Una ocasión histórica de zanjar el déficit digital de las pymes
El Covid ha empujado a las empresas a afrontar un salto adelante tecnológico que necesitará aprovechar al máximo el trampolín de las ayudas europeas
O se suben a la cresta de la ola de la digitalización, o se ahogan en el océano de la nueva economía que quiere alcanzar Europa. A las 2,8 millones de pymes que existen en España no les queda otra tabla de salvación que incorporar soluciones tecnológicas a su negocio y cambiar su cultura empresarial para navegar entre las corrientes que llevan a un nuevo entorno que será tremendamente innovador y digital. Así, aumentarán entre un 15% y un 20% su competitividad y productividad , mejorarán la eficiencia de sus procesos internos, ahorrarán costes, conocerán mejor a sus clientes y proveedores, impactarán sobre nuevos segmentos de consumidores potenciales, tomarán decisiones basadas en datos, descubrirán nuevos nichos de negocio... Serán más ágiles, más disruptivas, con mayor capacidad de adaptación...
Se trata de una transformación en toda regla en la que el Plan de Digitalización de las Pymes 2021-2025, presentado por el Gobierno, jugará un papel trascendental. Un tsunami de 4.656 millones de euros, que saldrán de los fondos Next Generation, para los tres próximos años y que irán destinados a impulsar la digitalización de estas empresas. Se trata de hacer llegar a las pymes desde las soluciones más básicas como crear una web o vender por internet, hasta implantar en los negocios un uso intensivo de los datos (a través de la inteligencia artificial, internet de las cosas, blockchain...) y generar redes de colaboración entre ellas y sus propios clústeres empresariales. Aunque aún todo este paquete de medidas esté por articular. En ello, trabaja ahora la secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. Y antes debe recibir el visto bueno de Bruselas.
Sin embargo, de este plan tan ambicioso muchos se quedarán fuera. Se estima que el programa del Gobierno alcance a 1,5 millones de pymes, de las cuales el 80% serán micropymes (de uno a nueve trabajadores) y autónomos (hay 3,2 millones). Y no hay que olvidar que 1,2 millones de pymes no tienen asalariados. Por tanto, el plan no llegará a más la mitad de las pequeñas y medianas empresas españolas.
Aun así, el reto es colosal. Sobre todo teniendo en cuenta que nuestras pymes, sobre todo las más pequeñas, parten de una posición más rezagada en digitalización que las europeas. Así lo corroboraba, antes de la pandemia, el informe e-pyme 2019 (‘Análisis sectorial de la implantación de las TIC en las empresas españolas’), de Red.es. Estos eran algunos de sus indicadores: en 2019 todavía un 24% de las microempresas no disponía de conexión a internet (es decir, casi una de cada cuatro), solo el 30% tenía web y un escaso 5,8% realizaba ventas por internet (el porcentaje también era muy bajo en las que tenían entre 10 y 49 empleados, un 18%). Cuando se analiza el acercamiento de las pymes a las soluciones más avanzadas: solo el 10,4% adquirieron servicios tecnológicos basados en computación en la nube y la analítica de big data era pura anécdota entre todas las compañías, que solo usaban el 2,1% del total.
Y eso que durante este año de pandemia, para sobrevivir, muchas de ellas han entrenado músculo con la incorporación de distintas tecnologías a sus negocios. Han configurado en tiempo récord sus propias web, plataformas de ecommerce o se han hecho hueco en los grandes ‘marketplace’. Han mandado a sus empleados a casa a teletrabajar. Se han comunicado con sus proveedores a través de plataformas colaborativas. Han incorporado sistema de pago y cobro digitales. Han anunciado sus novedades y promociones en redes sociales. Incluso las hay que han instalado sensores en sus establecimientos para evitar aglomeraciones. Y las más avanzadas han cambiado por completo sus líneas de producción. « Lo más importante es que las pymes ya se han concienciado de que tienen que digitalizarse», estima Julián López-Arenas, director de Competitividad de la Cámara de España.
