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BUSCANDO EL CALOR ITALIANO

a canciller alemana disfruta de sus vacaciones de Semana Santa la isla de Ischia, frente a Nápoles, y ofrece su cara más relajada
31.03.13 - 00:01 -
Angela Merkel la nueva mujer de hierro en Europa también necesita descansar. No todo iba a ser trabajo. Y más después de la difícil situación a la que se ha tenido que enfrentar por el descalabro chipriota. La canciller alemana, paradigma de la mujer trabajadora y miembro de la 'cofradía del puño cerrado', según rezan algunos con sorna, ha tirado la casa por la ventana y se ha ido de vacaciones de Semana Santa. La dirigente política ha cambiado su sempiterno traje de chaqueta y pantalón por uno muy distinto: el de baño.
¿Y dónde ha ido la presidenta teutona? Pues al Sur, donde hay, sol y calor. Como buena alemana. Merkel desembarcó el viernes en Italia, 'casi' miembro de los PIGS, acrónimo peyorativo en inglés con el que medios financieros anglosajones se refieren a Portugal, Irlanda, Grecia y España por sus problemas económicos. La presidenta germana ha recalado en Ischia, una pequeña isla italiana frente a la costa de Nápoles donde, al parecer, la conocen bastante porque no es la primera vez que viaja allí para desconectar.
Merkel llegó a la isla, de origen volcánico, el viernes junto a su marido, Joachim Sauer, y desde entonces, se alojan en la localidad de Sant'Angelo. No tiene mal gusto la política. Se trata de una bella villa marinera de casitas encaladas, con un pequeño puerto pesquero, ubicada entre dos bahías. Hasta allí solo se puede llegar a pie y ello ha contribuido a mantenerlo casa virgen. El turista encuentra en sus estrechas callejuelas tranquilidad durante el día, pero también un agradable ambiente nocturno, según las guías de viajes. Estos días, además, se encontrará también con todo el dispositivo de seguridad necesario para que los Merkel-Sauer disfruten de sus días de asueto.
Según el alcalde de la isla, Franco Regine, la canciller y su marido son dos visitantes muy discretos. "Llevan una vida muy apartada, en compañía de sus amigos", explica. Y tampoco son nada 'snobs': "se mezclan con otros turistas e intentan pasar desapercibidos", desvela el regidor. La actitud se encuadra dentro de ese carácter reservado de la mujer más poderosa de Alemania. Y se lo crean o no, a Merkel también le gustan las procesiones: hace años participó en el tradicional rito del Calvario de Jesucristo que se celebra en Sant'Angelo como una fiel más.
Merkel cambia de traje
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