casado, ha conseguido doblar al candidato del PP.
Al final de la noche, Casado no se ocultó y compareció rodeado de los suyos en la sede nacional del partido . Las caras eran un poema. «Ha sido un resultado muy malo» , reconoció el presidente del PP, visiblemente decepcionado. Casado acababa de llamar a Sánchez para felicitarle, y ya piensa en las elecciones municipales, autonómicas y europeas de mayo. En su entorno aseguran que ni por un momento se le ha pasado por la cabeza renunciar. El líder del PP cree que la fractura del centro-derecha ha impedido que sea una opción ganadora. El Comité Ejecutivo Nacional del partido se reunirá el martes para analizar el fracaso electoral.
Por la tarde, nadie podía creerse en el PP que lo que decían los últimos sondeos pudiera ser cierto. Demasiado cruel para serlo. Horas después, cuando el desastre estaba consumado, los primeros en dar la cara en Génova fueron un independiente, Daniel Lacalle, y Pilar del Castillo . Ambos elogiaron el liderazgo «indiscutible» de Casado y descartaron su dimisión:«Es un líder como la copa de un pino». En los pasillos de Génova se hablaba en voz baja de fracaso estrepitoso y de la necesidad urgente de «rectificar».
Casado estaba convencido de que la campaña sería decisiva. Y lo fue, pero para que el PP acabara de derrumbarse. Los datos están ahí. En la campaña el PP ha ido hacia atrás, en vez de avanzar. Las encuestas previas aún le situaban en el entorno de los 100 diputados. Y en 15 días de campaña, el retroceso ha sido evidente. La estrategia fue errónea .
Séptima planta
En los pasillos de la sede nacional se hizo un silencio sepulcral cuando avanzó el escrutinio. Desde la séptima planta, donde Pablo Casado seguía el recuento con su equipo más cercano, no llegaba ni un murmullo. En la calle, el balcón y la fiesta que se había preparado durante toda la mañana para celebrar una eventual victoria, es decir un suma suficiente del centro derecha, quedaron fuera de lugar, como un chiste en un entierro.
Casado no ha sabido convencer para lograr una voto útil en el centro-derecha. En Andalucía , ya hubo un primer aviso: el PP tuvo el peor resultado de la historia, aunque por una de esas paradojas de la política llegó al poder, al sumar con Ciudadanos y Vox. Fue un aviso claro, pero bien camuflado, y nadie tomó nota del notable retroceso. El PP no estaba en buena forma, sino todo lo contrario.y sin embargo la lectura que hicieron los populares fue la contraria, como si el pasado 2 de diciembre hubieran ganado con laureles.
Los populares no solo no han conseguido frenar la sangría de votos a Vox, tampoco han podido evitar que Ciudadanos haya crecido hasta casi dar el «sorpasso». Fuentes del PP señalaron que el efecto Vox ha sido «devastador» , porque hay «miles y miles de votos que no se han optimizado en escaño». También creen que Ciudadanos ha sido el «refugio» que han encontrado muchos votantes de centro-derecha que tenían miedo de Vox. La realidad es que el PP solo ha conseguido ser primera fuerza en Salamanca, Ávila, Lugo, Orense y Melilla. El PSOE, en 39 circunscripciones.
La híperactividad de Casado no ha sido suficiente. En la campaña se ha visto a un candidato unos días moderado y otros compitiendo en radicalidad con Vox . Se centró en los ataques a unos y a otros. Pero esa ilusión de la que presumían en este nuevo PP, la ilusión interna que despertó Casado en una parte del partido tras ganar en el congreso nacional de julio no la ha conseguido trasladar a la sociedad. Los españoles no se han ilusionado con el proyecto de Casado. Esa es la realidad.
Para calibrar bien el desastre y la decepción interna basta con recordar lo que decía Casado solo hace unos días en la caravana electoral. Aseguró que se veía capaz de ganar al PSOE . En su equipo ponían como objetivo razonable los 110 diputados, luego lo bajaron a 95-100, pero no se les pasaba por la cabeza un resultado peor.
País Vasco, a cero
Casado ha perdido por la derecha (Vox) , pero sobre todo por el centro. El retroceso ha afectado a algunos de sus más insignes dirigentes. Por ejemplo, el director de campaña, Javier Maroto, se ha quedado sin el escaño por Álava por apenas 300 votos, y se lo ha llevado Bildu. Los populares no consiguen un solo diputado por el País Vasco. En Cataluña, el PP logra solo un representante: Cayetana Álvarez de Toledo, por Barcelona. En Madrid no entran Echániz, Marimar Blanco o el torero Miguel Abellán. Y el síntoma más evidente del desastre absoluto del PP: la pérdida del diputado que siempre tuvo en Ceuta, aunque finalmente pudo salvar el de Melilla.
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