El BCE prepara un nuevo euro digital que revolucionará la forma de pagar nuestras compras

La consulta pública sobre la divisa digital se iniciará el 12 de octubre

El BCE acelera los preparativos para la introducción de un euro digital ABC

Roberta Sebastiani

El Banco Central Europeo publicó un informe el pasado viernes en el que se destaca la intención de poner en marcha el llamado euro digital, un proyecto ambicioso que tiene como objetivo la creación de una divisa digital europea , sobre la cual iniciará una consulta pública el día 12 de octubre. El Eurosistema decidirá a mediados de 2021 si lanzar el proyecto o no. Según ha comunicado la entidad, este formato deberá ser accesible para todos los ciudadanos y empresas y se utilizará de la misma forma que los billetes «de manera rápida, simple y segura». El banco de Europa ha querido destacar que «sería un complemento del efectivo, no un sustituto. El Eurosistema continuará emitiendo efectivo en cualquier caso».

A pesar de que la idea no es nueva y se ha hecho hincapié en ella debido al coronavirus, el motivo estaría en que las preferencias del consumidor pueden cambiar de forma inesperada como ha ocurrido con los pagos sin contacto y las compras por internet.

«Debemos estar preparados para emitir un euro digital si fuera necesario» ha dicho Christine Lagarde, presidenta del BCE. Los posibles escenarios para que eso ocurra han sido identificados por el grupo de trabajo del Eurosistema y presentados en el estudio y consisten en primer lugar en un aumento de la demanda de pagos electrónicos en la zona del euro - que reclamaría un medio de pago europeo digital libre de riesgo -, en segundo lugar, un descenso significativo del uso del efectivo como medio de pago en la zona del euro, en tercer lugar, la creación de medios de pago privados a escala mundial que podrían generar problemas regulatorios y representar riesgos para la estabilidad financiera y la protección del consumidor, y por último motivo un uso generalizado de dinero digital de banco central emitido por bancos centrales extranjeros.

China y Rusia

La necesidad del euro digital también llega de la mano de la necesidad de proteger el euro, la nueva carrera tecnológica de la banca se centra en lograr emitir divisas electrónicas seguras frente a las criptomonedas. China que estudia desde 2014 la posibilidad de la emisión de su moneda digital inició en abril de este año las pruebas del yuan digital en varias en regiones en abril.

Por otro lado, Vladimir Putin firmó en julio una nueva ley que regula las criptomonedas, que estrán prohibidas como medio de pago en el país a partir de 2021, sin embargo, estas nuevas regulaciones también establecen que las compañias rusas que obtengan las aprobación del Banco de Rusia podrán emitir activos financieros digitales. Estados Unidos aunque atrás en la carrera en comparación con el resto de países también ha expresado interés en el dolar digital.

Un nuevo sistema financiero

El informe publicado por el BCE ha hecho énfasis con un anexo entero en que el nuevo euro digital no será un «cripto-activo» o una «stablecoin». Esto se debe a que cuenta con el respaldo de la Eurozona y sigue siendo la moneda pública de los estados. «Un euro hoy vale un euro mañana, ya sea en efectivo o euro digital», además también se diferencia en que el Banco Europeo será el único emisor del euro digital , como también lo es sobre el euro físico. Todavía quedan muchas cuestiones por decidir en cuanto a la creación y funcionamiento del nuevo euro respecta.

El informe estipula tanto un posible modelo centralizado -donde los ciudadanos podrían tener cuentas de euros digitales en el propio BCE- como un modelo descentralizado en el que el peso de la participación del sector privado sería mayor. En este punto se verá la verdadera influencia que tenga sobre el sistema financiero el nuevo euro digital. «El proyecto podría ser enorme o reducido, dependiendo del objetivo que tenga el BCE», explicó Salvador Casquero Algarra, fundador de 2gether y profesor del Programa Directivo de Innovación Digital y Fintech del IEB.

Si el objetivo es mejorar el sistema de pagos, no veremos un cambio radical en el sistema, si por otro lado lo que se quiere crear es un sistema capaz de prevenir las crisis nos encontramos frente a una revolución, visto que el ciudadano podría tener una cuenta en el BCE, el aumento del balance del mismo sería desmedido, esta situación presenta un reto para los bancos y entidades financieras que perderían el papel de intermediarios y sus reservas fraccionarias . Por otro lado, «el banco central no tiene ni la experiencia ni las herramientas para abrir cuentas y controlar los riesgos», es por ello que debe haber una transición a este tipo de sistemas, expresó el profesor.

«De lo que no hay duda es de que el sistema financiero cambiará completamente, bien sea con una tranisción rápida en dos años o dentro de diez», aseguró Casquero.

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