La «lucrativa» Champions de las ciudades anfitrionas

La actividad económica de la sede de una final de Champions puede crecer entre un 15% y un 20% durante la celebración de la misma, mientras que en el caso de los Juegos Olímpicos los expertos apuntan a un crecimiento de hasta el 1,5% del PIB

Aficionados del Real Madrid durante la final de Champions en el Estadio da Luz de Lisboa en 2014 IGNACIO GIL
Carlos Manso Chicote

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Los equipos españoles protagonizarán hoy y el próximo domingo las finales de la Copa del Rey y de la Copa de Europa. Madrid y Milán respectivamente serán las ciudades anfitriona s de ambos eventos este año, que tendrán un impacto económico en la línea de otros acontecimientos como la Euroliga de Baloncesto o el Mutua Madrid Open de tenis.

Para José María Gay de Liébana, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y presidente de la Comisión de Economía y Finanzas del Deporte del Colegio de Economistas de Cataluña, «una final de Champions siempre es positiva, porque da visibilidad» y tiene un «impacto inducido» en sectores como la hostelería, el transporte o los servicios. Lo que se debe, en opinión del presidente del Colegio de Economistas de Valladolid Juan Carlos De Margarida, «a un cambio de mentalidad» por el que «la persona que acude al estadio viene a pasárselo bien unos días».

En el caso de Milán, Gay de Liébana destaca «que dos aficiones extranjeras acudan a la ciudad puede servir de impulso económico». Por su parte, para el director del MBA en Dirección de Entidades Deportivas de la Escuela Real Madrid - Universidad Europea Pablo Burillo-, que el Estadio Vicente Calderón acoja la final de Copa del Rey es darle «un uso más rentable» y se muestra convencido de que el desplazamiento de aficionados «compensará» los gastos en seguridad o logística.

«Una final de Champions siempre es positiva», asegura el economista José María Gay de Liébana

Entonces, ¿es siempre rentable acoger un evento deportivo como los mencionados? Según estima De Margarida, durante el desarrollo de una final de Champions o de cualquier evento deportivo, la actividad económica puede incrementarse entre un 15% y un 20% . En el caso de los Juegos Olímpicos, Gay de Liébana, apunta a un crecimiento de entre el 0,7% y el 1,5% del PIB.

Barcelona, el modelo

Sin embargo, Pablo Burillo, menciona casos como el de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 cuya deuda continúa pagando el país heleno, y advierte contra la creación de «elefantes blancos» o infraestructuras infrautilizadas, como el Estadio Nacional de Pekín (China) o la Caja Mágica (Madrid). Por su parte, la directora del III Encuentro del Deporte Solidario y Creativo, que se impartirá en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Belén ElisaDíaz, cree que estamos «acostumbrados a medir los eventos deportivos en cifras económicas» y pide tener en cuenta los «beneficios sociales o medioambientales». A su juicio, los eventos deportivos deben estar «ligados a un proyecto estratégico de ciudad» y pone como ejemplo Barcelona 92.

Para De Margarida la solución consiste en combinar «beneficio social y económico» asegurándose de que las instalaciones sigan atrayendo competiciones. Gay de Liébana destaca «el coste mínimo» que representa una candidatura respecto al «impacto mediático que se va lograr».

15 millones de euros

En un reciente estudio sobre el Mutua Madrid Open, los profesores de la Universidad Europea Pablo Burillo y Álvaro Fernández estiman que el gasto medio por asistente es de 246 euros (tickets, comidas, alojamiento o souvenirs).Burillo y Fernández apuntan que el impacto del Mutua podría superar los 15 millones de euros para Madrid .

Según la Euroliga, las 13 Final Four (2002-2014) tuvieron un impacto de 23 millones de euros

Por su parte, el Colegio de Economistas de Catalunya publicó a principios de mes un informe sobre los Grandes Premios de Fórmula 1, de MotoGP y otras competiciones de motor, que concluye que el beneficio fue de hasta 340 millones de euros, el 48% proveniente de la F1 (163 millones). Sólo en la ciudad de Barcelona el gasto total fue de 40 millones de euros, generando 4.423 puestos de trabajo.

Por otra parte, según estimaciones de la Euroliga, las 13 Final Four organizadas entre 2002 y 2014 tuvieron un impacto de hasta 23 millones de euros . En 2015, Madrid acogió este evento con un coste de 3 millones de euros, de los que 1,2 millones fueron aportados por la Comunidad de Madrid.

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