La España rural y despoblada, juez y parte en estas elecciones
Los candidatos a La Moncoa han borrado de la campaña las reivindicaciones de las regiones con menos población, pero sus votos resultaran fundamentales para decantar el próximo Gobierno
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Sus votos siempre han contado pero nunca han tenido tanta repercusión como esta vez. La España rural y despoblada fue uno de los temas de la precampaña, cuando todos los candidatos vieron una oportunidad electoral en los territorios que tradicionalmente han sido los más olvidados por los políticos.
Soria, Teruel, Cuenca, Huesca, Cáceres... Los ciudadanos de las provincias con menos población y recursos de España se revolvieron el 31 de marzo en Madrid en busca de un poco de visibilidad. Acudieron a la cita, pese a que no estaban invitados, políticos de todos los colores. Cinco ministros socialistas, varios integrantes populares e incluso Albert Rivera y Pablo Echenique por Ciudadanos y Podemos, respectivamente.
Las promesas entonces se sucedieron, conocedores los políticos de la importancia de pescar en las circunscripciones pequeñas, aquellas que reparten cinco o menos diputados. Casado acarició a un ternerito, el líder de Ciudadanos se subió a un tractor y en Vox se autoerigieron -con la caza y los toros por delante- como defensores del mundo rural mientras en su programa abogan por la unión de municipios pequeños, una medida que va justo en la dirección contraria.
Movimientos electoralistas aparte, hay muchos escaños en juego. 101 concretamente que, en el caso de las circunscripciones más pequeñas han ido a parar tradicionalmente a PP y PSOE . Todavía hay once provincias, que reparten 29 escaños , donde nunca ha obtenido un diputado otro grupo que no fuera el de los socialistas o el de los populares.
Olvidadas en campaña
Los motivos que explican esta tendencia son diversos. Van desde la mayor implantación territorial de estas dos formaciones -gracias a que sostienen una mayor tradición política-, hasta el carácter conservador al votar en los núcleos rurales, pasando por la inexistencia de estructuras y programas específicos que recojan las necesidades reales de estas zonas entre los nuevos partidos.
A lo largo de la campaña, PSOE y PP han puesto a trabajar a sus estructuras locales y autonómicas para recabar el voto en la España interior , aunque ninguno de los candidatos -tampoco del resto de partidos- ha apostado fuerte por la reivindicación de estas zonas celebrando allí alguno de sus actos de campaña. En cambio, sus mítines sí se han sucedido en las ciudades más grandes de la geografía nacional como Valencia, Barcelona, Sevilla o Madrid.
Tampoco ha sentado muy bien entre plataformas como Soria ¡Ya! o Teruel Existe que, durante los dos debates electorales en televisión y pese a las promesas de la precampaña, el tiempo dedicado por los aspirantes a la Presidencia a exponer medidas para amortiguar los problemas de estas zonas se pudiera contar en segundos.
A tenor de los procedentes, a la España vaciada le queda poca paciencia. Sus gentes acudirán a las urnas y el domingo, pasadas las ocho de la tarde, habrá un veredicto: veremos si la España de los olvidados renueva sus «votos» con los partidos tradicionales o si hay sorpresa e irrumpen las nuevas formaciones. De una forma u otra, lo importante serán las medidas -trenes, autovías, industria, internet...- que se tomen (o no) a continuación.
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