Cambio de cultura
Aún así es necesario, sí o sí, dar el gran salto. «El Covid ha modificado las formas de trabajar en las empresas, digitalizando algunos procesos. Por ejemplo, han incorporado soluciones cloud, o centralitas digitales o el teletrabajo o nuevas formas de comprar y vender por internet o a través de una web propia. Pero eso no cambia el modelo de negocio. Hay que transformarse digitalmente. Muchos empresarios no conocen las necesidades digitales que tienen, pero si se les cualifica van a saber por dónde ir y pensarán de otra manera», cree Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme. Precisamente, una de las medidas del plan del Gobierno es promover la formación directiva en la gestión digital de la empresa.
Antes del Covid, solo el 14% de las pymes contaba con un plan de digitalización o estaba en ello, según el Índice de Economía y Sociedad Digital que elabora la Comisión Europea. «Hoy ese porcentaje se ha elevado, pero queda mucho por hacer», afirma Cuerva, convencido de que la digitalización ya « no es una opción. Es una necesidad si queremos ser competitivos en cualquier mercado, incluso local». Acelerar ese proceso tendría un gran impacto, según el informe ‘La Sociedad Digital en España 2019 las Pymes’, de la Fundación Telefónica. «La reinvención digital de España –reza en el documento– podría tener un impacto que podría alcanzar un valor anual equivalente al 1,8% del PIB hasta 2025».
Claro que todas las pymes no están en el mismo nivel de digitalización, y dependen del sector de actividad al que se dediquen y del tamaño. «Sectorialmente cambia mucho. Hay pymes industriales que ya tenían una estructura organizativa digital antes de la pandemia, una cultura de empresa que permitía la adaptación rápida a los cambios y una mentalidad orientada a la innovación. Se transformaron después de la crisis de 2008. Y con la pandemia, en 48 horas han manejado plantas en remoto y no han parado. Ahora se trata de que todas sean capaces de adaptarse. Normalmente, a mayor número de trabajadores y mayor facturación más adaptables, más competitivas y abiertos a esta filosofía», comenta Fernando Castelló Sirvent, profesor de ESIC y director de Castelló Consulting.
Un medio para crecer
Cualquier negocio puede digitalizarse. También la frutería, la librería o el bar del barrio. Incluso algunos negocios de este tipo lo ha hecho y han crecido. Lo asegura el director general de Ametic, la patronal de la industria digital, Francisco Hortigüela: «Lo primero es conocer tu negocio y cómo le va a afectar la digitalización. Con un buen ecommerce puedes llegar a más clientes; la digitalización permite mejorar tu servicio o producto, suministrándolo más rápido; optimiza los procesos y reduce costes, controlando los stock, las materias primas o, por ejemplo, regulando y optimizando los turnos de personal en un restaurante ante picos de clientes. La digitalización es urgente. Es un medio y no un fin».
Y «todo es digitalizable, pero hay que utilizar la tecnología que se adapta a cada situación», afirma Xavier Capellades, CEO de Nomo, una plataforma digital de servicios financieros y de gestión para pymes. «Hasta ahora –continúa– muchas pymes han gestionado sus operaciones de forma muy rudimentaria. Competimos con la libreta o el Excel. Pero se están dando cuenta de que gestionar el negocio de manera digital es más óptimo: se pueden digitalizar tickes y facturas, hacer una previsión de los impuestos a pagar, conciliar las transacciones bancarias con las facturas que se generan... Y eso se puede hacer desde un móvil, una tablet o el ordenador. No hace falta tener un perfil digital, tenemos taxistas y transportistas que están muy adaptados a la nueva realidad. En los próximos tres años va a haber un gran cambio». Además, ahora las micropymes cuentan con otra ventaja: «Antes no merecía la pena tener una página web que costaba 2.500 euros montarla. Ahora por 15 euros tienes tu propia web y eso te puede abrir el mercado a otros barrios», indica Castelló Sirvent.
Apoyo y respaldo
No obstante, existe otro fleco que resolver. Miles de pymes necesitan asesoramiento y acompañamiento porque tiene dudas a la hora de conocer su estrategia digital. De hecho, el informe anual de Vodafone España sobre el nivel de digitalización de grandes empresas, pymes, micropymes y profesionales independientes de 2019 ya advertía que el 72% de los profesionales y pequeñas empresas afirman que necesitan apoyo externo para desarrollar su proceso de digitalización.
