Entrevista

Rebeca Minguela: «La recuperación de la economía española pasa por la colaboración público-privada»

Fundadora y CEO de la fintech Clarity, Joven Líder Global por el Foro Económico Mundial en 2017 y Joven Líder Europea en 2018, Minguela analiza los contrastes entre el ecosistema emprendedor europeo y el estadounidense

Rebeca Minguela es ingeniera de telecomunicaciones y tiene un MBA de la Escuela de Negocios de Harvard
Laura Montero Carretero

Laura Montero Carretero

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Antes de lanzarse a emprender, Rebeca Minguela (Valladolid, 1981) ya atesoraba experiencia en la gran empresa. Tras curtirse en Siemens, la Agencia Aeroespacial Alemana, Boston Consulting Group o el fondo de inversión Bain Capital, en 2012 fundó su primera startup, Blink , una aplicación para reservar hoteles a última hora que creció muy rápido y fue adquirida por Groupon. Tras dos años en dicha compañía, Minguela se marchó al Banco Santander para dirigir el Programa de Transformación Digital Global. «Aprendí un montón al trabajar en empresas tan grandes y tan diferentes, una del sector tradicional y otra tecnológica, pero tenía claro que quería volver a emprender», recuerda. Y así sucedió. En 2016 puso en marcha Clarity , una «fintech» global que permite a los inversores gestionar el impacto social de sus carteras a través de una plataforma tecnológica en la nube que utiliza «big data» y «machine learning» y que, en plena pandemia, ha cerrado una ronda de financiación de 15 millones de dólares.

¿Qué planes tiene ahora Clarity?

Queremos integrarnos con plataformas de inversión y financiación para darles las capacidades de impacto social y análisis de sostenibilidad y seguir desarrollando algoritmos, captura de datos, metodologías, módulos nuevos. Por ejemplo, módulos sobre la regulación nueva de inversión sostenible… es básicamente inversión en continuar contratando talento para seguir desarrollando la plataforma.

¿De dónde surge su vocación por emprender?

Yo no pensaba en mí como emprendedora, pero una vez que hice Blink me di cuenta de que era lo que más me gustaba: construyes con tu equipo la cultura que quieres, es un entorno más flexible, rápido y dinámico... era lo que necesitaba. De todas las cosas que he hecho ha sido la más difícil, pero también la más gratificante . Depende de cómo seas y qué quieras, no es para todos. Hay formas de innovar y de emprender dentro de empresas más grandes, no siempre tienes que empezar algo de cero innovador o tecnológico. Por otro lado, hay personas que emprenden demasiado pronto, cuando la estadística demuestra que la gran mayoría de los emprendedores exitosos han estudiado carreras y tienen experiencia profesional variada antes de lanzarse a emprender.

¿Se idealiza en ocasiones este mundo?

Sí, se ponen ejemplos un poco romantizados y exagerados de casos de éxito extremos y no se enseña el camino complejo, de mucho sacrificio, que ha llevado a esas personas ahí.

¿Cuáles son las mayores dificultades a las que se ha enfrentado?

Creo que gestiono bastante bien los temas puramente profesionales. Las mayores dificultades a las que me he enfrentado como emprendedora han sido ciertos problemas más interpersonales dentro de la empresa, con algún compañero o inversores, pero definitivamente, lo más duro que he gestionado hasta ahora ha sido conseguir la ronda de financiación durante el Covid.

Una crítica constante del ecosistema emprendedor español es la falta de financiación. ¿Es más fácil empezar una startup fuera?

Hoy en día, y ahora más con la pandemia, todo es global. Si se trata de negocios más locales, en Europa sí que es verdad que hay más barreras de escalar en los distintos países porque no es un mercado único.

¿Algún día se convertirá España en un referente del emprendimiento al estilo de Estados Unidos?

Yo pienso más en Europa y creo que sí. Ya hay referentes europeos muy importantes en el mundo del emprendimiento y españoles también, pero tenemos que conseguir que sea cada vez más un mercado unificado para que cuando empiezas algo en España puedas llegar a un nivel de escala suficiente y no tengas que expandirte fuera de Europa para lograrlo. El otro aspecto a mejorar son las oportunidades de venta. En Estados Unidos hay un mercado más activo de salidas a Bolsa, de adquisiciones significativas por parte de grandes empresas… En Europa todavía no hay tanto esa cultura.

La aversión al riesgo es otro de los lastres que ha frenado el emprendimiento europeo.

De 2012, cuando estuve con Blink, a ahora veo un cambio brutal, pero realmente la aversión al riesgo es mayor en Europa. Yo misma no me veía como emprendedora porque al final es otro tipo de cultura, se fomentaba hacer carrera dentro de una empresa e incluso se veía mal si cambiabas mucho de trabajo.

¿Esa mentalidad ya se ha superado?

Las nuevas generaciones no necesitan trabajar en empresas grandes y, de hecho, valoran incluso más los proyectos innovadores. También las grandes corporaciones se están reciclando y haciendo proyectos más emprendedores, están cambiando para ser más dinámicas y flexibles.

El Covid ha contribuido también a que la sociedad valore la innovación. ¿Tenemos una buena oportunidad para inculcar más la cultura digital?

Sí, lo que pasa es que a veces cuando hablamos de digitalización nos enfocamos en herramientas y en tecnologías y, al final, es más un tema de que empecemos a cambiar nuestros hábitos y comportamientos. La clave ahora no va a estar tanto en adoptar o no ciertas tecnologías, que eso se está haciendo a marchas forzadas, sino en que las personas tengan las habilidades para trabajar eficientemente usando estas tecnologías.

En un momento de crisis como el actual, ¿pueden ser los emprendedores la tabla de salvación de la economía?

La clave de la recuperación de la economía es la colaboración entre el sector público y privado . Viví en Alemania y vi cómo se puede de verdad tener un motor económico muy eficiente con la colaboración público-privada. No entiendo por qué en España hay más resistencia cuando todo el mundo nos beneficiaríamos muchísimo de una mayor colaboración. Soy fiel defensora de los servicios públicos, pero creo que hay que estrechar la colaboración público-privada porque solo así vamos a ser capaces de actuar más rápidamente.

¿Cree que ocurrirá?

Vamos a tener que cambiar a la fuerza. Por supuesto que se están abriendo más vías de colaboración en momentos de crisis como el actual, pero debería ser algo constante, que se apoyen mutuamente. Es un problema de las dos partes.

¿Dónde se ve en diez años?

Espero que Clarity haya escalado y que seamos líderes en el sector de la medida de impacto utilizando tecnología. Como digo, creo que los empresarios y el sector privado debemos tener también una vocación de servicio público y me gustaría seguir intentando apoyar al sector público de distintas maneras.

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