Mersch abre el debate sobre la deuda europea conjunta permanente
El BCE también hizo un guiño en su último boletín a esta idea, pero de momento la deja en un segundo plano
A punto de abandonar el consejo de gobierno del BCE , del que saldrá el próximo 14 de diciembre, el jurista y gobernador del Banco Central de Luxemburgo desde su fundación en 1998 hasta 2012 Yves Mersch lanza una bomba de largo alcance y propone en público modificar los tratados europeos para hacer posible que la deuda europea de emisión conjunta deje de constituir una excepción para convertirse en norma. «La emisión de deuda conjunta, con motivo de la pandemia, es el mayor hito alcanzado por el proceso de integración europea», ha dicho. Y dado que hacer de la emisión conjunta de deuda de la zona euro una herramienta permanente en el arsenal de lucha contra la crisis del bloque requeriría cambios en el tratado principal de la Unión Europea , sugiere que ese sería ahora el camino adecuado. «Lo que podemos y debemos llevar más allá de la crisis son nuestros principios comunes, que nos han servido bien, como un enfoque común a los problemas comunes», ha dicho en un discurso, poniendo palabras a un pensamiento que cruza la cabeza de varios miembros del consejo pero que nadie que no esté a punto de abandonar el gremio sería capaz de decir en voz alta.
«Deberíamos aprovechar esta oportunidad para una delimitación más clara de las responsabilidades y competencias entre las diferentes capas de gobierno en nuestra comunidad supranacional», ha señalado. En el último boletín mensual del BCE, también se hacía un guiño a esta idea , aunque fuentes de la entidad respondieron entonces que «solo se trata de un artículo escrito por dos expertos, no es una declaración institucional».
La emisión de deuda conjunta se presentó como una concesión excepcional con motivo de una situación tan extraordinaria como la pandemia. «En esa situación sí, pero de forma duradera no», ha defendido esta misma semana en Berlín, ante un grupo de corresponsales extranjeros, el presidente del Banco Europeo de Inversión, Werner Hoyer , que recordaba que «la situación en que fue tomada esa decisión la pasada primavera fue era una situación de fuerza, con el ejército desalojando ataúdes en Bérgamo, la economía paralizada y con los mensajes de America First llegando desde el otro lado del Atlántico». «El grado de decepción de algunos socios, como Italia y España, si no se hubiera dado la respuesta correcta, habría alimentado una ola de antieuropeismo que era correcto evitar», explicaba Hoyer, «si no superamos la lógica de los contribuyentes netos no podremos llegar a ninguna parte».
«La decisión de los líderes europeos de emitir deuda conjunta para financiar la ayuda del coronavirus para los Estados miembros más débiles debería seguir siendo una exención y no servir como un plan para futuros desafíos presupuestarios», reitera por su parte el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann .
Aunque parece evidente que hay un debate activo al respecto, en las actas de la última reunión del consejo de gobierno no consta siquiera que el asunto fuera mencionado en el encuentro, centrado más bien en la disposición del BCE para ajustar sus medidas por la pandemia , incluido su billonario programa de compra de activos, en caso de resultar necesario para hacer repuntar la inflación y ante la incertidumbre sobre la recuperación en la eurozona .
Según las actas, el Consejo está más preocupado en este momento por la velocidad de apreciación del euro frente al dólar y por la recuperación económica desigual en los países del euro . «Dada la apertura de la economía de la zona del euro, los miembros del Consejo de Gobierno consideraron que una apreciación mayor del tipo de cambio constituye un riesgo para el crecimiento y la inflación», recoge el documento, hasta considerar en sus proyecciones macroeconómicas de septiembre «un impacto significativo de la apreciación del tipo de cambio del euro en la inflación» de la región.
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