Pero si las pymes ya están dispuestas a afrontar una profunda transformación digital y cambiar su modelo de negocio, si también los recursos están en marcha... no hay que perder más tiempo para que nuestras pequeñas empresas sean más eficientes y productivas «que una americana, china o tailandesa», como defiende López-Arenas.
Las claves para no perder el hilo de las ayudas
¿Cuándo llegarán las ayudas europeas?
Todavía no se conocen los plazos. Sólo hay estimaciones. Primero, porque el Gobierno tiene que presentar a la Unión Europea, antes del 30 de abril, «la hoja de ruta que va a seguir para invertir los fondos europeos y los proyectos transformadores y tractores de nuestra economía», cuenta Julián López-Arenas. Después Bruselas tiene dos meses para revisar esos planes y programas, pedir modificaciones, dar el visto bueno... Por tanto, hasta el verano poco se puede avanzar.
¿Dónde pueden asesorarse y acudir las pymes?
Está por definir. No obstante, Red.es y la Cámara de España han firmado un convenio para poner en marcha 60 oficinas Acelera pyme (35 este año y otras 25 en 2022). A través de la red territorial de Cámaras de Comercio se ofrecerá soporte a pymes, autónomos y emprendedores en su proceso de transformación digital.
Para llegar a las pymes, asesorarlas e informarlas sobre las ayudas del Gobierno, Cepyme también ofrece sus numerosas organizaciones. «Tenemos una gran capilaridad: desde confederaciones y asociaciones muy pequeñas que pueden movilizar a las pymes, sobre todo a las más pequeñas, para informarlas», detalla Gerardo Cuerva.
¿Qué tendrán que presentar las empresas para acceder a los fondos?
Un requisito que sin duda se exigirá cuando se pongan en marcha las ayudas del Gobierno será elaborar un plan de digitalización. Dependiendo de la empresa y su grado de madurez, las prioridades de digitalización serán distintas. «Las pymes tienen que integrar soluciones tecnológicas básicas de forma sólida y sistemática», aconseja Julián López-Arenas. Y para ello, dentro del plan del Gobierno, está el programa Digital Toolkit dotado con 3.000 millones de euros para financiar paquetes básicos de digitalización: herramientas habilitadoras, formación, página web, sistema de gestión de recursos ERP, sistema de gestión de clientes CRM, venta por internet, marketing digital, ciberseguridad...
¿Cómo se articula un plan de digitalización?
López-Arenas ofrece algunas recomendaciones: «El primer paso sería crear una página web corporativa útil, con contenidos actualizados, fácil de navegar, que refleje la situación real de la empresa. Incorporar las últimas tecnologías de posicionamiento en redes sociales; vender y comprar por medio de comercio electrónico y tener una pasarela de pago. Después hay que utilizar el análisis de datos de todo los flujos de entrada y salida, para obtener una rentabilidad. Y utilizar la nube que multiplica la conectividad, permite trabajar en remoto y acceder a herramientas digitales menos costosas... Sin olvidar que la ciberseguridad es importantísima».
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«Ahora siempre tengo información actualizada»
Con 40 años de historia, el Grupo Alcamin, una micropyme familiar de diez trabajadores («aunque en los momentos de mayor actividad hemos llegado a ser 15 personas», detalla Ana Isabel Cerrato, responsable de Marketing y Finanzas), comenzó su proceso de digitalización en 2019, con el asesoramiento de la Cámara de Comercio de Ciudad Real. «Fue todo un reto. No faltaba el trabajo pero siempre nos dedicábamos a lo mismo». Esta empresa e s un distribuidor especialista en cemento ensacados y granel, aislamiento térmico y acústico y sistemas de yeso laminado. El primer paso fue incorporar un sistema de gestión de clientes CRM. «Ahora tengo información actualizada de mis clientes. Por ejemplo, sé cuándo cumplen años o si han tenido problemas ahora que estamos en pandemia. Les paso ofertas, conozco el tiempo que invierto en cada uno y el tiempo que utilizo en las gestiones. El sistema me permite tener un trato muy personalizado y eso es muy importante. Además, mi hermano es el comercial y mi padre, aunque jubilado, sigue en la empresa. Ellos funcionan con la cabeza. Pero si un día ellos no están, yo no tengo la información de mi cliente reflejada en ningún sitio. Por eso, es muy útil el CRM», explica Ana Isabel.
