ESPECIAL EMPRESAS CON PROPÓSITO

La responsabilidad también es un asunto de resultados

La medición del impacto de las políticas sociales y sostenibles es un paso complejo pero imprescindible para su integración como eje esencial del negocio

No es fácil medir algo en parte intangible pero cada vez van surgiendo más metodologías que lo hacen posible. ABC

Belén Rodrigo

La comunicación no financiera de las empresas se ha ido desarrollando a lo largo de los últimos años y se ha convertido en un requisito obligatorio para aquellas compañías de más de 500 empleados. Pero independientemente de su tamaño, las empresas que realizan acciones de RSC quieren conocer el valor de sus actuaciones sobre sus grupos de interés y de esta forma ir mejorando los resultados de estos programas. No es tarea fácil medir algo en parte intangible pero cada vez van surgiendo más metodologías que lo hacen posible.

Desde la Fundación Sociedad y Empresa Responsable (SERES) recuerdan que es fundamental que esta medición abarque tanto el valor social creado como el impacto sobre la cuenta de resultados de la RSC. El primero «para asegurar que el fin principal de las actuaciones se está cumpliendo y lograr dar mayor rigor y credibilidad a la comunicación externa». Y el segundo, es importante «para cuantificar el valor empresarial generado de cara a la integración de la RSC en el core business de la empresa, apoyando la comunicación interna de las iniciativas». Su presidente, Francisco Román, reconoce que la dimensión social de las empresas es una de las más exigentes , «hacer tangible su compromiso social y medir el impacto que tienen son dos prioridades para SERES, porque es una manera de generar valor». En este momento extraordinario que estamos viviendo, «hemos querido reflexionar, identificar y también comunicar algunas de las claves de la reconstrucción. Ideas que son el primer paso para mirar hacia un nuevo mañana, que exigirá una gestión responsable, actuación con un propósito y compromiso empresarial claro y conectado con los retos sociales».

SERES ya ha realizado siete ediciones del informe del impacto social de las empresas, junto con Deloitte. «El papel de la empresa en la mejora de la sociedad es evidente, necesario y actual. Si el 80% del valor de las empresas se explica a través de intangibles, son precisamente las compañías las organizaciones mejor preparadas para adaptarse a este cambio , generar soluciones eficientes, eficaces y escalables al tiempo que sostenibles. Este informe nos permite medir ese impacto», explica Román.

Fiabilidad

La tecnología es la gran aliada de esta necesaria cuantifiación. La empresa española Clarity Al ha desarrollado una plataforma en la nube capaz de analizar el impacto ambiental y social de las empresas de forma fiable. «Es crítico que las empresas vayan más allá de simplemente medir las acciones de RSC y que las integren en sus propias decisiones de negocio. Hay que llegar a medir el impacto que las empresas tienen en la sociedad y el medio ambiente para así poder tomar la mejor decisión a largo plazo», afirman desde la compañía.

Su fundadora, Rebeca Minguela, reconoce que hay numerosos obstáculos que han impedido hasta la fecha tomar decisiones en función del impacto : datos limitados, fragmentados y poco fiables, definiciones subjetivas de impacto y sin estándares claros, además de la falta de herramientas de análisis. «Es demasiado complicado y caro obtener conclusiones precisas, simples de entender y transparentes», puntualiza. En el caso de Clarity utiliza big data e inteligencia artificial para evaluar la sostenibilidad y el impacto social.

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