La muerte todavía tiene un precio
Un sepelio en España supone un gasto medio de entre 3.200 y 3.600 euros, aunque los costes de los servicios funerarios apenas suponen el 49% del precio final mientras el resto se reparte entre impuestos (17%), complementos (15%) o la inhumación e incineración (19%)
Como rezaba el título de un conocido Spaghetti western de Sergio Leone, «La muerte tenía un precio». En España morir supone un gasto, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), de entre 3.200 y 3.600 euros . Desde la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef) , su secretario general, Alfredo Gonsálvez, ha apuntado a un gasto medio de 3.400 euros . En opinión de Gonsálvez «morirse es relativamente sostenible» en España, aunque todo depende de lo que se contrate. «Hay muchos servicios funerarios que pueden ser extremadamente baratos» , ha apuntado este empresario quien cita servicios como la asistencia personal 24 horas, el catering o la gestión de permisos administrativos.
En concreto, actualmente operan en nuestro país 1.404 empresas funerarias, que facturan 1.430 millones de euros, el 0,13% del Producto Interior Neto . Todas ellas ocupan a 11.126 trabajadores y, solo el año pasado, dieron empleo a 1130 personas más . Una infraestructura que atendió durante el anterior ejercicio 4 09.099 fallecimientos , 1120 diarios de media y que cuenta con el mayor número de hornos crematorios de Europa (380), por ejemplo.
Para Eugenio Ribón, presidente de la Asociación Española de Derecho de Consumo, estamos ante unos servicios caros «con unas prácticas extendidas en las que aprovechando las situación de dolor de las familias se introducen servicios directamente no solicitados o por encima de su coste real». En una línea similar se pronuncia Carlos Romera, CEO del comparador especializado Idecesos.com , quien asegura que aunque se opte por una prima única para pagar el entierro por adelantado «el poder de negociación es muy bajo» , ya que una aseguradora negocia un paquete de varios miles de clientes.
Al respecto, el secretario general de Panasef matiza que en un servicio funerario «el coste representa sólo el 49% del prec io , mientras que el 51% restante se reparte entre impuestos (17%, el IVA), complementos (un 15% en certificados, tasas, coronas, iglesia o lápidas, entre otros) o los costes de la incineración (19%)». Por este motivo Gonsálvez señala, entre los retos del sector, lograr la rebaja del tipo del IVA del 21% al 10%. «No tiene sentido que el transporte de un vivo sea más barato que el de un muerto», constata el responsable de la patronal quien estima que esta subida ha encarecido en 500 euros de media este tipo de prestaciones. Para Gonsálvez el futuro de esta actividad pasa por «continuar la profesionalización y acercarnos a la sociedad» alejándose de la imagen tradicional de mera empresa de transportes. Además de pedir una actualización del marco normativo. «Es un sector apasionante, muy profesionalizado», concluye.
Mayoría de asegurados
De los más de 400.000 fallecidos en España durante el año pasado, 243.000 personas tenían un seguro de deceso que se encargó de gestionar su sepelio. Un producto que pasa por ser el de mayor penetración (capilaridad) con 21 millones de asegurados (44,5% de la población) y 8 millones de pólizas . Con una mayor implantación en comunidades como Asturias (64,1%), Extremadura (70,2%) y Andalucía (60,5%) y los índices mayores de contratación a partir de los 45 años, según datos de la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa).
En este sentido, Carlos Romera (Idecesos.com) destaca el «arraigo espectacular» de este tipo de seguros y su evolución ya que «antes se centraban en la gestión del sepelio» . A su juicio, las compañías han ido sumando «garantías añadidas» como una limpieza bucal gratuita, descuentos hospitalarios, el testamento online o el borrado de la huella digital, entre otros. « Están modernizándose continuamente , ya que el usuario es cada vez más exigente», constata este experto.
En esta línea, Romera ha constatado a partir de datos de ICEA que el 60% del mercado está en manos de tres grandes compañías , «mientras el 40% restante se reparte entre cinco o seis aseguradoras». Un tipo de seguro que tuvo en 2016 un crecimiento del 4,85%. Para Ribón ( Asociación Española de Derecho de Consumo ) el seguro de decesos es «casi exclusivo de España» y critica «los fallos en los ámbitos de supervisión y control» desde organismos como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
«La normativa es suficiente desde el punto de vista de las condiciones generales de contratación y la ley de seguros», apunta este especialista quien se muestra esperanzado tras la sentencia del Tribunal Supremo del pasado 16 de septiembre por la que se reconoce poder sancionador sobre los contratos de seguros a las administraciones autonómicas, sin necesidad previa de una sentencia judicial. «Ahora se las dota de la capacidad necesaria para intervenir en el mercado, para lograr un equilibrio entre empresas y consumidores», añade Ribón quien cree que el futuro pasa por cambiar e «integrarse en otros contratos de seguros mixtos».
Por su parte, Gonsálvez (Panasef) ha negado la falta de competencia entre las empresas funerarias y recuerda la importante cantidad de agentes presentes en este mercado.
Noticias relacionadas