Costó cambiar la cultura empresarial, reconoce, pero entre todo el equipo el trabajo siguió adelante y el proceso continuó. «La empresa Cojali, que se dedica a componentes para vehículos industriales, creó una plataforma y una app para poder hacer seguimiento de flotas. Mediante el tacógrafo controlas el consumo de tu flota, las averías, compruebo dónde está cada vehículo, puedes ver si durante el trayecto pueden cargar mercancía para un nuevo cliente... Se obtiene mucho mayor rendimiento y tenemos que enfocarnos a tener mayor productividad y efectividad»
Ana Isabel adaptó la empresa a la ley de protección de datos, incorporó protocolos esenciales de seguridad informática. «Y el año pasado con el fin de innovar adquirimos una cámara termográfica que a través de infrarrojos crea imágenes y mide los puentes térmicos de las viviendas. Así comprobamos si hay un buen aislante, si hay humedades... Pero aún no la hemos probado».
En el almacén también incorporaron un sistema de lectura de código de barras para acelerar los procesos. «A través de la tablet tengo un recuento del stock, controlo las entradas y salidas, los albaranes ya no son manuales. Todo está automatizado y vamos más rápido».
Ana Isabel se animó a crear la página web de la empresa y está presente activamente en redes sociales. «La tecnología es muy útil porque podemos llegar a más gente que no nos conocían, haces comunidad y hablan de ti. Ahora somos más productivos, más cercanos y estamos donde debemos estar. Avanzando».
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«Cada día nos sorprendemos de los avances conseguidos»
m. j. PÉREZ-BARCO
Gaviplas es una pyme valenciana, con 72 trabajadores y 58 años de trayectoria, que se dedica a a la fabricación de envases plásticos flexibles impresos, especialmente aptos para envasado automático de alimentos, productos higiénico sanitarios, artículos de limpieza... Hace quince años apostó por la internacionalización y en la actualidad exporta el 60% de su producción. «Queremos conseguir la máxima calidad y eficiencia de nuestro sistema productivo porque nuestros clientes son muy exigentes. El envasado automático requiere de especificaciones muy concretas y vendemos a multinacionales del resto de Europa», cuenta Teresa Turégano, técnico director de proyectos de Gaviplas.
Motivo suficiente para que esta empresa se planteara obtener mayor eficiencia de su línea de producción. «Tenemos tres turnos de trabajo. Se producen fallos en la producción, averías, se reduce la velocidad... Así que implantamos un sistema informático para controlarlo. El sistema recoge las señales que emite la máquina a lo largo de toda la jornada de trabajo y las envía a un autómata en la nube que nos permite visualizar los problemas de producción que hayamos tenido a lo largo del tiempo para poder solucionarlos. Así podemos consultar la línea de producción en cualquier momento, identificar con mayor celeridad los problemas y actuar en menos tiempo, detectar la productividad de cada turno, saber si podemos incrementar la producción... De hecho hemos ahorrado un 25% en costes», explica Turégano. «Hemos incrementado la productividad y calidad de esa línea», añade.
Además, en el departamento de control de costes también incorporaron otro sistema que permite controlar «la necesidad que tenemos de materias primas, identifica los clientes que nos aportan mayores beneficios, los artículos más costosos... nos permite analizar datos y así podemos crecer y desarrollar nuestro negocio sin problemas de adaptación», explica Turégano.
En Gaviplas no hay duda de que la digitalización debe continuar. «Empezamos en 2016 (con el asesoramiento de la Cámara de Comercio) y queremos implantarlo en todas las áreas de la empresa. Cada día nos sorprendemos de los avances conseguidos y las mejoras que estamos obteniendo a nivel de gestión, comunicación, control de la producción, optimización de los recursos y gestión de stocks», indica Turégano. De ahí, que para continuar esta pyme quiera optar a las ayudas del Plan de Digitalización de las Pymes.