Un resguardo frente a la morosidad
El «factoring», que permite el cobro anticipado de deudas a cambio de una comisión, se afianza en España
La falta de liquidez es uno de los mayores retos para el desarrollo y supervivencia de un negocio, especialmente para los de menor tamaño. «Cada vez las empresas son más conscientes de que su negocio no es financiero, sobre todo porque durante la crisis dos terceras partes de las empresas que quebraron o entraron en concurso, lo hicieron arrastradas por otras a las que habían financiado como clientes», comienza por recordar a ABC Empresa Juan Abellán , director del Máster en Mercados Financieros y Gestión de Activos del IEB. «En España, ni empresas ni organismos públicos cumplen la ley y pagan fuera de ella, plazos superiores a 80 y 60 días cuando la ley establece 60 y 30 días», continúa.
En este contexto el «factoring» se convierte en alternativa para evitar el riesgo del cliente. Se trata de un mecanismo de financiación que permite a las empresas cobrar anticipadamente el importe de las deudas evitando el riesgo de insolvencia por parte de sus proveedores a cambio de un porcentaje. Y son muchas las empresas que recurren ya a esta herramienta, desde pequeñas a grandes, «por diferentes motivos, ya sea por evitar el riesgo cliente, por acceder a mayor financiación, por descargarse de la gestión de facturas o simplemente por limpiar el balance de deudores. Es un producto accesible a todas las empresas», destaca el docente.
Una herramienta financiera que está ganando peso en el mercado español. Según datos de la Asociación Española de Factoring (AEF), en el 2018 el «factoring» registró un incremento del 13,45% , basado en el dinamismo del subsector internacional, que aumentó a un ritmo del 21,36%. «Las cifras obtenidas en este periodo apuntan a una clara consolidación de nuestra actividad, que a pesar de haberse visto afectada por la crisis en años pasados, ha sido y es la fórmula para la gestión, financiación y cobertura de riesgo de las empresas más apreciada y significativa entre las existentes en el panorama financiero español», afirma Alma María Abad , presidenta de la AEF. Por sectores, donde más se recurrió al «factoring» fueron Industrias Manufactureras (28,77%), Comercio y Reparaciones (19,69%) y Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones (13,01%).
Nuevos «players»
En el mercado español los bancos y sociedades de «factoring» son quienes más realizan esta alternativa de financiación. Sin embargo, en los últimos años «han aparecido nuevos players en el mercado, fintech especializadas en soluciones de circulante, normalmente creadas por fondos, aunque estamos en una fase muy incipiente en el mercado español», señala Abad.
Es un producto que se va conociendo mejor una vez que está siendo más visible gracias a las ventajas que ofrece, «pero evidentemente tenemos por delante un reto en los próximos años para que se conozca y se convierta en el producto más utilizado por las pymes en la financiación del crédito comercial», añade. Tal y como señala el profesor Juan Abellán, las principales ventajas del «factoring» son «el acceso al importe de las facturas, descarga la gestión y trámite de las facturas y elimina el riesgo, el banco no puede reclamarle si hay impago («factoring» sin recurso) incluso no aparece en CIRBE (la base de datos que recoge la información de los préstamos, créditos avales y garantías de las entidades) y mejora sus ratios, mejora su balance reduciendo deuda, por lo que puede acceder a más financiación».
La principal desventaja es que es más costoso por la manipulación de facturas, estudio de riesgo de deudores y acceder a más crédito. Y si se trata de «factoring» con recurso «el cliente no puede eliminar la deuda de su balance y si el que tiene problemas es el cliente, el concurso podrá ir contra el banco reclamando el derecho de cobro para incorporarlo a la masa de acreedores porque la compra de la factura a su cliente no es en firme», aclara Abellán.
Noticias relacionadas