Ganar la guerra, perder las elecciones

De hecho puede ser que sea la primera gran recesión económica que se salde sin grandes cambios de gobierno

REUTERS

JOSÉ RAMÓN ITURRIAGA

El coste político de esta crisis no va a ser comparable al de crisis anteriores. Cada vez resulta más evidente que la naturaleza de la misma hace que el peaje a pagar por parte de los gobiernos que les ha tocado gestionarlas no va a ser mucho y puede que hasta que salgan reforzados. No se van a dejar muchos pelos en la gatera, todo lo contrario. La excepción ha sido el del presidente Trump . La norma es que como indican las encuestas, los gobiernos que han estado al frente vayan a ser capaces de capitalizar la rápida recuperación. De hecho puede ser que sea la primera gran recesión económica que se salde sin grandes cambios de gobierno.

El hecho de que no haya culpables, las ayudas y políticas que se han articulado y los plazos mucho más cortos que definen el momento económico actual , hacen que la fortísima contracción económica que hemos vivido se salde sin que los gobiernos que les ha tocado gestionarla vayan a pagar un precio demasiado alto. Todo lo contrario, si andan listos pueden colgarse la medalla de la pronta recuperación , dejando con las vergüenzas al aire a los partidos de la oposición que se hayan enrocado en un discurso derrotista.

En cierta medida, pero al revés, puede pasarles como a Churchill. Pierden la guerra pero ganan las elecciones. Como entonces, queremos pasar página lo más rápido posible. Queremos olvidar la pesadilla vivida y, aunque probablemente no sea justo, los portadores de malas noticias que nos recuerden lo que hemos pasado no van a ser bienvenidos . Así las cosas y si los plazos ayudan, los gobiernos actuales puedan jugar bien sus cartas y aprovecharse de ese estado de animo que lo que quiere por encima de todo es olvidar.

Lo paradójico es que quien exija responsabilidades o se instale en un discurso catastrofista le puede salir el tiro por la culata porque el personal de forma natural va a estar tentado en darles la espalda. Partida difícil de jugar en la que lo más importante va a ser leer bien las emociones , porque hoy y después de lo vivido se imponen a cualquier otra consideración. Tiempos difíciles para el asalto al poder donde no hay estrategia evidente y te van a reprochar tanto que no llegues como que te pases.

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