La vacuna no cambia los planes del BCE para diciembre
Lagarde teme que la crisis sanitaria derive en crisis financiera
Christine Lagarde ha hablado hoy como si no se hubiera anunciado el descubrimiento de una vacuna europea , desarrollada por la alemana Biontech, que cuenta con fabricar 50 millones de dosis antes de fin de año y otros 1.300 millones de dosis en 2021. El anuncio, pendiente de las necesarias licencias, supone un punto de inflexión en la lucha contra la pandemia y así lo han entendido las bolsas esta semana, con subidas espectaculares.
Pero Lagarde hace oídos sordos y no da muestras de frenar o retroceder en su intención de ampliar al programa de ayudas en diciembre. La presidenta del Banco Central Europeo ha dado a entender, durante su intervención del XII Fórum del BCE sobre Banca Central, que este año lleva por título «Los bancos centrales en un mundo cambiante», que el mal ya está hecho, en términos económicos, y que el emisor central seguirá interviniendo masivamente la economía .
También ha dicho que la actuación de la entidad, con sus decisiones de política monetaria y los estímulos adoptados, ha salvado un millón de empleos en la Eurozona . Y que a partir de ahora tratará de evitar que la recesión en la que ha entrado la UE no se convierta en una «crisis financiera total», en el momento en que las empresas comiencen a tener problemas para ir devolviendo los créditos y esta cuestión se transmita a los balances de los bancos. De hecho, ha sugerido que sus equipos están ya buscando fórmulas para actuar en este escenario.
Lagarde ha comenzado su discurso aludiendo al golpe que ha recibido el sector servicios, que dejará «cicatrices duraderas» y que amenaza con causar a su vez «daños permanentes» en la economía. «En una recesión convencional, la industria y la construcción suelen ser los sectores golpeados con más fuerza, pero en esta ocasión está siendo el sector servicios, por lo que esta es una crisis singular», ha anotado, antes de explicar esa particularidad. La recuperación del sector servicios suele ser más lenta, afecta más al trabajo y al mercado laboral porque es el sector que más emplea, y este daño en el mercado laboral tiene un impacto desigual en los trabajadores, puesto que se focaliza en las personas con bajos ingresos y que tienen una menor cualificación.
El desempleo entre las personas con salarios más bajos supone además un reto añadido para la economía, puesto que pueden lastrar el consumo en mayor medida, ya que son los ciudadanos que suelen mostrar una mayor propensión a consumir mayor parte de su renta mientras que los hogares con rentas más elevadas presentan una mayor propensión al ahorro. Por todo ello, se ha mostrado dispuesta a seguir con su hoja de ruta. Ha subrayado que «aunque las últimas noticias sobre una vacuna parecen alentadoras, aún podríamos enfrentarnos a ciclos recurrentes de aceleración de la propagación viral y restricciones más estrictas hasta que se logre una inmunidad generalizada» , además de reconocer que la recuperación no será lineal, sino más bien inestable, intermitente y supeditada al ritmo de lanzamiento de la vacuna.
Lagarde ha comentado brevemente indicadores adelantados como el PMI de servicios, que ya cayó de 54,7 en julio a 46,9 en octubre . «Y aunque la industria se ha mantenido relativamente resistente hasta ahora, existe el riesgo de que la recuperación en este sector también se desacelere una vez que se agote la acumulación de pedidos y la producción industrial se alinee mejor con la demanda», ha dicho. Teme, además, que la experiencia de la pandemia haya modificado permanentemente nuestros comportamientos económicos.
«Los hogares podrían tener más miedo al futuro y aumentar su ahorro preventivo. Las empresas que han sobrevivido hasta ahora aumentando su endeudamiento podrían decidir que permanecer abiertas ya no tiene sentido comercial», ha mencionado entre los malos augurios, refiriéndose además a la capacidad de la recesión para traspasar sectores y generar un círculo vicioso , desencadenando una oleada de cierres de empresas que a su vez reduciría la demanda de empresas complementarias y llegaría a los impagos de créditos y al flujo del sistema financiero. «Si eso sucediera, la recesión podría filtrarse a través de la economía a sectores no directamente afectados por la pandemia , y potencialmente desencadenar un circuito de retroalimentación entre la economía real y el sector financiero».
«Los bancos podrían comenzar a endurecer los estándares para dar crédito previendo que la capacidad de pago de las empresas se deteriorará, lo que llevaría a que las empresas estén menos dispuestas o no sean capaces de pedir dinero prestado , se desacelere el crecimiento del crédito y aumente aún más la percepción de riesgo de los bancos".
Para intentar evitarlo, «las autoridades supervisoras están trabajando para garantizar que los bancos puedan seguir apoyando la recuperación, preparándolos para un posible deterioro de la calidad de los activos», ha dicho, sugiriendo que podría abordar la creación de bancos malos , u recordando a los gobiernos que es necesario que continúen aplicando sin tregua una respuesta política «continua, poderosa y específica».
Noticias relacionadas