Septiembre, la «cuesta» más empinada para el trabajador

Un 41% de españoles sufrirá síndrome postvacacional, ocho puntos porcentuales más que hace dos años

Las empresas pueden colaborar para una mejor adaptación a la vuelta a la rutina ABC

Belén Rodrigo

Apatía, cansancio, falta de energía, dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, nerviosismo, estrés y tristeza. Estos síntomas son muy habituales entre quienes retoman el trabajo tras las vacaciones y es lo que se conoce como síndrome postvacacional. Según la última encuesta realizada por Lee Hecht Harrison, división del grupo Adecco, un 41% de los españoles está sufriendo o sufrirán este tipo de situaciones. «No se trata de una patología, no es una enfermedad profesional sino que es un síndrome adaptativo», aclara a ABC Manuel Fernández Jaria, profesor de la Univesitat Oberta de Catalunya (UOC) especializado en Psicosociología laboral y bienestar en el trabajo. « Se trata de la dificultad de adaptarse a la rutina y suele ocurrir tras unas vacaciones, una baja o un viaje», añade. La mayoría de veces estos síntomas duran entre 2 y 3 días pero en algunos casos extremos pueden provocar ataques de ansiedad, dolor de cabeza o malestar general, acabando en una depresión.

El referido estudio de Adecco ha entrevistado a más de 1.000 trabajadores españoles y se puede observar cómo este síndrome ha ido creciendo del 33% en 2017 al 37% en 2018 y al 41% en 2019. Y además es casi general los cuadros de estrés o fatiga vinculados a una incorrecta reincorporación al trabajo. « Este síndrome es característico en países como España donde culturalmente existen largos periodos vacacionales y se concentran en los meses de verano», explica a ABC Natalia March, directora de operaciones de Lee Hecht Harrison. Y hay quien es más propenso a este tipo de síndrome: «los trabajadores que tienen una menor tolerancia a la frustración y menos resilientes son los más susceptibles», afirma la responsable. Por otro lado, «quien tiene 3 o 4 semanas de vacaciones tiene más difícil la vuelta» ya que se acostumbra a otra situación y debe romper con ella. Otro tema a tener en cuenta es el entorno laboral que tengas a tu vuelta de vacaciones. «Cuando el entorno es crítico, tu jefe no te inspira y existen malas relaciones con los compañeros tienes más difícil la vuelta», matiza Natalia March.

Cómo combatir el síndrome

Los especialistas enumeran diferentes herramientas para evitar ser víctima de este síndrome y sobre todo para poder adaptarse lo mejor posible a la rutina laboral. Entre los más importantes está el de «no volver de vacaciones el día antes de empezar a trabajar», subraya Fernández Jaria, porque «nos permite reconectar con nuestra zona de seguridad, ordenar las cosas, es algo progresivo». También ayuda a esta vuelta el ser precavidos y «programar antes de irnos la reconexión». Es decir, «dejar los dos primeros días programados para que el contenido de esa jornada sea pequeño» . La incorporación progresiva es igualmente aconsejable y es muy productivo «un almuerzo colectivo para definir la dinámica del grupo», subraya el especialista. Recomienda también otros consejos como el de «volver a trabajar un jueves» y realizar la práctica 5+3+1, «5 minutos de meditación, pensar y escribir 3 cosas buenas del trabajo y realizar al menos un acto de amabilidad». Y otro consejo que trae muchas ventajas es el de «llegar 30 minutos antes el primer día de trabajo».

Si bien es importante que los trabajadores mantengan una actitud positiva, también las empresas pueden colaborar para que la adaptación sea mejor. Desde Sodexo recuerdan que las empresas pueden tomar medidas para ayudar a sus empleados a través de políticas de recursos humanos como alargar la jornada intensiva o fomentar el deporte y el teletrabajo. «A todos nos cuesta volver a la rutina después del período de vacaciones. Por ello es importante que todas las partes hagamos lo que esté en nuestra mano para que resulte lo más fácil posible » declara Miriam Martín, directora de Marketing de Sodexo. «Con pequeños gestos, tanto por parte del empleado como de la empresa, es posible que la vuelta a la oficina no sea tan dura como parece en un primer momento. Además, lo que a priori pueda parecer caro o innecesario puede ahorrarnos complicaciones futuras relacionadas con la depresión postvacacional, como puede ser un bajo rendimiento», añade.

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