El dilema del votante balear indeciso
Los mítines centrales de Pedro Sánchez y de Pablo Casado en Palma se han celebrado prácticamente a la misma hora
Los habitantes de Baleares somos, históricamente, esencialmente indecisos de por sí. Nos cuesta tomar claramente partido por algo o por alguien, ya sea una formación política, un destino para pasar las vacaciones o un concursante de cualquier edición de «Operación Triunfo». Este miércoles, los dos partidos mayoritarios nos han vuelto a poner a prueba en ese sentido, al p rogramar prácticamente a la misma hora sus respetivos mítines centrales de campaña en Palma.
El votante moderado isleño ha tenido que elegir entre acudir al acto del líder del PSOE, Pedro Sánchez, en el Palacio de Congresos, o ir al mitin del presidente del PP, Pablo Casado , al aire libre, en las inmediaciones de la Catedral. Ahora que Sánchez parece haber virado hacia el centro, espacio que en principio también ocupa Casado, resultaba a priori aún más difícil escoger entre ambos políticos. Como mínimo esta tarde.
Al final, ese votante moderado podría haber ido a los dos mítines, pues el de Sánchez ha empezado con algo más de media hora de retraso. Así, podría haber disfrutado primero del acto del PP, sin grandes aglomeraciones, en un atardecer soleado y primaveral, para disfrutar a continuación del acto del PSOE, con un lleno hasta la bandera, en un anochecer ya no soleado, pero igualmente primaveral.
La moderación a la que hemos hecho referencia es, precisamente, otra de las peculiaridades de quienes vivimos en el Archipiélago. De hecho, las propuestas que están presentando estos días los cabezas de lista por Baleares del Partido Popular, el Partido Socialista, Unidas Podemos, Ciudadanos, Veus Progressistes, Proposta per les Illes y Vox son, en general, tan razonables y tan de sentido común, que es posible que más de un elector pueda sentir a veces deseos de votarlos a todos .
Esa mesura y esa templanza balear parece haber hecho mella, incluso, en el líder de Podemos, Pablo Iglesias. El pasado lunes, sin ir más lejos, las dos palabras que más pronunció Iglesias en su mitin de Palma fueron, elogiosamente, «España» y «Constitución». Ambos términos serán, posiblemente, los que más emplee también el presidente de Vox, Santiago Abascal, en su acto del próximo sábado en el Auditorium de Palma. Del líder de Cs, Albert Rivera, seguramente podríamos esperar también lo mismo, aunque en principio no lo podremos confirmar, pues no tiene previsto venir a Baleares durante la presente campaña.
Se podrá alegar, con razón, que algunas de las iniciativas que ha puesto en marcha en esta legislatura la presidenta de la Comunidad, la socialista Francina Armengol , no han sido consideradas especialmente moderadas por parte de la oposición y de diversas entidades cívicas. En ese sentido, debe hacerse referencia sobre todo a las políticas lingüísticas promovidas por Armengol con el apoyo de MÉS por Mallorca, MÉS por Menorca y Podemos. Posiblemente, serían la excepción —las excepciones— que confirmarían la regla.
Por si acaso, Casado ha expresado esta tarde una vez más su amor por las Islas y ha afirmado que no consentirá que Baleares se acabe convirtiendo algún día en «un apéndice de los Países Catalanes». Por su parte, Sánchez no parecía compartir hoy ese temor. Y todo apunta a que en principio tampoco lo compartirá mañana. Para el líder socialista, todo lo que se ha hecho o se ha iniciado en estos últimos cuatro años en Baleares ha sido bueno , incluida la posibilidad de que el Archipiélago se pueda acabar convirtiendo algún día en «la vanguardia de la transición ecológica».
A la luz de lo dicho en ambos mítines, es posible que bastantes ciudadanos indecisos isleños sigan aún sin saber a qué candidato votarán el próximo 28 de abril. Quizás les resulte más fácil esta vez decidir el lugar en el que pasarán las vacaciones o decir públicamente a quién apoyaron en la última y reñida edición de «Operación Triunfo».
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