La carta del PSOE: Si ganan, habrá soluciones para Galicia en Madrid

La vicepresidenta tercera del Gobierno, Nadia Calviño , apoyó en el día de ayer al candidato del PSOE gallego a la Xunta, Gonzalo Caballero. Lo hizo con un pequeño paseo por La Coruña y un posterior mitin en la localidad coruñesa de Betanzos. Es la tercera integrante del Gobierno que pisa Galicia en campaña , tras acudir el viernes el ministro de Cultura y el sábado el presidente Sánchez, y una manera de apoyar desde Madrid a un PSdeG que, de momento, no consigue levantar el vuelo en las encuestas y al que se le acerca el BNG.

Así, el PSOE se pone las pilas para retomar el vuelo . El sábado, Caballero dejó una promesa sobre sus primeros días de Gobierno:pedirá «en la primera semana» como mandatario una «reunión» con el Ejecutivo central para «hablar de la política industrial en Galicia» y conseguir en «colaboración con Industria una solución» para los empleos en la fábrica de Alcoa, en Lugo. Pedro Sánchez también dejó claro que Santiago de Compostela y la Moncloa se convertirán en «aliados» si hay un Ejecutivo socialista (o más bien, uno de coalición liderado por el PSOE, que es la opción más probable ahora de haber un cambio de Gobierno en la Comunidad gallega).

Esa sintonía entre Ejecutivos del mismo color es la nueva carta que juegan en Ferraz para tratar de movilizar el voto y de darle la vuelta a la tortilla. Hoy será un día clave para conquistar a los gallegos, al celebrarse el único debate electoral, que será a siete (PP, PSOE, BNG, Galicia en Común, Marea Galeguista, Vox y Cs), en los medios públicos gallegos.

Ayer el PSOE apeló insistentemente también a esa movilización. Lo hizo tanto Calviño como Caballero, reclamando este último que se deje atrás cualquier tipo de pesimismo. Es decir, que no se dé por hecho ya que va a ganar el PP y que no hay nada que hacer. «Ahora no nos podemos sentir pequeños», imploró el líder socialista en Betanzos, donde consiguió un lleno adaptado a las nuevas medidas de distanciamiento social. Y aseguró que la campaña ha empezado bien, que hay pasión por ese cambio tan ansiado: «200 personas se tuvieron que quedar fuera [en el mitin de Pedro Sánchez en Orense] hubo un colapso de gente absoluto. En Galicia hay una realidad que va más allá del relato de Feijóo», aseguró.

Incluyó otro aliciente a votar a su partido:que su papeleta no solo vote también para reflejar el apoyo a la acción del Gobierno durante la pandemia. Un voto, en definitiva, que sirva para «aprobar y defender» al Gobierno de la nación y para derrotar también a Casado. Al líder del PP lo ve con ganas de «derrocar» al Ejecutivo de coalición, siendo el primer paso la victoria de Feijóo en la Comunidad.

Para tratar de conquistar Galicia, ayer el PSdeG tiró de la ministra Calviño, de moda entre parte del electorado más moderado. La gallega fue el aliciente de la caravana socialista, una figura que intenta aportar seriedad y captar a ese votante que ya ha votado al PSOE en el pasado pero, que al mismo tiempo, puede votar y, de hecho, vota a Feijóo en las gallegas, al mostrar una imagen más centrada del PP.

Calviño aportó la idea de que para la recuperación económica de España se necesita de la ayuda de «todos los ciudadanos, los agentes sociales, todos los partidos, todas las empresas». Calviño abundo también en la idea de que un Gobierno socialista en Galicia trabajaría codo a codo con el Ejecutivo de la nación , en este caso para conseguir que esta crisis no deje «a nadie atrás».