La alternativa a Sánchez se debilita tras el hundimiento de Ciudadanos y PP

El 14-F consolida la división del centro-derecha y abre una crisis en los partidos de Arrimadas y Casado

Comparativa de las Elecciones de Cataluña 2021 y 2017

¿Cuál ha sido la participación en las elecciones y por qué ha sido tan baja?

Inés Arrimadas y Pablo Casado, en una imagen de archivo Vídeo: EP

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La alternativa política al Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pinchó ayer con claridad en Cataluña, y exhibió una división en el centro-derecha que aleja de golpe la posibilidad de unificar el voto para consolidarse frente a la coalición instalada en La Moncloa. La irrupción de Vox no compensó el hundimiento de Ciudadanos y el pésimo resultado del Partido Popular. Entre los tres sumaron tan solo 20 diputados en un Parlamento de 135.

En las elecciones autonómicas de 2017, sin Vox, el PP y Ciudadanos sumaron 40 diputados y casi 1,3 millones de votos, el 30 por ciento. En los comicios de 2015, sumaron 36 diputados y un millón de votos (26,4 por ciento). En 2012, obtuvieron 28 diputados y casi medio millón de votos (20,6 por ciento). Ahora, en 2021, Ciudadanos, PP y Vox suman 20 diputados, con un 17 por ciento de voto.

El 14-F era el primer examen al que acudían PP y Vox después de la ruptura escenificada en la moción de censura de octubre. Pablo Casado se desmarcó por completo de Santiago Abascal y de su partido y reivindicó un proyecto netamente de centro. Apenas tres meses y medio después, en Cataluña, donde los populares creían hasta hace tres meses que Vox no tenía nada que hacer, y nada significaba cero diputados, el partido de Abascal le ha doblado el pulso al PP y a su proyecto de centro.

La polarización de la política ha beneficiado claramente a Vox y ha dejado fuera de juego al PP y a un desdibujado Ciudadanos, que se ha encontrado sin espacio político y ha visto una fuga masiva de votantes hacia la izquierda y también hacia la abstención.

La pregunta es si el resultado en Cataluña es un síntoma de los flujos de voto en el conjunto de España, con un ambiente político cada vez más radicalizado y polarizado , como ha reconocido el propio Casado. El líder del PP denunció en plena campaña una pinza del PSOE y Vox que llevaba el voto a los extremos y achicaba cada vez más el espacio de centro. En ese escenario, la abstención ha castigado de forma especial a los partidos moderados o de centro.

El resultado del 14-F supone un terremoto en el centro-derecha. Por un lado, la crisis de Ciudadanos se acentúa. El partido que ganó las elecciones autonómicas en Cataluña en 2017, una hazaña incuestionable, no solo se hunde, sino que la fuerte caída le destroza como partido y daña sin remedio a su líder, Inés Arrimadas. Ella fue la candidata en las autonómicas de 2017 y la que lideró la estrategia en su comunidad, que pasó básicamente por no hacer nada y no plantear siquiera una alternativa a pesar de ganar en las urnas.

Descomposición de Ciudadanos

El declive de Ciudadanos ya se vio en las generales de noviembre de 2019, con un resultado que llevó a Albert Rivera a dimitir. Todas las miradas están puestas ahora en Arrimadas, ante el Comité Ejecutivo convocado con urgencia para hoy mismo, y que puede marcar el futuro de esta formación.

El PP no ha sabido aprovechar esa progresiva descomposición de Ciudadanos. Su oferta de centro no ha calado en estas elecciones. Su mensaje alejado del enfrentamiento político, en una región donde los independentistas protagonizaron un golpe de Estado hace apenas tres años y donde han repetido que lo volverán a hacer, no ha calado. Y eso merecerá un análisis profundo de la dirección regional y nacional.

En ese contexto, el 'sorpasso' más temido por el PP, y en este caso también por Ciudadanos, se ha acabado produciendo. Vox ha pasado por la derecha a los otros dos partidos, en un resultado que los populares no esperaban ni en sus peores pesadillas.

El discurso del partido de Abascal, de choque directo con independentistas e izquierda, ha dejado muy atrás al del PP, basado durante toda la campaña en un programa con tres pilares: convivencia, economía y salud.

Vox alcanza los 11 diputados, los mismos que tenía el PP en 2015, y logra representación en las cuatro provincias catalanas, incluidas Gerona y Lérida, que el PP ya veía como plazas complicadísimas al principio de la campaña.

El 14-F obligará a los partidos de centro y derecha que aspiran a ser alternativa de Sánchez a examinar sus relaciones y, en el caso de Cs y PP, su propio discurso.

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