Empresas
Una tormenta judicial sacude al gigante luso de la energía EDP
La cúpula de la compañía ha sido apartada de sus cargos tras ser acusada de un presunto delito de fraude
Aunque por unos hechos ajenos a los estragos del Covid (que, por ejemplo, sí que han obligado a nacionalizar la aerolínea TAP), otra gran empresa de Portugal, el gigante energético EDP , saltaba esta semana a los titulares por sus problemas en plena desescalada. El pasado lunes se hacía público un presunto fraude de sus directivos entre 2007 y 2012 , por lo que un tribunal de Lisboa dictaminó la suspensión del presidente del grupo, Antonio Mexia , y también del que se ocupa de la filial de energías renovables, Joao Manso . La consecuencia inmediata no fue otra que suspender la cotización de la firma.
La investigación sigue su curso por posibles delitos de corrupción en esta antigua empresa pública (lo fue hasta 2011), que fue privatizada a golpe de inversión asiática: el gigante China Three Gorges (CTG) se hizo cargo de su paquete accionarial mayoritario (21,35%). Fue un momento en el que todavía se habrían estado desarrollando las supuestas actividades irregulares que ahora han acabado apartando de sus puestos a la cúpula de EDP. La intervención se ha desatado a instancias del Ministerio Público, para frenar las especulaciones que estaban perjudicando la imagen de la compañía.
A los dos acusados se les ha impuesto una fianza de un millón de euros, complementada por otra de medio millón para el administrador de la denominada REN (Redes Energéticas Nacionales), Joao Conceiçao , aunque se le permite continuar ejerciendo su cargo. Igualmente, se les ha impedido contactar entre ellos y tampoco con cualquier persona que haya estado implicada en el polémico «caso EDP».
Irregularidades a estudio
El objetivo de todas estas medidas que ponen en entredicho a la eléctrica se centra en esclarecer si «se cometió algún tipo de irregularidad al introducir en el sector eléctrico portugués los denominados Costes para el Mantenimiento del Equilibrio Contractual», que es una cantidad que compensa la cesión anticipada de los contratos de adquisición de energía.
La primera reacción del equipo defensor de los dos gestores de EDP suspendidos en sus funciones fue solicitar que al juez Carlos Alexandre se le apartara del caso. Argumentaron que «existían dudas sobre su imparcialidad». Pero ha sido una estrategia fallida, al menos hasta el momento.
Tras el veto inicial a la cotización de EDP , cuando se puso en marcha el dispositivo anticorrupción, las acciones de la compañía y de su filial Renovables se revalorizaron un 4% en un día . Sucedió en la primera sesión en la que volvían a cotizar en la Bolsa de Lisboa, el pasado martes 7 de julio.
Era la prueba de que el mercado daba su beneplácito al revulsivo diseñado para no dejar caer la firma, con una doble sustitución en la cúpula como medida articulada en tono de solución. Miguel Stilwell de Andrade ha pasado a ocupar la presidencia de manera interina, mientras que la división energética para las renovables pasa a depender de Rui Teixeira.
Se da la circunstancia de que los acontecimientos se han precipitado a lo largo de los últimos días, pero en realidad esta investigación lleva desarrollándose durante ocho años. Un periodo en el que se han ido acumulando indicios de que las actividades que tenían lugar podían no ser del todo transparentes.
Búsqueda de estabilidad
Stilwell asume su nuevo reto profesional después de haberse distinguido en la eléctrica asturiana HC, base de la actual EDP España, cuya sede central está asentada en Oviedo .
Su desembarco se interpreta como la mejor garantía de que el «terremoto» causado por las decisiones judiciales no va a socavar a corto plazo la estabilidad financiera de este conglomerado empresarial, que está muy bien situado a nivel mundial, especialmente en lo que se refiere a la energía eólica.
Así se demostró cuando la compañía portuguesa tomó el relevo de Repsol en un macroproyecto «offshore» en Escocia. La inversión global ascendió a 2.200 millones de euros y su socio fue precisamente el gigante chino CTG.
Se trataba de una operación a gran escala, que se producía después de que se privatizara el grupo EDP y de que el todopoderoso conglomerado asiático se hiciera con el bastón de mando.
Este tipo de negocios se ha distinguido como una de las grandes especialidades de la multinacional portuguesa, justo cuando más han sido demandadas en el contexto europeo y de otros continentes. Así las cosas, resolver la crisis ahora desatada se antoja como un paso clave para la consolidación de la emergente compañía, como se está demostrando también en España, donde cada vez está más activa.
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