Sánchez esquiva la presión de Podemos y aumentará el SMI cuando le convenga

El presidente prevé subir este indicador un 0,9%, pero se reserva la decisión para garantizarse las medallas

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno REUTERS
Susana Alcelay

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El Gobierno borró de su agenda de 2020 la subida del salario mínimo, lo que no supone que Pedro Sánchez haya renunciado a incrementar este indicador . Lo que ha hecho el presidente es solo esquivar la presión de Podemos y no darle oxígeno con una alza que se reserva para cuando le venga bien, para garantizarse la medalla de una medida que ha logrado dividir aún más el Ejecutivo de coalición.

Esta fractura se hizo especialmente visible en esta negociación, en la que el jefe del Ejecutivo terminó, solo públicamente, alineándose con los miembros más tecnócratas de su gabinete, como Nadia Calviño o José Luis Escrivá , con su vicepresidenta Carmen Calvo y del lado de los empresarios, partidarios de la congelación. «No se puede ignorar la situación económica» en este debate, dijo Sánchez, para lo que propuso «revaluar la situación en el próximo semestre para tomar la decisión más correcta».

En la misma línea se pronunció la vicepresidenta primera Carmen Calvo, abiertamente contraria a la subida. «No», dijo tajante al ser preguntada tras reclamar a los partidarios del nuevo incremento buscar un país que haya subido el SMI un 29% en menos de dos años .

Un aplazamiento concreto y un mensaje nítido que, sin embargo, no ha logrado amainar las intenciones de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de batallar por un alza de, al menos, el 0,9%, el porcentaje en el que han subido las pensiones y los sueldos públicos, el mismo en el que piensa Sánchez para incrementarlo. «Sería muy preocupante que los empresarios no pudieran asumir 9 euros más al mes», llegó a decir. La intención inicial de Podemos era llevar el SMI de los 950 euros mensuales a mil .

Sánchez confió en un acuerdo de subida que partiera del diálogo social, pero las posturas han sido irreconciliables. Los empresarios aseguran que no hay margen para negociar en esta cuestión porque no ven factible una subida del salario mínimo con la situación económica «dramática» que vive el país actualmente y en la que son muchos los empresarios que están al límite. Han alertado de graves consecuencias para el empleo, ya muy dañado por la pandemia.

Hoy el SMI afecta a más de 1,5 millones de trabajadores , principalmente de los sectores más afectados por el Covid. Tres de cada cuatro contratados con salario mínimo trabajan en el sector servicios, el más afectado por la pandemia, donde se concentran casi 1,2 millones de los empleados a tiempo completo.

Malestar sindical

También ha crecido el malestar entre los sindicatos, que se sienten «traicionados» por el apoyo del ala socialista del Gobierno a las tesis de la patronal e insisten en que la subida del salario mínimo debería llegar, como mínimo, a los 1.000 euros mensuales. CC.OO. y UGT sostienen que esta congelación no puede producirse porque el salario mínimo afecta sobre todo a los asalariados del campo y a los menos cualificados de los servicios, «que son los peor tratados por la crisis generada por la pandemia». Justo lo contrario que defiende la patronal, que entiende que subir ahora esta referencia daría la puntilla a pymes y autónomos de los sectores más afectados por el Covid-19.

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