Especial Energía

Una transición sin pasos en falso

Alcanzar en 2050 el objetivo de producir energía 100% renovable no es un camino precisamente sencillo sino un viaje de largo recorrido, y plagado de obstáculos, en el que las fuentes tradicionales cederán el protagonismo solo de forma progresiva

B. GONZÁLEZ

Llegar a producir energía 100% renovable, un objetivo marcado para 2050, no va a ser una tarea fácil. Se presentan problemas técnicos que se deberán superar durante la transición y serán necesarios muchos cambios, entre ellos también los sociales. Además, dejar de utilizar energías como la nuclear supondrá un importante gasto económico. Todavía quedan muchos puntos por atar y conocer mejor los pasos a dar a largo plazo, pero si miramos al 2030 el escenario está mucho más claro. «Lo primero que se debe plantear la sociedad es que el objetivo necesario a medio plazo no es tener energía 100% renovable, es tener energía libre de CO2 en el mínimo tiempo posible para mitigar el cambio climático», comienza por recordar César Queral, profesor titular de Ingenería Nuclear de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de la UPM. Se trata de una transición que se debe producir en todos los sectores que consumen energía y generan CO2, no solo el sector de la generación de energía eléctrica, también el transporte, la industria, el consumo doméstico y la agricultura. Para ello estos otros sectores necesitarán recurrir principalmente al aumento de la eficiencia y la electrificación.

A lo largo de esta transición habrá una introducción masiva de energías renovables baratas en el sector eléctrico, como la solar fotovoltaica y la eólica, «ya que hay mucho margen para reducir la dependencia de energías fósiles (carbón, gas y petróleo)», matiza el docente, experto en ciencia y tecnología nuclear. Asimismo, será necesario un incremento de la capacidad de almacenamiento de energía eléctrica, principalmente mediante centrales hidráulicas de bombeo, aunque se irá complementando con almacenamiento de corto plazo en baterías. «Este incremento de la capacidad de almacenamiento es imprescindible para complementar a las energías renovables intermitentes», Finalmente, será preciso incrementar la capacidad de intercambios de energía con otros países. Y además , en la inmensa mayoría de los escenarios favorables analizados por el IPCC «se hace necesario el complemento de las energías renovables con otras que sirvan de respaldo, como la energía nuclear, la biomasa o los ciclos combinados con almacenamiento de CO2». Y considera importante remarcar que en ningún caso el gas sin almacenamiento de CO2, como los actuales ciclos combinados, puede ser la solución ya que emite aproximadamente la mitad de CO2 que el carbón.

La energía nuclear todavía responsable de más del 20% de la energía que se genera en españa

En esta transición hay problemas técnicos que superar, como el hecho de que la intermitencia de las energías renovables requiere de redes eléctricas adecuadas con altos niveles de fiabilidad y de energías de respaldo que cada vez funcionarán menos horas al día, lo cual implicará costes más altos para dichas energías de respaldo. «Además, se deben elegir energías de respaldo que emitan la mínima cantidad posible de CO2 y que tengan unos costes de generación razonables», señala el docente. De lo contrario, la industria se desplazaría a países con costes de generación más bajos, pero que puede que a su vez generen dicha energía barata con fuentes más contaminantes. Y otro problema que hay que considerar es el control de las reservas de los denominadosmetales raros, «que serán imprescindibles en muchas de las nuevas tecnologías necesarias en esta transición».

Futuro de la energía nuclear

A día de hoy nos parece difícil imaginar un mundo sin petróleo o carbón e incluso sin energía nuclear, responsable de algo más del 21% de la energía que se genera en nuestro país. En España hay siete centrales nucleares que representan algo menos del 7% de potencia instalada (7.117 MW). «Estas centrales gozan de muy buena salud. Con muy poca potencia instalada pueden conseguir mucha energía», resalta Ignacio Araluce, presidente del Foro Nuclear. Considerada una energía base, el PNIEC tiene previsto mantenerla los próximos años y hay planificada una parada paulatina de las unidades para que en 2030 queden funcionando solamente tres. «La energía nuclear no es emisora de gases invernaderos y ayudamos al cumplimiento de la descarbonización. Es una energía estratégica», añade Araluce. Existe un acuerdo entre los propietarios para ese cierre de centrales, comenzando por Almaraz en 2027 y la última en 2035. Desmantelar estas centrales y el tratamiento futuro de los desechos radiactivos tendrán un coste de 16.700 millones de euros hasta 2100. Cabe decir que las centrales pagan anualmente una tasa para cubrir dichos gastos y que es de 8 euros por megavatio/hora producido. El año pasado abonaron 500 millones de euros. Esos residuos deben ser almacenados en profundidad aunque puede que en un futuro la tecnología permita su transformación en materiales no tóxicos.

El hidrógeno reclama protagonismo

El hidrógeno está llamado a ser uno de los protagonistas en la transición energética. En los últimos meses se ha ido sucediendo una serie de acontecimientos que han hecho que este elemento químico gane posiciones para liderar la descarbonización de la industria, la energía, el transporte y el sector residencial. «Es la solución tecnológicamente y económicamente viable para descarbonizar todos los sectores con muchas ventajas», explica Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2). La puesta por el hidrógeno «ha caído justo en un momento en el que se habla de la descarbonización, con unas energías renovables baratas y una electrólisis eficiente», matiza. El momento es el idóneo. En el caso del sector de la energía, el problema que existe con las energías renovables es que en primavera y verano, cuando más energía producen, la demanda energética es menor en España y en otoño e invierno ocurre lo contrario. «Tenemos que mover energía durante seis meses y eso no se puede hacer con baterías. Es aquí donde entra el hidrógeno. Si cojo el elecrtolizador puedo producir la energía que quiera y el exceso lo convierto en hidrógeno y lo almaceno. Y en invierno, lo puedo usar en pilas de combustible para prodcuicr energía elécrrica y en motores y turbinas para producir calor», indica Brey. Si nos vamos al sector del tranporte encotramos el vehículo de hidrógeno cuenta con un motor eléctrico pero no tiene baterías sino pilas de combustible y un depósito de hidrógeno. «Se recarga en 5 minutos y tiene capacidad para andar 600-700 kms», recuerda el presidente de HeH2. Pero no sólo se utilizará en los coches sino que también servirá para mover barcos, aviones, trenes....Airbus acaba de anunciar tres aviones de hidrógeno para 2035 y Talgo ya ha presentado su primer prototipo de un sistema de pila de combustible de hidrógeno.

En la indutria, si se utiliza el hidrógeno que se produce por electrólisis, que ahora representa sólo el 5%, también se podrá descarbonizar este sector gracias a este elemento. En estos momento el 95% de la industria utiliza el hidrógeno producido por reformado de gas natural porque es muy barato, pero emite CO2. El abaratamiento de las energías renovables va a favorecer la producción de hidrógeno por electrolisis. En el ámbito residencial, podrá sustituir al gas natural.

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