Los negocios ibéricos ganan enteros en medio de la crisis sanitaria
La cooperación transfronteriza se presenta como bálsamo frente a las dificultades financieras y comerciales
La cooperación transfronteriza y los negocios ibéricos ganan protagonismo entre Portugal y España en medio de la grave crisis actual, aunque el volumen completo se resiente de la caída de la actividad económica. Pero realizar transacciones con el vecino de al lado ahorra costes y se revela como una opción que funciona, mucho más porque la pandemia tiene una incidencia 14 veces menor en la patria del fado . Por ejemplo, la empresa gallega Aludec , con sede en Vigo y fabricante de componentes de decoración interior y exterior de automóviles, extiende sus tentáculos a la cercana Viana do Castelo, al otro lado de la frontera, e inicia ya la construcción de su nueva planta en el parque de Lanheses.
Por su parte, la portuguesa (dedicada a los envases de vidrio para alimentación y bebidas) reparte un extra de 2.000 a 4.000 euros entre los trabajadores de su planta de Villafranca de Barros (Extremadura). Los lazos comerciales no dejan de crecer . Así, Nzytech es un laboratorio médico centralizado en Lisboa y experto en producir test RNA viral para diagnosticar a pacientes que padecen coronavirus, con resultados en solo 25 minutos… y uno de sus clientes actuales es el Hospital de Getafe, que acredita su solvencia.
En cuanto a la firma española Miya , se encarga de la gestión «eficiente» del agua en Portugal a través de su filial Indaqua, localizada en Santa María da Feira, 33 kilómetros al sur de Oporto. Se trata de uno de los municipios más afectados por el coronavirus, de modo que su función para desinfectar las calles y espacios públicos resulta clave. Además, está previsto que Santiago de Compostela se prepare para acoger el «Congreso Internacional Galicia/Norte de Portugal» de formación para el trabajo entre el 19 y el 21 de septiembre. Una cita que dinamizará aún más este tipo de operaciones.
Sí, porque más allá de la tierra gallega se registra una alta concentración de empresas españolas : hasta 32 en los polígonos industriales de Vila Nova da Cerveira, Monçao, Viana do Castelo, Paredes de Coura o Valença do Minho. Sectores como la pesca, la automoción, la siderurgia o el textil se benefician así de las ventajas fiscales que ofrecen las autoridades portuguesas cuando se concretan las inversiones.
Búsqueda de soluciones
«Ante las dificultades financieras y de gestión, las empresas (sean lusas o españolas) tienden a ser más cooperantes para paliar los efectos negativos de la pandemia», asegura a ABC Enrique Santos , presidente de la Cámara de Comercio Luso-Española. «Las empresas deben seguir manteniendo el ritmo de trabajo y buscar nuevas soluciones. En este momento, la innovación juega un papel importante. Pero es verdad que sectores como la hostelería y la restauración, tan duramente fustigados, no lo tienen fácil para encontrar salidas, por mucho que se busquen», añade.
En cualquier caso, explica que «las empresas nos siguen contactando, buscando nuestros servicios y apoyo a sus actividades. Hemos notado un incremento de demandas por parte de empresas españolas buscando productos y servicios en el mercado portugués, quizá por la situación que atraviesan los mercados asiáticos. Esto hace que se estén consultando otros mercados más cercanos, como el de Portugal».
La Cámara de Comercio Luso-Española trata de agilizar su aportación con iniciativas como el seminario online «El impacto del Covid-19 en las relaciones económicas y empresariales hispanoportuguesas». Además de su labor, destaca el Programa de Cooperación Transfronteriza Interregional España-Portugal , impulsado por la UE. Así, se alecciona a los empresarios sobre vías inexploradas para favorecer el desarrollo conjunto. Este proyecto ha activado «la creación de confianza a través de las fronteras, algo con un valor incalculable desde un punto de vista económico, político y social», según aseguró recientemente a Efe Elisa Ferreira, comisaria europea de Cohesión y Reformas. Tanto es así que los fondos europeos han financiado iniciativas como Probioma , que hace posible la colaboración de especialistas lusos y españoles para analizar si las bacterias ocultas en cuevas del paleolítico (como la del Valle del Côa) y en minas pueden jugar un papel relevante en la medicina del futuro.
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