La inflación provoca un retroceso del consumo y echa el freno a la recuperación económica

El crecimiento del PIB en el primer trimestre del año se queda en el 0,2% tras el desplome del consumo de los hogares y de las Administraciones Públicas

Imagen de una calle comercial VALERIO MERINO/ EP

La economía española arrancó el año al ralentí , lastrada por los efectos de la inflación y por una de sus consecuencias más evidentes: la moderación en las decisiones de consumo de los agentes económicos. La foto definitiva del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre lo que sucedió en el tejido productivo doméstico durante el primer trimestre del año, cuando se desencadenó la guerra en Ucrania y la fase más dura de la escalada de los precios energéticos –que llegó a empujar el IPC hasta el 9,8%–, ha empeorado aún más el ya tenue crecimiento del PIB que el instituto estadístico había avanzado el pasado mes de abril .

La economía española creció finalmente un 0,2% entre los meses de enero y marzo, una décima menos de lo estimado por el INE en su dato de avance, debido al frenazo experimentado por el consumo de los hogares y también por el de las Administraciones Públicas, a consecuencia del repliegue de los estímulos inoculados a la economía durante la pandemia, según los datos de Contabilidad Nacional publicados ayer por Estadística.

Evolución del PIB

Variación intertrimestral

En porcentaje

16,79

2,6

2,2

0,2

1,05

0,60

0,37

0,36

0,22

0,37

-5,39

-0,63

-17,65

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2019

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2022

Fuente: INE / ABC

Evolución del PIB

Variación intertrimestral

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16,79

2,6

2,2

0,2

1,05

0,37

0,60

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Fuente: INE / ABC

El ritmo de crecimiento de la economía durante los últimos doce meses se situó en el 6,3%. El dato, sin embargo, es engañoso, principalmente porque compara con el primer trimestre de 2021 –cuando todavía la economía no se había desprendido de los lastres de la pandemia–.

Miedo a consumir

El pobre desempeño de la economía en el primer trimestre de 2022 lastrará las expectativas de crecimiento para el conjunto del año. Si ya el crecimiento del 0,3% que había avanzado el INE el pasado mes de abril desencadenó una avalancha de revisiones a la baja de las previsiones de crecimiento para este año por parte de los institutos de análisis hacia el entorno del 4% (la previsión oficial es de una crecimiento del 4,3%), esa décima de menos condiciona aún más el dato de crecimiento, ya que el primer trimestre es el que más peso tiene en el dato anual por la metodología estadística de la Contabilidad Nacional.

La economía española avanza a duras penas bajo la pesada carga de la inflación . La información proporcionada ayer por el INE estima que el consumo de los hogares se contrajo un 2% en el primer trimestre, frente al crecimiento del 1,5% que registró en el último cuarto de 2021. Es la primera tasa negativa del gasto de las familias desde el primer trimestre de 2021, cuando se desplomó un 2,6% en pleno rebrote de contagios tras las fiestas navideñas y con el ‘efecto Filomena’ restando casi una semana efectiva a la contabilidad del consumo.

No es un asunto menor. Del consumo privado dependen cerca de dos terceras partes del PIB nacional, por lo que una evolución apática de esa rúbrica supone un lastre casi insuperable para el desempeño de la economía. Así sucedió en el primer trimestre del año cuando el buen comportamiento de la inversión no fue suficiente para compensar el frenazo de la demanda.

A la hora de buscar explicaciones asoma la inflación. Así se desprende de la información del INE. Esta revela que mientras el gasto a precios corrientes de las familias creció durante los últimos doce meses un 11,1%, por encima del crecimiento nominal de la economía en ese periodo, un 10,4%; cuando se limpian esos datos del efecto precio por el encarecimiento de la vida (y de la cesta de la compra) aflora una subida real del consumo de los hogares del 3,3%, sensiblemente por debajo del crecimiento real de la economía, que según los datos del INE acumula un ritmo del 6,3% en el último año. En otras palabras, los hogares gastan bastante más que antes para consumir solo un poco más que en lo peor de la pandemia.

Algunos analistas, como el broker eToro, auguran que esta apatía del consumo se prolongará también durante los próximos dos trimestres, en contra de lo que estima el Gobierno que confía en la información avanzada que tiene del segundo trimestre y sobre todo en la campaña turística estival para reanimar el consumo privado.

Los datos de Estadística son menos halagüeños y muestran por ejemplo que el consumo en bienes duraderos –muebles, automóviles, electrodomésticos...–, uno de los indicadores que se suelen utilizar para tomar la temperatura de la confianza de los hogares, se hundió más de un 9% en el primer trimestre, lo que indica una escasa confianza en que la situación mejore.

Lejos del PIB anterior a la pandemia

El PIB de España sigue lejos de los niveles anteriores a la crisis. Según la estimación difundida ayer por CaixaBank Research , España está todavía un 3,6% por debajo del PIB inmediatamente anterior al desplome causado por la pandemia.

Las últimas estimaciones difundidas por institutos de análisis económico y por el Banco de España desplazan el momento en el que la economía española recuperará los niveles de producción previos al Covid a algún momento del tercer trimestre de 2023 , en la confianza de que el próximo verano España recuperará el potencial como destino turístico que demostró en el año 2019.

Mientras llega ese momento, las buenas noticias vienen de los flancos del empleo y la inversión. El número de horas trabajadas en España se incrementó un 3,2% respecto al trimestre anterior y un 7,5% respecto al primer trimestre de 2021. El crecimiento del número de puestos de trabajo a tiempo completo fue sensiblemente inferior, solo del 0,5%, principalmente por el incremento de las horas trabajadas por puesto de trabajo.

Respecto al panorama de hace un año, los puestos de trabajo a tiempo completo han crecido un 5,3%, lo que equivale a la creación de 934.000 puestos de trabajo a tiempo completo.

La inversión creció un 2,3% en el trimestre y ya presenta un volumen superior al del primer trimestre de 2019. El impulso más potente viene por la inversión en maquinaria y bienes de equipo.

El Estado, el más beneficiado de la recuperación

El encarecimiento de las importaciones, principalmente por los precios de la energía, se ha traducido en una caída de la Renta Nacional. En el primer trimestre del año el tejido productivo perdió el 0,9% de su renta disponible por el fenómeno.

En cuanto a la distribución de los rendimientos de la recuperación económica, la información del Instituto Nacional de Estadística revela que fue la Administración el segmento más beneficiado por el incremento de las rentas a lo largo de los últimos doce meses. Mientras la mejora de la remuneración de los asalariados ha sido del 7%, por debajo de lo que ha crecido el PIB nominal (10,4%), el excedente bruto de explotación (de donde se sacan las ganancias empresariales), lo hizo un 12%; en tanto que las rentas por impuestos lo hicieron en un 20%..

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